Si estás al tanto de la actualidad sabrás que hace algo más de una semana salieron a la palestra los primeros datos oficiales sobre el rendimiento de las últimas CPU AMD con el nuevo sistema operativo Windows 11 de Microsoft. Sorprendentemente, en el equipo rojo no se dieron cuenta de que existía un problema de base que mermaba el rendimiento de sus procesadores. Hoy, aquellos datos nos parecerán buenos, puesto que el problema va más allá y es que la latencia de la caché y la memoria se dispara en hasta 6 veces por encima de su valor normal ¿Qué problemas tiene AMD con Windows 11 y su caché?
¿Cómo es posible que AMD no se diese cuenta de un detalle tan importante para sus CPUs con el nuevo Windows 11? No lo sabemos, pero lo ocurrido relega a la compañía un escalón por debajo de Intel en este nuevo SO y lógicamente el problema no son sus procesadores, sino el compendio de estos con el sistema operativo. Nuevos datos arrojan todavía más luz sobre el problema, los cuales son preocupantes.
Dos problemas detectados, ninguna solución de momento
Los últimos datos ofrecidos demuestran que las actualizaciones de Windows 11 no están beneficiando a AMD, sino más bien al contrario, están destruyendo lentamente su rendimiento. Y es que precisamente lo que consiguen es ralentizar varios puntos clave de sus procesadores, en concreto los de la serie Ryzen y especialmente los que tienen 8 núcleos o más, así como TDP por encima de los 65 vatios.
¿Por qué estás condiciones tan concretas? Primero por segmentación de modelos, ya que los CCD están compuestos como máximo de 8 núcleos, en segundo lugar el problema del consumo que va ligado al primer punto y que tiene que ver con la función CPPC2 (Collaborative Power and Performance Control 2) el cual balancea la carga de los núcleos hacia aquellos que pueden conseguir una mayor velocidad y por lo tanto un mayor rendimiento en tareas tanto pesadas como ligeras, reduciendo el voltaje y por ende el consumo.
Windows 11 destroza la latencia en CPU AMD
Lo comentado aquí no tiene que ver con los problemas de VBS y HVCI que ya mermaban el rendimiento de por sí, aquí el problema es un destrozo mayúsculo en la latencia de la caché y de la memoria RAM, donde los valores con respecto a Windows 10 se multiplican por seis, sobre todo a raíz de las últimas actualizaciones de Windows 11.
Lo normal en estos procesadores es que a partir de los 32 MB de carga en caché se dispare lógicamente a valores de 40. 50 y hasta 90 ns, mientras que con cargas inferiores debería mantenerse sobre los 10 ns.
Con Windows 11 tras pasar los 2 MB de carga tenemos un aumento exponencial que llega hasta los 30 ns con 4 MB y a más de 50 ns cargando la caché con 16 MB. Además, la gráfica fluctúa, sinónimo de que el balanceo de la carga y los hilos no está siendo bien ejecutado por parte de Windows 11. ¿Qué repercusiones tiene esto? Pues una caída del 15% extra en gaming y entre un 3% y un 5% en software de escritorio.
AMD está trabajando con Microsoft para solucionar esto, el problema es que Intel ya ha mandado las primeras unidades para revisión de sus CPU Alder Lake, por lo que dichas revisiones tienen que hacerse con Windows 11 para determinar el rendimiento real debido al planificador de hilos Thread Director de Intel, así que comparativamente hablando y para igualar condiciones las CPU AMD tienen que disponer del mismo SO, lo cual lastaría el rendimiento en las tablas de valores, al menos si AMD y Microsoft no solucionan el problema a tiempo.