En un movimiento histórico, el Parlamento Europeo votó a favor del derecho a reparar de los consumidores. La resolución fue aprobada con 395 votos a favor, 94 en contra y 207 abstenciones, y obligará a los fabricantes a poner una etiqueta visible en sus productos indicando una especie de «índice de reparabilidad», que indicará si el producto es fácil de reparar o no, de manera que el consumidor pueda conocer este dato de antemano.
«Al adoptar esta medida, el Parlamento Europeo ha enviado un informe claro: el etiquetado obligatorio armonizado que indica la durabilidad y la lucha contra la obsolescencia programada a nivel de la Comunidad Europea es el camino a seguir.»- dijo el ponente David Cormand, eurodiputado de Francia.
La etiqueta que lucha contra la obsolescencia programada
La votación del parlamento pide que la comisión de la Unión Europea desarrolle e introduzca un etiquetado obligatorio en todos los productos de electrónica de consumo que proporcione al consumidor una información clara sobre la vida útil estimada y la capacidad de reparación de un producto antes de que lo compre. En otras palabras, es una etiqueta que podremos buscar en los productos y que nos dará una puntuación indicando la durabilidad de un producto y si es o no fácil de reparar.
A partir del próximo mes de enero, Francia será el primer país en lanzar esta escala a la que han llamado índice de reparabilidad para smartphones, portátiles y algunos otros productos, y Austria también ha empezado a tomar medidas reduciendo los impuestos a los servicios de reparación de productos.
Eso sí, habrá que tener cuidado con esto porque con esta escala, que va del 1 al 10, algunos fabricantes podrían aprovechar para hacer una campaña de marketing positiva para sus productos falseando estos resultados (al fin y al cabo, ¿os imagináis a Apple vendiendo sus MacBooks con una puntuación de 3 sobre 10?) ya que ningún fabricante querrá hacerse publicidad negativa con esta nueva ley. Así, se deberán establecer unos baremos y estándares (o incluso una entidad que asigne estas puntuaciones) para que esta información no pueda falsearse y que se utilice para engañar al usuario como una mera estrategia de ventas.
¿Cómo saber si un producto es fácil de reparar?
Que un producto sea o no fácil de reparar es algo totalmente subjetivo. Por ejemplo, para un experto en hardware sería muy sencillo reparar un ordenador al que se le ha estropeado la fuente de alimentación (cambiándola por otra), pero esta puede ser una tarea muy tediosa para quien no tenga ni idea. Hay páginas web como iFixit en la que le asignan una puntuación arbitraria a los productos que analizan al respecto de si son o no fáciles de reparar, pero no dejan de ser eso, puntuaciones subjetivas.
La moción de la UE exige que se asigne una puntuación de lo fácil que es de reparar un producto; según una encuesta reciente en Europa, un 77% de los ciudadanos preferiría reparar sus dispositivos antes que tener que reemplazarlos por uno nuevo, mientras que el 79% piensa que los fabricantes deberían estar legalmente obligados a facilitar la reparación de dispositivos digitales o al menos facilitar la sustitución de sus piezas individuales.
Tendremos que esperar para ver cómo se lleva a cabo este proceso que, a priori, debería ser una buena noticia para nosotros como consumidores porque ahora sabremos, aunque sea de manera arbitraria, si un producto es fácil de reparar y podremos también hacernos una idea de su durabilidad.
¿Qué opináis vosotros al respecto? ¿Estáis a favor de la inclusión de esta etiqueta o pensáis que los fabricantes podrían utilizarla como estrategia de marketing?