Cuidado si usas un Ryzen 3000 en una placa B350: los VRM se ponen a 140 grados

Ya es sabido por todos que AMD no va a dar un soporte completo para todos los chipsets de AM4, donde en muchos casos deja la pelota en el tejado de los fabricantes con chipset como B350. Estos a su vez están limitando (mucho en algunos casos) dicho soporte a ciertos modelos ¿está realmente justificado dicha limitación o simplemente es una estrategia de marketing?
¿Puede una placa B350 rendir como una equipada con X570?
La primera pregunta es sencilla y quizás es la más obvia, ya que para algo se ha extendido el soporte a otros chipsets. Hace algo más de una semana vimos como el rendimiento entre X470 y X570 era prácticamente idéntico, influyendo otros factores menores si es que había diferencias.
Pero todo podría cambiar con chipsets inferiores como B350 o B450, donde las menores prestaciones generales de las placas que los incluyen podrían ser decisivos en el rendimiento general de la CPU y el sistema ¿o quizás no?
Para discernir todo lo dicho los chicos de TPU han pasado una batería de test muy interesante, equipando a una ASUS Prime B350-Plus con todo un Ryzen 9 3900X y al mismo tiempo enfrentándolo con una placa X570. ¿Mantendrá el rendimiento, subirá o bajará?
Para ello usaron dos refrigeraciones, aire y agua a través de una AIO. Si el rendimiento de B350 es mejor superará el 0%, si es peor bajará de dicha cifra.
Los datos son sorprendentes, ya que por aire está incluso por encima del rendimiento de X570, pero al mismo tiempo tiene unos picos de pérdida de rendimiento bajo agua realmente preocupantes ¿qué esta ocurriendo realmente para dicha pérdida?
La temperatura y refrigeración usadas son dos factores limitantes
Aunque es cierto que el Ryzen 9 3900X tiene un consumo y temperaturas mayores, AMD le ofrece soporte de igual manera para la misma gama de chipset que el resto de procesadores. Esto tiene un inconveniente muy claro que llega a convertirse en casos como el que vamos a ver en un problema muy real y muy a tener en cuenta.
Los picos de rendimiento mostrados tienen que ver con un exceso de temperatura absolutamente fuera de rango y donde la refrigeración de la CPU como del chasis tienen mucho que decir. No en vano las pruebas se han realizado por aire y agua a propósito.


El culpable se sitúa en la zona de VRM y fases, donde las temperaturas bajo estrés se disparan según la refrigeración usada. Con refrigeración por aire las temperaturas alcanzan los 109 grados bajo Blender, logrando reducir el rendimiento a través de un leve throttling.
Pero cuando el flujo de aire se pierde y se cambia a una AIO donde éste no existe, las temperaturas rozan lo bochornoso, ya que con 138 grados tanto VRM como fases entrarían cerca del punto de hacer saltar algunas pequeñas soldaduras circundantes de la placa. El throttling en este caso es brutal, ya que las frecuencias bajan hasta los 550 MHz sin importar el número de núcleos activos, lo que hace reducir la temperatura a niveles más seguros.
Por esto, como mínimo, sería recomendable refrigerar de forma activa la zona en concreto, o bien no usar procesadores de tanto consumo y limitar las opciones a CPUs con menores núcleos y frecuencias, donde los vatios consumidos sean inferiores.