Arctic Freezer 8i, review: un disipador para Intel pequeño pero matón

Arctic es un fabricante que siempre ha destacado por no andarse por las ramas, lanzando al mercado productos que basan su éxito en el rendimiento puro y duro, sin filigranas. Pero también tienen productos bastante específicos como es este caso, de manera que al lanzar un disipador solo para procesadores de Intel tienen un notable ahorro de costes ya que no incluyen los accesorios para AMD, lo cual les permite vender sus productos a un precio menor.

Arctic Freezer 8i, especificaciones técnicas

Como podéis ver en la tabla, el Arctic Freezer 8i es un disipador de reducidas dimensiones ya que de hecho incorpora uno de los nuevos ventiladores Arctic P10 PWM de 100 mm, de los cuales todavía no hay especificaciones técnicas a la hora de redactar este análisis. Tiene un diseño de tipo torre simple con un único ventilador, y cuenta con tan solo 2 heat pipes de cobre atravesando una torre de 46 láminas de aluminio de 0,4 mm de grosor. Tiene por cierto la famosa pasta térmica Arctic MX-6 pre aplicada.

El ventilador Arctic P10 funciona por PWM y de hecho es híbrido, ya que por debajo del 5% de PWM se apaga completamente. Es capaz de alcanzar las 2.300 RPM de velocidad como máximo, pero desafortunadamente en este momento no tenemos datos de sonoridad, flujo de aire o presión estática.

Como decíamos antes, este disipador es solo compatible con sistemas Intel modernos, de socket LGA1851 y LGA1700, y teniendo en cuenta que solo tiene 2 heat pipes y su reducido tamaño, es bastante probable que solo esté preparado para procesadores de gama de entrada o gama media como mucho, nosotros diríamos de 100W de TDP como máximo.

Unboxing y análisis externo

El Arctic Freezer 8i viene embalado en una caja de cartón rígido a todo color, en cuya cara principal podemos ver la marca, el modelo, una imagen del disipador con el ventilador montado y algunas de sus características principales representadas en forma de icono, incluyendo el hecho de que cuenta con 6 años de garantía.

En la cara opuesta encontramos la tabla de especificaciones, junto con algunas informaciones adicionales en forma de cuadrados.

En uno de los laterales tenemos un listado del contenido junto con un QR que nos llevará a la página de soporte de Arctic, mientras que en el otro simplemente tenemos una descripción en varios idiomas y otro QR que nos lleva a la web del fabricante.

Finalmente, en la parte superior tenemos otro QR que nos lleva a las instrucciones de montaje.

Al abrir la caja nos topamos con el disipador boca abajo, y sin protección para la zona de contacto, con la pasta térmica al aire. Ojo porque te puedes manchar al sacarlo. También tenemos en un lado el ventilador y por otro una cajita con los accesorios, que es lo que vamos a ver primero.

En este caso tenemos una toallita para limpiar pasta térmica, los dos anclajes para el ventilador, cuatro tornillos de anclaje, una llave Torx que ahora vemos para qué es y la pieza de anclaje al socket.

Esta pieza de anclaje al socket sirve para sustituir, ojo al dato, el sistema de retención estándar de la placa base. Dicho de otra manera, tendremos que desmontar el sistema de retención del procesador e instalar esta pieza en su lugar, y por ello se incluye una llave Torx para desmontarla. Curiosamente, se incluye la llave Torx pero luego los tornillos del propio disipador son Philips (de estrella de toda la vida).

Aquí tenéis el Arctic Freezer 8i. Consta de una sola torre con dos heat pipes de cobre que atraviesan 46 láminas de aluminio. En uno de los lados tienen forma de dientes de sierra, donde va el ventilador, para fomentar un mejor flujo de aire.

De hecho, en uno de los dos laterales podemos ver que hay una incisión para encajar ahí el ventilador. Solo se debe instalar en este lado.

En la parte superior encontramos la salida de los heat pipes, así como el logo de Arctic en relieve. También podéis ver que hay dos agujeros que es por donde habrá que pasar los clips de anclaje del ventilador.

En la parte inferior tenemos la base de contacto con la pasta térmica pre aplicada. La superficie es bastante pequeña y es cuadrada, y sin embargo los procesadores de Intel son rectangulares. El sistema de retención viene anclado ya de fábrica.

Aquí tenéis el ventilador incluido, un Arctic P10 PWM. Tiene 10 cm de diámetro, con cinco aspas bastante anchas e inclinadas para generar mucha presión estática. El cable termina en un conector PWM de 4 pines estándar.

Cómo instalar el Arctic Freezer 8i

Antes de nada, Arctic nos recomienda instalar los clips de anclaje para el ventilador. Es tan sencillo como insertarlos en los agujeros que vimos antes en el disipador, pero ojo porque llevan posición, es decir, tienes que ponerlos tal y como te mostramos en la imagen.

En este punto todavía no hay que instalar el ventilador, pero te recomendamos probar antes de nada que queda bien porque hacer esto con el disipador ya montado complicaría bastante las cosas.

