Los teclados con respuesta háptica hace tiempo que son posibles tecnológicamente hablando, pero no se han convertido en estándar de uso diario en nuestros ordenadores. ¿Cuál es el motivo que existe detrás de ello, se trata de una tecnología totalmente innecesaria, o en su defecto su utilidad real es realmente muy baja?
El concepto de un teclado que sea realmente una pantalla táctil con respuesta háptica en la que poder escribir no es una novedad para los usuarios de teléfonos inteligentes y tablets que utilizan dicho método, pero en PC eso no es común hacerlo. No obstante existe la posibilidad de teclados que sean por sí mismos una pantalla. ¿Por qué este concepto no se ha estandarizado en PC?
La sensación de teclear es importante
Una de las cosas que son clave en la experiencia diaria con las cosas es el tacto, no le damos importancia debido a que están ahí. El simple hecho de teclear supone un feedback sensorial por el retorno de la tecla, al cual no le prestamos atención hasta que cambiamos nuestro teclado convencional por uno que no da la misma respuesta.
Cuando apareció el primer iPhone una de las tecnologías que trajo consigo fueron las pantallas táctiles capacitativas que permitían interactuar con ellas sin necesidad de un lápiz. Por lo que pronto se hizo claro que se podría teclear en dichas pantallas, pero para los que estábamos acostumbrados al feedback táctil o háptico nos parecía antinatural la falta de respuesta. Por lo que el desarrollo en los años siguientes fue la creación de sistemas que diesen una respuesta sensorial a los usuarios al tocar dichas pantallas y desarrollar eventualmente teclados con la nueva tecnología.
En los últimos años se ha investigado mucho en la creación de interruptores que se encarguen de dar un feedback en el uso de una pantalla táctil como si fuese un teclado. El problema es que la mayoría de estas soluciones se están utilizando en paneles táctiles para la presentación de información en cajeros automáticos o sistemas de venta directa.
Existen teclados con respuesta háptica
Aunque estos no suelen ser muy populares en uso debido a su alto precio y como hemos dicho antes no proporcionan todavía la sensación táctil de un teclado convencional, dicha solución no debe confundirse con la de teclados como el Optimus, el cual se basa en el concepto que cada tecla tiene una pantalla integrada en sí misma pero utilizando interruptores mecánicos convencionales.
De lo que hablamos es de la construcción de un teclado que se basa en una única pantalla con hardware de respuesta háptica para cada tecla que emule los diferentes interruptores. ¿El problema? Estos serían extremadamente caros de implementar en comparación con un interruptor mecánico convencionales. Se ha de tener en cuenta que los usuarios no estamos acostumbrados a pagar grandes cantidades de dinero por un teclado y dicha solución encarece varias veces el precio de un teclado con feedback háptico y este no resulta lo suficientemente bueno como para dar como resultado el reemplazo de los teclados de toda la vida.
Es decir y ya para concluir, es el mismo caso que la leyenda urbana del lápiz y el desarrollo del bolígrafo espacial y es que la mayoría de veces lo más simple es también lo más funcional.