Denuvo afecta al rendimiento: este test en 70 casos diferentes lo demuestra
Las críticas a Denuvo no cesan, como tampoco el ansia de las desarrolladoras y distribuidoras en usarlo. Por ello y sobre todo por la manera de implementar este sistema de protección antipiratería se lleva constantemente los varapalos de los usuarios, ya que siempre se ha dicho que afecta negativamente al rendimiento, tanto en AMD como en NVIDIA, pero ¿qué hay de cierto en esto?
Nuevos datos evidencian que hay pérdida de rendimiento
Cada desarrollador debe implementar Denuvo en su código a la hora de programar su juego. Es uno de los aspectos básicos de esta tecnología de protección, que se ejecuta en segundo plano y al mismo tiempo que el juego que lo porta, evitando así poder se crackeado (en teoría).
Este proceso en segundo plano no es independiente, no tiene una asignación específica y por supuesto no lo veremos en un administrador de tareas, sino que se ejecuta como parte del código del juego y ahí radica parte del problema.
Son muchos los usuarios que han reportado problemas de rendimiento cuando han comprado un juego con dicho sistema, mientras que al probar las versiones crackeadas del mismo han visto que dichos problemas se esfumaban, creando así la creencia de que, efectivamente, Denuvo merma el rendimiento.
Devil May Cry 5 muestra pérdidas importantes
Haremos acopio de los datos que TPU ha lanzado, donde se han realizado más de 70 test distintos con diferentes objetivos, donde se intenta demostrar si efectivamente los usuarios están en lo cierto o es efecto placebo.
El hardware usado ha sido una RTX 2080 Ti con un i7-8700K, que se irá probando en distintos escenarios, tanto de frecuencias como de número de núcleos e hilos.
Tarjetas gráficas NVIDIA
Comienza siendo muy sutil, pero a partir de los 3.5 GHz la diferencia se torna en un 3 o 4% de pérdida si mantenemos Denuvo, para luego terminar en un porcentaje mucho menor conforme llegamos al límite de 1 GHz, seguramente más producto del cuello de botella de la CPU que de la diferencia de rendimiento propia, tal y como se muestra en la imagen superior.
Si subimos la resolución lo que encontraremos es el principio del cuello de botella para la GPU, pero, aun así, al llegar a los 2 GHz se vuelve a apreciar otra pérdida de casi el 3%, que luego bajará cerca del 1% hasta que lleguemos al GHz, donde de nuevo la CPU hará cuello de botella.
A 4K el escenario se repite, salvo por el hecho de que el cuello de botella de la GPU a la CPU llega más tarde, debido principalmente a que la GPU va mucho más limitada.
En esencia se reproduce el problema de nuevo, evidenciando que efectivamente hay pérdida, solo que ahora es más difícil mostrarla.
Tarjetas gráficas AMD
Si hacemos lo propio con tarjetas AMD como la RX 580 y bajo 1080p el escenario que encontramos es muy parecido al anterior a 4K con la RTX 2080 Ti, síntoma de que la GPU está realmente empezando a ahogarse y la caída llega más tarde, justamente cuando el cuello de botella pasa a la CPU.
En este punto veremos otra caída de casi el 3% por lo que de nuevo las diferencias son significativas.
Bajo una tarjeta de mayor potencia como la Radeon VII volvemos a ver una tasa de cuadros mucho más alta, y con ella los problemas a bajar de los 3 GHz en la CPU, donde las cifras de pérdida son muy parecidas a lo visto anteriormente.
Pérdida según el número de núcleos e hilos
Otro aspecto interesante será ver la pérdida según el número de núcleos e hilos que tengamos, ya que esto puede ser igual de determinante o más que la frecuencia escogida.
Dejando el i7-8700K a 3 GHz para representar CPUs de gama media, vemos que las diferencias son bastante abultadas una vez más.
Ya que de entrada rondamos el 3-4% de pérdida hasta llegar a los 2 núcleos y 4 hilos, donde el porcentaje se reduce a algo más del 2%.
Es cierto que igualmente son tasas de FPS muy altas, pero la pérdida existe de la misma forma y no es desdeñable.
Lo que queda claro es que el impacto de la frecuencia y los núcleos/hilos es grande, y es que de combinar ambos podríamos ver cifras de pérdidas realmente altas, suficientes como para notar un rendimiento deficiente o mediocre, según qué escenario.