Ahora, desmontamos de nuevo el ventilador pero dejamos los clips de anclaje en su sitio y procedemos a liarnos con la placa base. Hay que desmontar el socket de anclaje de la placa, utilizando la herramienta con cabezal Torx proporcionada por el fabricante. Hay que hacer esto con sumo cuidado, es una operación delicada que desde luego no recomendaríamos a usuarios novatos. Nuestra recomendación es hacerlo con el sistema de anclaje suelto, pero con el procesador puesto, ya que de esta manera si algo se resbala no dañaremos los pines del socket.

Una vez retirado el sistema de retención de la placa, presenta el bloque incluido.

Y ponle los tornillos. Ojo, deberás usar los que venían con el disipador que son Philips, no los Torx que vienen por defecto en la placa base porque quedarían demasiado cortos.

Hecho esto, como el disipador ya tiene pasta térmica pre aplicada, preséntalo en su sitio haciendo coincidir los tornillos de la barra de sujeción (que también son Philips, por cierto) con los agujeros. Asegúrate de hacerlo orientando el disipador en la posición correcta según dónde quieras que vaya el ventilador.

Hecho esto, atornilla apretando alternativamente ambos lados hasta que quede completamente fijado.

Y con el disipador ya en su sitio, solo queda montar el ventilador.

Ya tenemos el Arctic Freezer 8i instalado en nuestro sistema y, una vez que conectes el ventilador a un puerto PWM de la placa base, estará listo para funcionar. Este disipador es tan compacto que incluso con el ventilador queda justo justo para ni siquiera tocar los módulos de memoria.

Y por detrás queda muchísimo hueco. Una pena que no venga con clips ni con agujeros para poner un segundo ventilador.

Una vez montado el Arctic Freezer 8i, ha llegado la hora de ponerlo a prueba.

Pruebas de rendimiento

Desde el principio ya os comentamos que el Arctic Freezer 8i es un disipador compacto, más bien pensado para procesadores de gama de entrada o como mucho de gama media. Esto significa que para ir holgado nosotros recomendaríamos utilizarlo con procesadores Core Ultra 7 como mucho.

Sin embargo, para poner su rendimiento en perspectiva nosotros lo hemos probado con un Intel Core Ultra 9, usando el mismo banco de pruebas de siempre:

• Intel Core Ultra 9 285K @ stock
• ASUS ROG Maximus Z890 APEX
• 2×24 GB G.Skill TridentZ RGB DDR5 7.200 MHz
• TeamGroup Cardea A440 2 TB PCIe 4
• Corsair RM1000x Swift
• Corsair Frame 4000D
• PNY GeForce RTX 5070 Ti

Si bien es cierto que este Core Ultra 9 se calienta bastante menos que la anterior generación de Intel, somos conscientes de que este disipador se nos va a quedar corto. Aun así hemos querido probar a ver qué sucede, así que hemos sometido al equipo a diversas pruebas. El dato de temperatura que mostramos es el absoluto, con 23ºC de temperatura ambiente.

Con el equipo en reposo, el procesador se mantiene a unos sorprendentes 32-33ºC, lo cual está bastante bien. Si ponemos un vídeo, o realizando cualquier tipo de tarea ligera, el procesador ronda los 40ºC, lo cual también está bastante bien.

Pero lo malo viene cuando empiezas a darle caña al equipo de verdad. En lo que hemos llamado «Gaming ligero» mostramos la temperatura del procesador jugando a League of Legends, un juego que no exige demasiado y, sin embargo, se pone casi a 77ºC. En «Gaming pesado» hemos ejecutado un título bastante más exigente como es Cyberpunk 2077, y en ese entonces la CPU casi llega a tocar los 90ºC. Muy alto realmente, pero aceptable.

Ahora bien, sometiendo al procesador a una prueba de tortura con OCCT, el procesador se pone a 100ºC y entra en funcionamiento el mecanismo de protección conocido como Thermal Throttling, es decir, reduce su velocidad y su rendimiento en post de no tostarse. Dicho de otra manera, este disipador no es suficiente, como ya sabíamos, para mantener un Core Ultra 9 al máximo de sus prestaciones.

Sin embargo, hemos de decir que a pesar de haber probado este Arctic Freezer 8i con un procesador muy sobredimensionado para él, nos ha sorprendido gratamente ver que ha sido capaz de mantener unas temperaturas altas pero aceptables.

Conclusión y veredicto

Como resumen rápido, podemos decir que el Arctic Freezer 8i es un disipador más que recomendable para todos aquellos que busquen un disipador compacto para su procesador Intel de gama media. Su rendimiento con el Core Ultra 9 ha sido muy aceptable, y eso significa que si tienes un procesador con menor TDP, el resultado será muchísimo mejor.

Ahora bien, es un disipador que también tiene sus «peros», y el mayor de ellos es que no nos ha gustado nada que para poder instalarlo haya que desmontar el sistema de retención del procesador de la placa base, más que nada porque es una operación que entraña cierto riesgo, y… bueno, no es lo suyo.

Dejando esto de lado, es un disipador bastante eficaz, silencioso y encima barato, por lo que hemos decidido que se merece nuestro galardón de Oro y nuestra recomendación por su relación calidad / precio.