Los nuevos procesadores de AMD llegan con una gran cantidad de novedades, y es que los Ryzen AI 300 no buscan solo mejorar el rendimiento a nivel de CPU de sus antecesores, sino que también quieren dominar por completo el mercado de las iGPU mejorando las capacidades de esta misma. La gráfica incorporada que podíamos encontrar en las versiones anteriores, la Radeon 780M ya era potente, pero la nueva que incluyen los AI 300, supera por mucho estas capacidades.
Muchos de los procesadores que podemos encontrar actualmente incorporan una GPU integrada que permite utilizar una gran variedad de aplicaciones o incluso juegos sin necesidad de hacernos con una gráfica dedicada, lo que reduce el coste de crear una configuración que resulte muy básica. Ahora, los nuevos procesadores orientados para inteligencia artificial de AMD buscan ofrecer una potencia muy superior a la que podemos encontrar, y es que los AI 300 incorporan una gráfica integrada que llega para ofrecer el mayor rendimiento posible.
Una potencia creada para la IA, pero que puede sustituir a varias gráficas dedicadas
Cuando hablamos de las ventajas que son capaces de ofrecernos los procesadores que integran una GPU, está claro que la primera que se nos viene a la cabeza es la posibilidad de evitar tener que comprar una gráfica dedicada para realizar tareas muy básicas. Y desde AMD conocen que los procesadores que tienen de última generación, gracias a la Radeon 780M son capaces de permitir a un usuario utilizar programas que requieren un renderizado con un rendimiento bastante más alto del que podemos esperar de una iGPU.
Es por ello que han querido aprovechar su posición a la hora de incorporar este componente en sus procesadores, mejorando la GPU integrada de sus nuevas CPU, lo que hace que no solo sean perfectos para la inteligencia artificial, sino también para juegos que no piden demasiados requisitos. Y es que desde AMD han asegurado que la nueva Radeon 890M es capaz de ofrecer una mejora general de aproximadamente un 20%, mientras que el rendimiento en los juegos aumentaría en un 36%, aunque está claro que estos datos hay que cogerlos con pinzas.
Con esto no nos referimos a que no sean realistas, sino que hay que destacar que este tipo de datos se sacan de hacer diversas pruebas eligiendo los mejores resultados, por los que no conocemos cuales son las circunstancias en las que se han realizado dichas pruebas. Esto implica, que es posible que puedan ofrecer este rendimiento superior, pero que tan solo sea posible hacerlo con una configuración muy específica y en ciertos juegos, pero lo que está claro es que en general, es mucho mejor que su versión anterior.
Las gráficas dedicadas de portátil no pueden competir con la 890M de los Ryzen 300
Uno de los detalles que más nos ha llamado la atención, es el hecho de que el rendimiento que es capaz de ofrecer esta iGPU, al ser supuestamente un 36% superior al de la 780M implica que es capaz de ofrecer una potencia similar a los modelos de gráficas dedicadas más antiguas o de menor gama. En este caso, según indican los benchmarks realizados, el rendimiento de la iGPU 890M es similar a la Arc A370M de Intel, la GeForce MX 570 de Nvidia para portátiles y la GeForce GTX 1650, también para portátiles.