El hardware de nuestro PC , tarde o temprano, comenzará a dar fallos aparentemente inexplicables, que hará que su empleo se convierta en una tarea harto complicada. Sin embargo, en el tutorial de hoy vamos a ver cómo podemos diagnosticar cuál es el componente de hardware que nos está fallando y tomar las medidas oportunas al respecto. Y es que diagnosticar un fallo en el hardware no es tan sencillo como pudiera parecer a simple vista.
A la hora de hacer este tutorial, hemos pensado que es mejor dividirlo por secciones. En cada una de estas secciones hablaremos de los posibles problemas que puede presentar un componente específico, cómo comprobar si este problema está relacionado con el componente y la mejor manera de solucionarlo. Pero también hay que tener en cuenta que muchas veces, dar con un componente defectuoso se consigue a base descartar problemas con el resto de componentes del ordenador.
El fallo típico de hardware en un PC
Como en cualquier componente que tenga electrónica hay una serie de fallos típicos que se dan. Estos pueden ser de diversa índole o fuente, pero normalmente la solución básica pasa por los mismos parámetros así como su diagnóstico.
No vamos a ofrecer soluciones mágicas, no existen como tal, pero sí que vamos a abordar los problemas y resoluciones más comunes y genéricas que se dan en este sector como es el del PC. Por ello y con lo dicho, dividiremos en las siguientes secciones:
- Procesador
- Placa base
- Memoria RAM
- Tarjeta gráfica
- Almacenamiento
- Fuente de alimentación
Esperamos que encuentres tu fallo y si no puedes solucionarlo al menos que puedas diagnosticarlo brevemente.
Qué problemas puede tener el procesador
Es extremadamente raro que un procesador dé problemas por sí mismo. Lo más habitual es que el componente que dé estos problemas sea el hardware a él asociado. Por ejemplo, si el procesador se sobrecalienta, esto puede ser debido a no emplear un disipador adecuado para este procesador, o que el propio disipador esté realizando mal contacto con el IHS del procesador. Pero la culpa, per se, no suele ser del procesador.
Normalmente, un fallo catastrófico del procesador se va a representar porque el sistema no arranque. Si estamos seguros que el resto de los componentes del sistema funcionan correctamente, entonces la única solución que hay es tirar el procesador defectuoso y sustituirlo por otro nuevo, compatible con el socket de la placa base.
Los principales problemas suelen ser bloqueos del SO, ralentización del sistema o congelaciones directamente. Cuando un procesador está dañado normalmente el sistema ni inicia y marca 00 en el QCode (en caso de tenerlo la placa base).
La manera de comprobar si falla este componente es con uno o varios test de estrés, los cuales podrían ser por ejemplo RealBench, AIDA64 en FPU y Caché o Prime95 en Blend Test. Recomendamos el primero por ser más real tanto en carga como en oscilación de la misma, además prueba diferentes buses que otros programas más concretos en extraer el máximo rendimiento y estrés al procesador no hacen.
Siempre se debe tener la temperatura de la CPU controlada así como su voltaje.
Fallos más comunes de la placa base
Los problemas relacionados con las placas base suelen deberse más al sobre calentamiento de los VRM de éstas, que pueden provocar problemas de estabilidad. Pero también es verdad que la mayoría de estos problemas se suelen presentar cuando se realiza overclock con ellas. Es decir, en circunstancias normales, las temperaturas suelen mantenerse en un rango más o menos normal.
Para comprobar si tenemos un problema de temperaturas con nuestra placa base, lo mejor es recurrir al programa HWinfo y, empleando Prime95 x64 (si vuestro Windows es una versión de 64 bits) mirar las temperaturas que alcanzan a plena carga.
Otros problemas típicos de las placas base se deben a una mala inserción del procesador en el socket donde va, lo que puede resultar en que los pines se doblen. En este caso, siempre podéis intentar enderezarlos con la ayuda de un palillo de madera o una tarjeta bancaria (y mucha paciencia) para que vuelvan a hacer buen contacto. En caso contrario, solamente os queda tirar la placa base a la basura.
Otro de los errores más comunes y que poco se habla es el bending o doblado de la placa base. Esto se produce por un exceso de presión en el sistema de retención del procesador o un excesivo peso en componentes clave como la tarjeta gráfica.
El calor y los ciclos térmicos terminan por deforman tras meses o años de uso la rectitud de la placa, provocando pequeñas fugas de energía en el PCB o incluso que el procesador no toque con su PCB los pines del socket.
