Cuando utilizamos un ordenador, todas las aplicaciones que utilizamos por defecto van entrando en todos los núcleos de nuestro procesador para poder funcionar, aunque existen formas para evitar que los programas utilicen todos los núcleos, y es cambiando la afinidad. Esto de primeras puede parecer algo inútil, pero hay ocasiones en las que podemos optar por asignar nosotros los núcleos de la CPU para ganar rendimiento en ciertas aplicaciones, como con los videojuegos.
Cambiar la afinidad de una aplicación es relativamente sencillo de hacer, aunque hay ciertos casos en los que puede haber otro programa que impida que podamos hacer esto, por lo que esto nos puede impedir hacerlo de la forma más sencilla. A continuación os vamos a mostrar las formas más sencillas que tenéis para poder asignar los núcleos que queráis a una aplicación, sin instalar nada, así como mediante un programa que permite a la vez, optimizar nuestra CPU.
Para qué sirve asignar ciertos núcleos a un programa
Como bien hemos explicado al principio, a la hora de utilizar las aplicaciones de un ordenador estas están programadas para ir pasando por todos los núcleos de un ordenador de forma que se optimiza la velocidad, haciendo que el programa tenga un rendimiento más alto. Pero en ciertos casos esto puede ser un problema, como es el caso de los E-Cores que ofrece Intel, ya que para aplicaciones que requieren una gran potencia como pueden ser los videojuegos estos tienen grandes problemas de rendimiento si terminan por entrar en uno de los núcleos de eficiencia que ofrecen los últimos procesadores de Intel.
Pero esto no es el único motivo que podemos tener, ya que al final cuando trasteamos un poco podemos ver que existen máscaras de afinidad que pueden permitirnos que una aplicación funcione mucho mejor, aunque está claro que esto es ir probando, ya que cada situación puede ser diferente. De esta forma, os vamos a enseñar cómo podéis aplicar ciertos cambios para poder controlar por completo los núcleos por los que pasan vuestras aplicaciones.
Mediante el administrador de tareas de Windows
Existe una forma muy sencilla para aplicar una asignación de núcleos personalizada en Windows, y es simplemente mediante el administrador de tareas, que nos permite cambiar diversos parámetros relacionados con el funcionamiento de los programas que estamos ejecutando.
- Abrimos el administrador de tareas
- Nos posicionamos sobre la ventana «Procesos»
- Hacemos clic derecho sobre el programa al que queramos cambiarle los núcleos asignados y hacemos clic sobre «Ir a detalles»
- Una vez en la pestaña «Detalles» hacemos clic derecho sobre el ejecutable del programa
- Se abrirá un desplegable donde tendremos que seleccionar «Establecer afinidad»
- Una vez aquí podemos seleccionar los núcleos que queramos que utilice esa aplicación.
Mediante Process Lasso
Si queremos tener un control mayor sobre nuestras aplicaciones, podemos optar por utilizar el programa Process Lasso, que nos ofrece una interfaz capaz de modificar en tiempo real nuestra CPU con una gran cantidad de parámetros que podemos modificar.
- Descargamos Process Lasso desde la página oficial y lo instalamos
- Se nos abrirá el programa y nos mostrará todas las aplicaciones en uso
- Buscamos la aplicación que queremos modificar y hacemos clic derecho sobre ella
- Nos aparecerá un desplegable, marcamos la opción «Afinidad del CPU»
- Se abrirá otro desplegable con otros dos desplegables más, «Actual» y «Siempre»
- Si establecemos los parámetros desde «Actual» el programa cambiará la asignación de núcleos hasta que se cierre la aplicación
- Por el contrario si elegimos «Siempre» incorporará el uso de los núcleos que especifiquemos para cada vez que abramos el programa.
- Seleccionamos el que necesitemos y se abrirá otro menú en el que podemos asignar los núcleos que queramos.