Tras menos de un año desde su lanzamiento, Intel ha decidido terminar la producción de los procesadores Kaby Lake-X, los modelos de entrada a la gama HEDT con socket LGA2066. Actualmente, el interés de los compradores de este tipo de procesadores se ha desplazado a otros productos de la gama, aunque todavía se podrán seguir comprando.
Los procesadores Kaby Lake-X de Intel son unos modelos que nunca han despertado mucho interés por parte de su público potencial. Metidos en un nicho de mercado bastante peculiar y bastante más caro que la gama normal de procesadores, aportaban bastante poco al catálogo de la compañía. Especialmente, si tenemos en cuenta que, justo en frente, tenían a los procesadores AMD Ryzen de 1ª Generación que, con unos precios similares, eran capaces de rendir de manera similar o bastante mejor.
La verdad es que los Kaby Lake-X siempre se vieron, en el mercado, como un parche, como un «quiero y no puedo» por parte de Intel, dado que no aportaban la mayoría de características que buscaban los usuarios de la plataforma HEDT, especialmente las vías PCIe extra que suelen incorporar este tipo de procesadores. De aquí es fácil de deducir, que su interés no ha sido muy grande. Menos todavía cuando la actual arquitectura de procesadores Coffee Lake, ya aporta un par de núcleos extra con menor consumo.
Los procesadores Kaby Lake-X se seguirán fabricando hasta noviembre
Si una distinción tuvieron los procesadores Kaby Lake-X de Intel es que, por un momento, fueron los que tenían el mayor rendimiento en aplicaciones que empleaban solo un núcleo, pero su rendimiento en operaciones que requerían el empleo de varios núcleos, para cuando llegaron al mercado, habían sido ampliamente superados por los procesadores Ryzen de AMD, que ya llevaban un tiempo en él. Y, si tenemos en cuenta que la gama Threadripper saldría al mercado casi a la vez que éstos, en general los usuarios no vieron necesario contar con estos procesadores.
Los procesadores Kaby Lake-X alcanzarán la categoría EOL (End Of Life) el día 7 de mayo, aunque se seguirán fabricando hasta finales del mes de noviembre de este año, para acabar de cubrir la demanda por parte de los distribuidores y tiendas que pueda surgir en ese tiempo. Esto significa que el último envío de estos procesadores se realizará desde fábrica a finales de mayo del próximo 2019.
Por el momento, no hay noticias de que Intel tenga intención de sustituir estos procesadores por otros similares de su actual línea Coffee Lake.