No es algo reparable salvo que apliquemos calor prolongado e intentemos enderezar la placa, donde en cualquier caso esto no garantiza nada puesto que el daño y la rotura a nivel microscópico ya está hecha. En cualquier caso, al ser un componente tan general que incluye muchos buses, puertos y pequeños sistemas de gestión es muy difícil dar con el fallo de hardware específico.
La memoria RAM y los pantallazos azules
La memoria RAM puede dar varios tipos de fallos. El más común es que se desajuste en las ranuras, tras que vosotros hayáis estado haciendo cosas dentro del ordenador, como limpiarlo. En este caso, simplemente con sacar todos los módulos de RAM y volver a insertarlos, será suficiente para solventar el problema.
Otra cosa es cuando uno de los módulos de RAM deja de funcionar correctamente, de repente. Este tipo de fallos se muestran como inestabilidad constante del ordenador, que no arranque la tarjeta gráfica cuando arrancáis el equipo, archivos que se corrompen o información incorrecta de la cantidad de RAM disponible en el equipo.
En este caso, para comprobar que realmente es un problema de la RAM, lo que debéis de hacer es conseguir el programa MemTest86, que es capaz de someter a una serie de pruebas a los módulos de RAM, para averiguar si son ellos los culpables del problema. En este caso de fallo de hardware, entonces deberéis de repetir las pruebas por cada uno de los módulos de RAM que tenga el sistema. Si todos los módulos de RAM dan fallos, entonces es muy posible que sea la placa base la que esté defectuosa, dado que es muy raro que fallen todos los módulos a la vez.
La tarjeta gráfica, el problema que más miedo suele generar
Los fallos con la tarjeta gráfica se suelen presentar como que el sistema no la reconozca al iniciar este. O que el rendimiento en los juegos descienda bastante de manera inesperada. O que se caliente demasiado y haga que el ordenador se apague por exceso de temperaturas.
Si el ordenador no es capaz de detectar la tarjeta gráfica al arrancar, directamente la podéis tirar, a no ser que el problema esté en la fuente de alimentación, claro.
Cuando se produce un descenso inesperado del rendimiento en los juegos, lo más probable es que se deba a un exceso de temperaturas, que haga que las frecuencias de funcionamiento de esta bajen mucho. Para conocer los datos de la temperatura, lo mejor es emplear el programa HWinfo y un programa que podáis hacer funcionar en bucle durante un buen rato.
A este respecto y teniendo este fallo de hardware en mente, el Unigine Heaven o el Unigine Valley son programas perfectos para estresar la tarjeta gráfica y observar las temperaturas que alcanza al funcionar. Si las temperaturas son muy altas, una buena opción que tenéis es limpiar el disipador de ésta y cambiar la pasta térmica que emplea. Si el problema está en que el disipador original ha dejado de funciona bien, podéis buscar un disipador de terceros que reemplace al original.
El fallo más común en las unidades de almacenamiento
En las unidades de almacenamiento mecánicas, este tipo de problemas se pueden detectar por un fallo del protocolo S.M.A.R.T. que nos puede informar que el disco duro no está funcionando todo lo bien que debería. También podríamos escuchar que la unidad da muchos golpes internos (de tipo «clac, clac, clac») porque el brazo lector no se puede posicionar correctamente sobre la unidad.
En el caso de las unidades de almacenamiento sólidas, la primera noticia que tendremos de un fallo con ellas será una caída brusca de su rendimiento a la hora de almacenar y leer datos en ellas.
En ambos casos, un programa como el CrystalDiskInfo nos puede ayudar en gran medida, dado que este programa es capaz de leer el protocolo S.M.A.R.T. e informarnos de posibles problemas que haya con las unidades de nuestro equipo.
Si este programa detecta que hay problemas con una de nuestras unidades, lo mejor que podemos hacer es mover todos los datos que tengamos en nuestro disco duro a otra unidad que no tenga estos problemas y dejar de usar la unidad problemática. Si se da el caso que la unidad ya no permite realizar esto, podéis intentar emplear el programa HDD Regenerator para sacar los datos de su interior.
Problemas con la fuente de alimentación
Para terminar la lista, los problemas con la fuente de alimentación se suelen manifestar como reinicios del equipo inesperados, tanto estando el equipo con baja carga como con alta carga de trabajo. También se pueden manifestar como que ciertos componentes del hardware de nuestro equipo no se consigan iniciar al arrancar este.
