La inestabilidad de las CPU Intel afecta a modelos de gama media y «no-K»

Son muchos los problemas que Intel ha experimentado en los últimos años, y es que los procesadores de las dos últimas generaciones que hay actualmente cuentan con una inestabilidad que puede causar que sus chips queden completamente inutilizables. Aunque les ha costado reconocerlo, son conscientes de que el problema se encuentra en sus procesadores, motivo por el que van a realizar unas actualizaciones al microcódigo que tienen y que es el causante de estos problemas de estabilidad de los Intel Core.
Uno de los mayores problemas que ha tenido Intel en los últimos años, y por los cuales han recibido una gran cantidad de críticas, está relacionado con la inestabilidad que presentan los modelos de sus procesadores de las generaciones 13 y 14. En un principio trataron de culpar a los fabricantes de placas base por ofrecer perfiles de overclock que no estaban dentro de los planes de la compañía, así como a las configuraciones que podían tener los usuarios para conseguir un rendimiento mayor, pero obviamente, la raíz del problema estaba en las propias CPU.
Los problemas de inestabilidad de Intel no paran
Hace unos meses vimos cómo muchas personas comenzaron a quejarse de que sus procesadores Intel estaban teniendo una gran cantidad de situaciones en las que al ejecutar un juego o cargas de trabajo que requieren una gran potencia, comenzaban a experimentar el mítico pantallazo azul. El BSOD, según indicaban los usuarios, era repentino y podía terminar en destrozar por completo el procesador, y es que el problema iba más allá de lo que muchos podían creer, ya que se encuentra en el propio procesador, tal y como ha reconocido Intel.
En estos casos lo que sucede es que el procesador hay momentos en los que al tener una carga de trabajo demasiado elevada podía solicitar una cantidad de energía mayor de la que puede soportar, esto como bien sabemos, implica un voltaje mucho más alto, que puede acabar destrozando la CPU. Y efectivamente esto es lo que le ha sucedido a muchos usuarios, dejando el chip completamente inutilizable sin poder hacer prácticamente nada.
Hace poco desde la compañía reconocieron que el problema estaba en sus chips, y que a mediados de Agosto lanzarían una actualización del microcódigo para solucionar este error, indicando además de que cualquier cliente que tenga o haya tenido problemas de inestabilidad en su CPU de sobremesa debería ponerse en contacto con el servicio de atención al cliente de Intel para tratar de solucionar el problema.
El punto fuerte de esto, está en que ahora conocemos que los Intel Core afectados no son únicamente los modelos i9 e i7 más potentes, ya que según ha desvelado la compañía, incluso las versiones de menor rendimiento configuradas a 65W pueden presentar estos problemas de estabilidad. Este fallo resulta extremadamente grande, ya que no solo se limita a los procesadores creados para overclock, algo que parecía ser bastante obvio, sino que es generalizado, y es que el fallo también afecta a los modelos principales no K y a sus homólogos K/KF/KS