La arquitectura de las APUs de AMD, más cerca de los procesadores Intel

Si bien Intel y AMD son rivales en cuanto al rendimiento de sus procesadores, no todo es rivalidad entre ambos. Así, parece ser que estos dos fabricantes habrían ya cerrado un acuerdo de cesión de tecnología desde AMD hacia Intel. Sí, estoy hablando del acuerdo para licenciar parte de las tecnologías de las APUs de AMD e incorporarla a sus propios procesadores.
A finales del año pasado ya os hablábamos sobre un rumor por el que Intel podría querer adquirir la licencia de fabricación de varios componentes de las APUs de AMD, específicamente las relacionadas con su núcleo gráfico (que todos sabemos que es bastante más potente que el que emplea Intel). Este acuerdo, en realidad, nace de la necesidad por parte de los de azul de conseguir nuevas tecnologías, ahora que el acuerdo para compartir datos entre Nvidia e Intel ha dejado de estar en efecto.
Este acuerdo, de llevarse a cabo, sería bastante beneficioso para ambas compañías. No tengo más que recordar que los intentos que ya realizó en el pasado Intel para fabricar su propia tarjeta gráfica dedicada se acabaron convirtiendo en un gran fiasco para la compañía, que tuvo que abandonar las pruebas y el proyecto al final. Supongo que este esun claro caso de «zapatero a tus zapatos».
Solo compartirán la tecnología, AMD no fabricará nada
Lo que contemplaría este acuerdo es que AMD licenciaría parte de su tecnología de tarjetas gráficas (a cambio, como no, de una jugosa cantidad de dinero). Ya sería Intel la que tuviera que sacarse las castañas del fuego en cuanto a integrarlas en sus propios procesadores. Y, aunque inicialmente se había sospechado que en realidad lo que se haría es crear una estructura a parte del propio núcleo que manejara el apartado gráfico (al estilo de lo que sucedía con los Core ix de primera generación y los procesadores para portátiles), la realidad es que esta no es una solución beneficiosa para ninguna de las dos empresas. Es por ello por lo que habrían optado por la solución más sencilla, que sería licenciar las tecnologías y poner la mano para que les paguen.
Sea como sea, está claro que por mucha prisa que se quiera dar Intel, integrar un nuevo grupo de tecnologías y componentes en un procesador no es algo que se haga de la noche a la mañana, así que yo dudo mucho que vayamos a ver cualquier tipo de resultado de este acuerdo hasta el año que viene.
Y es que los negocios, como la política, siempre trae consigo extraños compañeros de cama.