Desde su presentación técnica hay mucho debate acerca de todo lo relacionado con la potencia y la frecuencia de la PS5 frente a la Xbox Series X (XSX). Ya hablamos del as en la manga de SONY a modo de la tecnología SmartShift de AMD, pero esto también planteaba dudas sobre los 2,23 GHz de la iGPU y cómo iba a afectar a los juegos el balance de las frecuencias. Hoy Mark Cerny ha dado nuevas claves sobre todo esto.
SONY está de actualidad y los usuarios tienen las espadas en todo lo alto, al parecer bastante más que las dos compañías que se jugarán la hegemonía de sus principales productos gaming en este año.
No es de extrañar el «hype» logrado por ambas, pero todavía quedan muchas incógnitas por desvelar. Algunas las vamos a desvelar hoy a partir de unas nuevas declaraciones de Mark Cerny, entre ellas la gestión térmica, los posibles problemas de los desarrolladores y como afecta esto a los juegos.
Los desarrolladores no tendrán que optimizar nada para el cambio de frecuencias
Como ya vimos, SmartShift es una tecnología revolucionaria de AMD que implementa por primera vez en los Ryzen 4000 Mobile para portátiles y lo que realiza es un balanceo de la energía entre CPU y GPU según su carga, permitiendo frecuencias más altas hacia el componente donde va dicha energía.
Esto ha planteado serias dudas frente a lo ofrecido por Microsoft y XSX, ya que en esta consola dichas frecuencias son fijas, así que entendemos que el rendimiento es constante. SONY ha salido a la palestra ante los rumores de rendimiento y optimización por parte de los desarrolladores y afirma que no tendrán que optimizar de ninguna manera sus juegos:
La frecuencia se ajustará a las acciones de la CPU y la GPU, y por lo tanto, no habrá partes de código escritas intencionadamente para cada transistor o un número máximo de ellos para que la CPU y la GPU cambien en cada ciclo. Los juegos no están cerca de ese nivel y cantidad de consumo de energía.
Como podemos ver, el arquitecto del sistema de la PS5 deja bien claro que la programación de los juegos será totalmente coloquial y transparente para los desarrolladores, pero aun así ha querido enfatizar en el tema de las frecuencias.
Los títulos utilizarán SmartShift con frecuencias siempre aumentadas
Las consolas devkit suministradas por SONY llegaron a los desarrolladores con frecuencias fijas, lo cual es normal, ya que lo que se pretende es precisamente que dichos desarrolladores maximicen el potencial de la consola y busquen los límites de rendimiento.
Aunque esto no será así para las versiones de los usuarios y no tendrán dicho perfil fijo, Cerny ha asegurado que todos los juegos de PS5 que se lancen obtendrán frecuencias aumentadas para que así puedan aprovechar la potencia adicional. Esto ha vuelto a levantar ciertas dudas sobre el hecho de que SONY haya logrado tanta frecuencia en su consola y, sobre todo, durante un tiempo prologado.
Cerny también desveló cómo lo han conseguido, y es que, según el ingeniero, SONY ha encontrado un conjunto de frecuencias denominado internamente como «hotspot«. ¿A qué se refiere Cerny con esto? Pues a un conjunto de frecuencias donde dicho hotspot es una densidad térmica entre la GPU y la CPU igualitaria, es decir, son igualmente fáciles de enfriar o por el contrario, son igualmente difíciles de enfriar.
Esto lógicamente deja la puerta abierta a un sistema de disipación más avanzado que el de Xbox Series X, ya que, aunque el consumo de PS5 sobre el papel es 30 vatios inferior al de Microsoft, la carga recaerá sobre un componente más que en el otro. Así que será interesante ver como SONY va a solventar esto aun tratándose de una APU.