5 cosas de debemos saber antes de comprar un nuevo disco duro

5 cosas de debemos saber antes de comprar un nuevo disco duro

Javier López

Muchos usuarios todavía dudan sobre qué HDD o SSD comprar, principalmente porque sus conocimientos no son muy elevados y además la cantidad de modelos y especificaciones es abrumadora. Puede darse el caso de no saber si el modelo y tipo elegido cumplen con lo que se espera. Por ello, hoy vamos a intentar orientar a los usuarios más perdidos con 5 cosas que debemos saber antes de comprar un disco duro.

Comprar un disco duro actualmente no es para usuarios inexpertos

Hard-Drive-vs-SATA-SSD-vs-M2-NVMe

Tampoco hay que ser ingeniero, ni mucho menos, sobre todo teniendo artículos como este que pueden orientarnos en la compra, pero si es cierto que actualmente no es como hace 5 o 10 años, donde se tenía que elegir entre IDE o SATA y entre 2.5 pulgadas y 3.5 pulgadas.

Hoy hay una serie de factores añadidos que tienen que tenerse en cuenta para acertar en cada compra, y aunque son básicos y algunos lógicos, podemos pasarlos desapercibidos en muchos momentos por un simple impulso de compra. Los factores que tendremos en cuenta serán: tipo de disco duro, interfaz, factor de forma, precio y durabilidad.

Descartamos la capacidad de almacenamiento de entrada, ya que se entiende que cada uno sabe cuánto espacio necesita para tener sus archivos y cuanto pesan de media estos. Siendo algo personal no entraremos a explicarlo, ya que no es lo mismo un usuario que almacena películas en Blu Ray que otro que solo quiere usar el PC para ofimática o juegos.

Dicho esto, ¡comencemos!

Tipo de disco duro

SSD-vs-HDD

Lo primero que necesitamos saber es qué tipo de disco duro necesitamos. Con esto nos referimos en concreto a la elección básica de Hard Disk Drive (HDD) o Solid State Drive (SSD), es decir, un disco duro tradicional de platos o un disco sólido basado en memoria NAND Flash. El primer tipo tendrá (por ahora) mayor capacidad que el segundo, pero será más lento (en velocidad pura y latencia/tiempo de acceso) y por poco menos fiable, mientras que en el caso de elegir SSD tendremos menos capacidad (por norma general) pero mayor velocidad/latencia/tiempo de acceso y un poco más de fiabilidad.

Estos apartados son rebatibles excepto el de la velocidad, ya que hay SSD de mucha capacidad sí, pero el precio se dispara hasta cotas poco factibles por norma general para usuarios comunes, por lo que hemos generalizado en este aspecto para luego matizarlo.

Interfaz

ssds-sata-vs-m2

No entraremos a comparar o explicar o siquiera nombrar todos los tipos de interfaces que hay actualmente, simplemente nos ceñiremos a las interfaces más vendidas y utilizadas dentro del mundo del gaming y del overclock: SATA (AHCI) y NVMe.

SATA actualmente es una interfaz limitada por su versión (SATA 3 a 6 Gbps) y donde de momento no hay vistas a cambio. Esto quiere decir que la gran mayoría de SSD del mercado llegarán al límite de ésta (600/600 MB/s teóricos), por lo que mientras nuestro SSD elegido de más de 500 MB/s en lectura o escritura podríamos decir que está usando el 100% de la interfaz y bus.

En este punto descartamos los HDD, ya que, quitando algunos modelos para servidores o híbridos, la mayoría está en torno a los 200 MB/s, cifras igualmente impensables hace años y que serán más que suficientes para cualquier usuario medio, pero muy lejos de los SSD.

La interfaz NVMe está destinada en exclusiva a SSD por simple espacio físico. Son SSD más compactos, alargados y con una mayor velocidad, principalmente porque están conectadas a través del bus PCIe a una velocidad que variará en cada placa base, pero que por norma debería ser Gen 3 X4 o ya en las nuevas placas Gen 4 X2 o X4, dependiendo del modelo escogido.

Las velocidades máximas teóricas se sitúan en 3938 MB/s (984 por carril para la Gen 3, el doble para Gen 4), por lo que hablamos de más de 6 veces el rendimiento de SATA. Esta interfaz está internamente e irremediablemente vinculada con el factor de forma M.2 que ahora vamos a conocer.

Como detalle final, existen SSD con interfaz PCIe NVMe, pero estos solo son recomendados si no tenemos interfaz M.2, ya que ocupan una ranura PCIe de la placa base.