En este caso, lo mejor es emplear el programa HWinfo para comprobar el voltaje que da cada uno de los tres canales principales de la fuente: +12, +5 y +3,3 V. Las tolerancias de estos canales son de un ±5%. Si los voltajes están muy lejos del valor nominal que deberían de tener, lo mejor que podéis hacer es quitar la fuente defectuosa y sustituirla por una nueva antes que pueda causar más problemas.
No será fácil diagnosticar un fallo de hardware de este tipo, ya que para ello necesitamos un sistema de medición y control de amperaje, frecuencias, voltaje y tensión, equipos que son extremadamente caros, pero por suerte existen algunos aparatos como las pinzas de tensión que son asequibles y nos permitirán ver en tiempo real lo que está pasando cable por cable.
Además, muchas placas base de gama alta tienen puntos de control de voltaje para medirlos con polímetro. El problema es que si es un fallo de hardware en los componentes o PCB de la misma fuente solo veremos el resultado del fallo, no dónde está el problema o siquiera poder diagnosticarlo, ya que ello implica un scout de valores en todos los componentes de la PSU.
¿El PC hace mucho ruido y se sobrecalienta? Comprueba los ventiladores
En muchas ocasiones podemos olvidarnos de que los ventiladores son una parte esencial dentro de un PC, ya que son los que permiten eliminar uno de los problemas más grandes que tienen los sistemas informáticos, la acumulación de calor y aumento de temperaturas. Por lo general hay una gran cantidad de fallos que pueden tener su causa en estos componentes, y es que es bastante común que sean los causantes de que otras piezas no funcionen como deberían, y esto tiene una explicación realmente simple de por qué sucede.
Si los ventiladores presentan un fallo implica que el resto de componentes tendrán que adaptarse para funcionar de una forma en la que no terminen causando un aumento de temperatura excesivo, siendo este un mecanismo de seguridad que existe para evitar que se quemen. Esto a su vez significa que para evitar generar más calor entonces comenzarán a funcionar de una forma mucho más lenta, y como bien sabemos se aplica prácticamente a todo, ya sea al procesador, a la tarjeta gráfica, a la memoria RAM e incluso a las unidades de almacenamiento si tenemos en cuenta los SSD de gran velocidad como son los M.2.
Es por ello que debemos comprobar siempre si están funcionando de forma correcta, y al igual que con el resto de componentes lo podemos hacer tanto mediante software o comprobándolos de forma física, en el primer caso podemos utilizar la herramienta SpeedFan para crear curvas personalizadas y aumentar la velocidad a la que giran estos, mientras que la comprobación física estaría en ver si el motor está funcionando como debería, si se han salido del marco en el que se incrustan debido a un golpe, o directamente si tienen una gran cantidad de suciedad acumulada que impide que muevan el aire como deberían.
También existen una serie de problemas generalizados
Hemos conocido todos los problemas que pueden presentar cada uno de los componentes de nuestro ordenador, al final cada uno de ellos puede ser exactamente lo que nos ha pasado, permitiéndonos localizar el foco y corrigiendo fácilmente dicho contratiempo. Pero hay problemas que pueden ser mucho más generales y que afectan a prácticamente todos los componentes o a varios de ellos al mismo tiempo, lo que puede causar que no sepamos encontrar realmente donde está el problema, causando que perdamos bastante tiempo el proceso de identificación.
Este tipo de problemas generales pueden darse por varios motivos, pero en este caso nos vamos a centrar en uno que no se suele tener mucho en cuenta, y es cómo afecta la refrigeración de nuestro PC, ya sea la caja, los disipadores o los ventiladores a su funcionamiento. Hemos visto que la temperatura de la placa base, así como la de cada uno de los componentes puede causar que nuestro ordenador presente problemas en su funcionamiento, pero la causa puede estar en otros aspectos y no únicamente en el propio componente que puede presentar un defecto o similar.
El flujo de aire de nuestro ordenador por ejemplo es una de las cosas más importantes a tener en cuenta, en el caso de la caja, si elegimos una que sea demasiado pequeña es posible que el aire caliente no fluya de forma correcta, almacenando todo dentro, causando que los componentes aumenten su temperatura por este motivo. Por otra parte, si tenemos un disipador o unos ventiladores que no ofrecen la calidad necesaria para eliminar la mayor parte del calor que genera, por ejemplo el procesador, puede verse afectado tanto el propio procesador como el resto de componentes por lo mismo que hemos explicado anteriormente, el calor se concentra en la caja y aumenta la temperatura general de todas las piezas.