Microsoft publicó ayer las especificaciones técnicas oficiales de la Xbox Series X, pero dejando algunas incógnitas en el aire. Por ejemplo, la consola tiene 16 GB de RAM GDDR6, pero 10 GB funcionan a una velocidad y 6 GB a otra. También tiene dos velocidades de funcionamiento en el procesador, una con SMT activo y otra distinta cuando está inactivo. En este artículo vamos a explicarte por qué funciona de esta manera, a lo que vamos a añadir cómo funciona la carga rápida.
Realmente, y aun sabiendo las características técnicas completas de la consola, quedan muchas incógnitas sobre cómo funciona la Xbox Series X. Así pues, a continuación vamos a tratar de arrojar un poco de luz sobre los diferentes aspectos que han quedado sin explicar.
Xbox Series X reserva recursos para los juegos
Lo primero que ha puesto en duda la gente es la cantidad de memoria RAM. De los 16 GB que tiene la consola, 10 GB funcionan a 560 GB/s de ancho de banda, mientras que los 6 GB restantes funcionan mucho más despacio, a 336 GB/s. Por este motivo la gente ya ha empezado a especular sobre el rendimiento de la consola, alegando que pasará lo mismo que sucedió en su momento con las GTX 970 de NVIDIA, que finalmente tuvieron que decir que tenían 3,5+0,5 GB.
La realidad es que los 10 GB de RAM GDDR6 más rápidos están reservados exclusivamente para juegos, mientras que los 6 GB restantes son de «disposición general». El sistema operativo de la Xbox Series X ya se reserva 2,5 GB para sí mismo, quedando otros 3,5 GB que pueden ser utilizados para muchas cosas como datos de audio, scripts y un largo etcétera. En cualquier caso, 10 GB de RAM GDDR6 de alta velocidad para los juegos es una cantidad más que respetable.
Lo mismo sucede con el procesador y sus núcleos. La consola cuenta con un procesador AMD Zen 2 personalizado de 8 núcleos y 16 hilos de proceso gracias a SMT, pero Microsoft ha especificado que funcionará a 3,8 GHz en todos los cores cuando SMT esté desactivado o, alternativamente, funcionará a 3,6 GHz cuando SMT esté activado, es decir, cuando tenga los 16 hilos de proceso.
Lo primero que pensamos es que esto está hecho así por el calor generado y en parte puede ser así, pero en realidad es que una de las cosas «personalizadas» de este procesador es que está diseñado en dos clústers de 4 núcleos cada uno, de los cuales se reservan 7 núcleos permanentemente para juegos y un núcleo para el sistema operativo. Los desarrolladores han confirmado esto, alegando que los juegos estarán optimizados para 7 núcleos.
¿Qué ventaja tiene hacer esto? Que los juegos tendrán siempre CPU y RAM reservados, y aunque la consola esté haciendo otras tareas en segundo plano (guardar la partida, actualizar algo, descargar un juego, etc.) no afectará para nada al rendimiento del juego, ya que se estará realizando literalmente con otro hardware.
Cómo funciona la carga rápida
Otra de las cosas interesantes con las que contará la Xbox Series X es con la función de carga rápida. En teoría podremos dejar los juegos «congelados» en cierto punto, podremos apagar la consola y luego cuando la encendamos, volver a retomarlo por donde lo dejamos. Y eso no es todo, sino que de hecho podremos hacerlo con varios juegos, es decir, podremos cambiar de juego y retomar el anterior por donde lo habíamos dejado sin tener que cerrar uno u otro.
¿Cómo se consigue esto?
La manera de hacer esto es inteligente a la par que obvia. Dado que la Xbox Series X contará con una gran cantidad de RAM y una gran capacidad y velocidad en su SSD, lo que hará será directamente volcar lo que haya en la RAM dedicada para el juego al almacenamiento, tal cual, y guardarlo como caché. Luego, cuando se retoma el juego se vuelve a copiar esa caché del SSD a la RAM, permitiéndonos retomar el juego por donde lo hubiéramos dejado. Fácil y rápido.