Por qué merece la pena utilizar un disipador pasivo en un PC de bajo rendimiento

A la hora de comprar un ordenador, tenemos varias alternativas, no siempre hace falta optar por los mejores componentes o los más potentes si no vamos a utilizar aplicaciones que necesiten por ejemplo un gran rendimiento, ya que sería un malgasto tanto de luz como de dinero. En el caso de los ordenadores de bajo rendimiento como pueden ser los mini PC, hay varios motivos clave por los que es mejor utilizar un disipador pasivo frente a uno activo.
Montar un ordenador nos ofrece la posibilidad de elegir todas las piezas dependiendo del presupuesto y de lo que necesitemos, esto causa que haya ocasiones en las que podamos dudar sobre qué es mejor. En este caso, os vamos a explicar los motivos por los que es mejor elegir un disipador pasivo en la mayoría de ordenadores que no tengan una potencia alta, o que no se vayan a utilizar para tareas intensivas.
Las claves que aporta un disipador pasivo
Como bien hemos indicado, hay varios motivos por los que querríamos utilizar un disipador pasivo frente a uno activo en un ordenador que no consume demasiado, pero a continuación os vamos a explicar las tres claves principales por las que resulta mucho mejor, partiendo de la base de que obviamente, la configuración del ordenador que queramos montar evite que las piezas se puedan llegar a refrigerar sin necesidad de utilizar ventiladores.
Energía
Uno de los primeros factores que debemos tener en cuenta, es el hecho de que al no tener un ventilador incorporador, los disipadores pasivos no necesitan una fuente de energía para operar, algo que aunque parezca que no tiene importancia, realmente resulta interesante de tener en cuenta. Y es que obviamente, si no necesita energía, no solo reduciremos el gasto que tenga nuestro ordenador, sino que además evitaremos los problemas que puede haber relacionados con un fallo, por ejemplo, en los cables del ventilador.
Ruido
Los disipadores pasivos, tienen una gran ventaja sobre el resto de los que podemos encontrar en el mercado, y obviamente es, que al ser literalmente un bloque de metal que se coloca sobre el procesador, no generan ningún tipo de ruido. Esto resulta extremadamente importante en ciertos casos en los que es necesario hacer el mínimo ruido posible a la hora de utilizar un ordenador, como por ejemplo en un estudio de grabación o en sitios en los que un ruido de este tipo puede causar problemas.
Durabilidad
Y por último, esta claro que debemos mencionar el hecho de que obviamente duran mucho más que cualquier otro disipador, en sí, realmente la durabilidad se encuentra en que obviamente no puede fallar, teniendo en cuenta que no tiene ningún tipo de pieza mecánica. Esto implica, que pueden utilizarse sin tener en cuenta el deterioro que pueden tener, ya que al final el único motivo por el que necesitaríamos tocarlo es para cambiarle la pasta térmica, sin necesidad de mirar otros aspectos.
¿Por qué no se usa en otros ordenadores?
Una vez vistas las ventajas que tienen estos disipadores frente al resto, podemos pensar en los motivos por los que no se utilizan en ordenadores de mayor potencia, y realmente tiene que ver con lo que hemos comentado al principio. Al final este tipo de refrigeración no hace nada para evitar que la caja del ordenador se sobrecaliente, esto implica que si el ordenador opera dentro de las temperaturas normales puede actuar, pero si comienza a generar más calor del que debería, obviamente se sobrecalentaría afectando al funcionamiento.
Este es el principal motivo por el que en ordenadores que consumen más y que generan más calor se utiliza un disipador con ventilador o directamente refrigeración líquida, por lo que obviamente sería contraproducente optar por uno pasivo.