A la hora de analizar la salud del mercado nos solemos fijar en la venta de procesadores y tarjetas gráficas, sin embargo, eso es un error desde el momento en que es las ventas de placas base la que marca la tendencia de compra y la economía del momento. No solamente por volumen, sino también por las elecciones de los usuarios. ¿Cómo han ido sus ventas en 2022?
No es ningún secreto de que el usuario común y corriente cada vez le ve menos valor a las torres y no es de extrañar. Al fin y al cabo no le ven valor al poder añadir más componentes o reemplazar los ya existentes, muchos lo ven como un gasto de espacio y la marabunta de cables que aparecen por el medio es molesta. Además, que pierden una de las funciones principales de un portátil, que es precisamente llevarlo a cualquier sitio. Es por ello que las ventas de placas base para este tipo de ordenadores se venden cada vez menos, pero el último año ha sido cuanto menos complicado.
Bajón de ventas en placas base en el último año
Pues sí, las ventas de placas base han disminuido, en total unos 10 millones, y aunque os pueda parecer una cifra irrisoria, hemos de tener en cuenta que aquí no se incluyen las que se utilizan en ordenadores ya construidos de fábrica, sino las que compran los usuarios para montar sus ordenadores o pequeñas tiendas especializadas.
En todo caso, las cifras de ventas de 2022, en comparación con 2021, son las siguientes:
- ASRock es la más perjudicada de todas, sus ventas de 2021 a 2022 han pasado de los 6 millones a los 2.7 millones. Es decir, han vendido un 55% menos de un año para otro.
- ASUS vendió 18 millones de placas base en 2021, en cambio, en el 2022 se quedó en 13.6 millones, lo que supone un recorte del 25%.
- GIGABYTE ha pasado de 11 millones en 2012 a 9.5 millones en 2022. Es la que ha sufrido la caída menos severa de todas, con solo el 14%.
- MSI es la segunda empresa que ha recibido e impacto más grande de todos, pasando de los 9.5 millones en ventas de placas base en 2021 a 5.5 millones. Lo que se traduce en que han reducido sus ventas en un 42%.
Hay varios motivos por los cuales ha ocurrido esto, uno de ellos fue la burbuja de la minería y es que mucha gente que quería hacer una actualización completa decidió esperarse a tener a tiro las tarjetas gráficas para poder montar su nuevo PC. Si a eso le sumamos que muchos usuarios han optado por piezas de hace un año o dos como base para sus ordenadores, las cuales ya se habían distribuido, es normal que se hayan vendido desde fábrica menos unidades que en años anteriores.
Un modelo de negocio caduco que debería desaparecer
Una trampa de los fabricantes de procesadores es el de reducir el precio del procesador, aumentando el de la placa base que es necesario para que funcione. Es decir, una parte no se puede usar con la otra y por desgracia los precios de las placas base han aumentado con tal de poder mantener, en apariencia, los de las CPU dentro de unos márgenes y hacer ver a la gente que son más baratos. Lo cual es, obviamente, mentira, ya que ambos componentes van a la par.
Por si fuera poco nos encontramos con diferentes chipsets a que cambio de otorgar puertos adicionales para periféricos y componentes, así como el hecho de tener una circuitería analógica de mayor calidad acaban por disparar los precios por encima de lo que es necesario para el usuario final. Es una pena que no existan chipsets en tarjeta de expansión, los cuales sirvan para poder añadir más puertos si los necesitamos y que reduzcan la exagerada y cainita oferta en placas base.