Un truco para recortar precios por parte de los fabricantes de tarjetas gráficas es el de usar componentes más baratos, siendo uno de ellos el instalar chips de memoria de menor capacidad. Lo cual termina afectando, bajo ciertos niveles de calidad visual, el rendimiento de los juegos y no para bien. Pues bien, si hay algo que podemos llamar obsolescencia programada en NVIDIA, es precisamente dicha limitación.
Para el usuario medio, el cual suele tener una pantalla con una tasa de refresco de 60 Hz, lo importante es que el juego pueda alcanzar esa velocidad media en los juegos, sin embargo, hay títulos que lo hacen engañosamente en muchas tarjetas gráficas. ¿El motivo? Si bien alcanzan dicha tasa de cuadros por segundo, ciertos fotogramas no llegan a generarse en 16.67 milisegundos, sino que tardan mucho más. ¿El culpable? En NVIDIA esto se debe a una de las limitaciones artificiales colocadas por la compañía en sus modelos y que hará que estás tengan una vida útil más corta que la competencia.
La obsolescencia programada en las tarjetas gráficas de NVIDIA
Uno de los problemas más típicos en una tarjeta gráfica es cuando la tasa de frames por segundo se reduce por falta de memoria disponible, dado que esto fuerza a la GPU a tirar de su unidad DMA para acceder a la RAM del sistema a través del puerto PCI Express. Recordemos, que al contrario que lo que ocurre con la CPU, la memoria principal se encuentra alejada del hardware gráfico dedicado y es la VRAM su memoria local y, por tanto, la más cercana.
Pues bien, todos los juegos al cambiar su calidad gráfica a las configuraciones más altas terminan por requerir una mayor cantidad de memoria de vídeo. Es aquí donde nos encontramos con la obsolescencia programada en NVIDIA. Es decir, si comparamos en cuanto a GPU o chip gráfico, la marca de verde tiene mejores diseños que su rival AMD. El problema llega cuando hablamos de configuraciones de memoria, en especial en las tarjetas de alta gama. Y todo se debe, al uso, en muchos modelos, de los chips GDDR6 y GDDR6X de 1 GB de capacidad por chip, mientras que las RX 6000 y RX 7000 han apostado siempre por configuraciones de 2 GB.
La cosa se complica en las nuevas RTX 40, donde NVIDIA ha decidido recortar el bus de memoria, si bien no se ha perdido en ancho de banda, la cantidad de chips se ha recortado. Por suerte, han decidido usar chips de 2 GB como AMD esta vez, por lo que el problema se encuentra en las RTX 30, donde las configuraciones de 8 GB, de cara a ciertas resoluciones y calidades gráficas tienen dicho problema,
¿Cómo afecta al rendimiento de los juegos?
Hemos de partir del hecho de que a medida que pasa el tiempo los juegos se hacen más complejos visualmente y requieren mejor tarjeta gráfica, otra cosa es la falta de optimización en PC, pero eso es otro cantar. Nos solemos fijar en la tasa media de frames por segundo en los juegos, sin embargo, hay momentos en que bajo ciertas configuraciones gráficas la cantidad de FPS mínimos que alcanzan ciertos juegos es inferior a la que alcanzan modelos inferiores dentro de la misma generación, pero con más RAM de vídeo.
Recordad que el tiempo de frame no es igual para todos los fotogramas y algunos son rápidos de ejecutar por CPU y GPU, mientras que otros son más lentos. Cuando hablamos de por ejemplo, 60 FPS, no tenemos 60 cuadros contados en un segundo, ya que hablamos de velocidad. Esto es lo mismo que ir en coche, donde ir a 100 Km/h no te asegura que llegues a una distancia de 100 Km respecto al punto de partida, por el hecho de que te encontrarás con cosas como atascos, carreteras con curvas, desvíos, semáforos, etcétera.
El caso es que si una tarjeta gráfica no tiene la suficiente VRAM la velocidad mínima de frames por segundo baja y con ello se recorta la media de FPS. Por el hecho que por la falta de memoria de vídeo la GPU ha de buscarla de algún lugar. Es inaudito cuando tienes un modelo capaz de ejecutar por sus especificaciones técnicas ciertos juegos a calidad gráfica al máximo y que se ven lastrados en rendimiento por la memoria instalada en la tarjeta.