Factor de forma

Hard-Drive-vs-SATA-SSD-vs-M2-NVMe

Este punto puede ser algo controvertido, pero al mismo tiempo será más corto y breve. Solo tenemos, de forma común y sin entrar en otros adyacentes, tres tipos de factores de forma actualmente: 2.5 pulgadas, 3.5 pulgadas y M.2.

El primer formato (2.5 pulgadas) es el segundo más pequeño de los tres. Es el típico formato de disco duro de portátil o SSD común, de 69 mm de largo y entre 7 y 8 mm de grosor común y 100 mm de largo, donde actualmente lo más normal es encontrarlos con interfaz SATA. Existen los SSD de 2,5 pulgadas y NVMe pero estos son realmente raros de encontrar.

El formato de 3.5 pulgadas es el típico de los discos duros tradicionales, donde encontraremos unas medidas típicas de 101 x 25,4 x 146 mm. Actualmente solo se usan en HDD y con interfaz SATA.

Por último, tenemos el factor de forma más avanzado: M.2. Este permite diferentes longitudes y anchos, así como varias interfaces, siendo posible encontrar SSD compatibles con AHCI (SATA) o NVMe o incluso módulos WiFi.

En cuanto al tamaño, la nomenclatura del SSD nos dará mucha información del mismo, ya que esta se divide en dos conjuntos de números, siendo los dos primeros su ancho y los dos últimos el largo, ambos expresados en mm. Por ello tendremos hasta 4 anchos y ocho largos diferentes:

  • Ancho: 12, 16, 22 y 30 mm
  • Largo: 16, 26, 30, 38, 42, 6o, 80 y 110 mm

La combinación de ellos nos dará la nomenclatura del SSD, siendo la más común 2280 y en segundo lugar 2260. Hay que tener en cuenta este detalle porque no todas las placas base admiten todos los tamaños.

Precio

HDD-Vs-SSD

Este es un punto tan crítico como comprometido a las directrices actuales del mercado en el momento de leer este artículo. El problema es la volatilidad del precio de las NAND Flash, ya que no son algo exclusivo (ni mucho menos) de los SSD. Por lo tanto, es un tema peliagudo a tratar dependiendo de cuando decidamos comprar, ya que el GB por céntimo será distinto prácticamente cada semana, por lo que dentro de seis meses puede tener un precio distinto, más barato o más caro, solo podemos tener en cuenta el precio actual cuando vayamos a comprar.

Por ejemplo, en el momento de redactar este artículo estamos viviendo una época de descenso de precios, por lo que encontramos unos precios más ajustados entre los HDD y SSD a misma capacidad, donde de seguir la tendencia actual dentro de poco nadie se planteará comprar HDD.

Hace poco más de un año el panorama era justamente el contrario: los SSD valían casi el doble de lo que cuestan ahora y el ratio de GB por céntimo era mucho más alto, por lo que si necesitábamos capacidad teníamos que optar por HDD sí o sí si no queríamos dejarnos un buen pico del sueldo en SSD a misma capacidad. Además, el paso de NAND Flash TLC a QLC supone un supuesto abaratamiento de las capacidades más demandadas, ya que deberíamos empezar a ver SSD de 2 TB a precios más bajos y en breve 4 y 8 TB a precios más o menos asequibles.

Durabilidad

ssd_hdd_hard_drive

Actualmente no es un parámetro que tengamos que mirar como usuarios normales, a no ser que seamos de los que mueven Terabytes diarios de información. En este caso, en HDD tendremos varias medidas, todas dadas por el fabricante en concreto para cada modelo, donde podremos conocer los años de vida útil (entre 5 y 7 años, se entiende que funcionando 24/7/365), o en cambio las horas que se prevé que dure o últimamente también se están dando los TBW (Terabytes Written).

En el caso de los SSD, lo más normal es que veamos este parámetro en TBW, ya que las células de memoria como bien sabemos se van degradando con el uso y no con el tiempo.

Indistintamente del caso, para un usuario medio, gamer o profesional común, nuestro HDD o SSD durará tanto tiempo que seguramente lo cambiemos por nuevas versiones o formatos, o simplemente fallará por otros problemas derivados, pero a día de hoy es extremadamente raro que la sustitución de alguno de ellos se deba a su durabilidad por desgaste o tiempo.

Solo ciertos centros de datos llegan a estos términos, así que no es un parámetro demasiado importante a día de hoy con la tecnología actual.

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