Reemplazar un disco duro por un SSD o añadir más espacio de almacenamiento en este formato es un proceso muy rápido y sencillo, aunque para algunos usuarios pueden parecer una tarea titánica, especialmente si se enfrentan a algún problema durante el proceso como, por ejemplo, que el equipo no sea capaz de reconocerlo.
Muchos son los motivos por los que un equipo puede no reconocer la nueva unidad que se ha conectado, motivos relacionados tanto con hardware como con software.
Windows no detecta el SSD
Afortunadamente, este problema tiene una solución muy sencilla y tan solo nos llevará unos pocos minutos solucionarlo siguiendo los pasos que os mostramos a continuación.
Comprobar las conexiones
Lo primero que debes hacer en estos casos es abrir nuevamente el PC para descartar que se trate de un problema de hardware para comprobar que la conexión entre el cable SATA y el SSD es la correcta.
Si se trata una unidad SSD M.2 debes asegurarte de que la unidad está colocada en la ranura adecuada y que encaja perfectamente. Si es así y el PC tiene dos ranuras M.2, cambia la ranura de la unidad y vuelve a intentarlo.
Acceder a la BIOS
Si las conexiones físicas de la unidad de almacenamiento son correctas, el siguiente paso que debes hacer es acceder a la BIOS del PC y comprobar si este reconoce la nueva unidad de almacenamiento.
La información de las unidades de almacenamiento, si la BIOS / UEFI está en inglés se encuentra en el apartado Storage y donde debemos comprobar si la unidad que hemos conectado se muestra disponible. También podemos comprobar si la unidad está disponible en la BIOS a través de la sección Boot, donde debe mostrarse la unidad predeterminada que utiliza el sistema para iniciar y donde también debería estar disponible la nueva unidad que hemos conectado.
Debemos pulsar sobre la nueva unidad para seleccionar la interfaz que hace uso, ya sea SATA o PCIe, ya que la BIOS puede haber identificado la unidad de forma errónea y por eso Windows no tiene acceso.
Administrador de discos
Una vez hemos conseguido que la BIOS detecte la nueva unidad, cabe la posibilidad de que Windows siga sin reconocerla. Para darle el empujón que le falta, debemos inicializar el SSD utilizando el Administrador de discos donde se debe mostrar la nueva unidad de almacenamiento, aunque de momento, todavía no tenga asignada su correspondiente letra.
Con el Administrador de discos abierto, seleccionamos la unidad que hemos conectado y con el botón derecho del ratón seleccionamos la función Nuevo volumen simple. A continuación, tan solo debemos formatear la unidad, acción que podemos hacer desde el explorador de archivos donde ya estará listada la nueva unidad.
Actualizar los drivers
Una que Windows ha detectado la unidad de almacenamiento SSD que hemos añadido al equipo, esta debería funcionar sin ningún problema. Sin embargo, cabe la posibilidad de que su velocidad o rendimiento no sea el mejor de todos.
La solución a este problema pasa por actualizar los drivers de las unidades de almacenamiento que tenemos conectadas. Para hacerlo, debemos acceder al Administrador de dispositivos de Windows, pulsar en la opción Unidades de disco y, a continuación, seleccionar el controlar de la unidad SSD para, con el botón derecho, pulsar en el botón Actualizar drivers.
Qué hacer si nada funciona
Después de seguir todos los pasos que hemos detallado más arriba, la unidad SSD debería funcionar. Sin embargo, cabe la posibilidad de que esté presente un problema de funcionamiento y que estemos buscando la solución a un problema que realmente no está relacionada con nuestro equipo sino con la unidad que estamos intentando conectar.
Para salir de dudas, si tenemos una caja de disco duro externo, es utilizar con el SSD y comprobar si la unidad funciona como unidad de almacenamiento externa. Si es así, hay algún paso de los que hemos indicado que no se ha realizado correctamente. Pero, si no funciona, significa que el problema está en la unidad no en el PC donde queremos conectarlo.