A la hora de jugar, muchos son los elementos que pueden afectar tanto al rendimiento del juego en base al hardware como a la experiencia que estos nos ofreces a través de los periféricos y de la conexión a Internet. La limitación de hardware es soluciona bajando la calidad gráfica del juego, pero ¿cómo solucionamos otros problemas como el input lag?
El input lag produce un retraso en la señal que se envía desde el dispositivo hasta que se procesa en el equipo o en los servidores si hablamos de juegos online, afectando seriamente a la posibilidad de ganar un perder una pelea además de ofrecer una experiencia de juego lamentable.
Afortunadamente, no se trata de un problema que tenga una solución compleja, sino que, siguiendo los consejos que os mostramos a continuación, fácilmente puedes reducir el input lag.
Utilizar periféricos con cable
Utilizar un ratón y teclado inalámbrico nos ofrecen una mayor libertad de movimientos, sin embargo, no todos los dispositivos inalámbricos ofrecen el mismo tiempo de respuesta. La mejor forma de reducir el input lag es utilizar periféricos con cable o bien invertir en un teclado y ratón inalámbrico de gama alta que reducen la latencia a la mínima expresión.
Estos ratones incluyen envían la señal a través de la frecuencia de 2.4 GHz a través de un receptor incluido, y son capaces de reducir la latencia hasta 1 ms, la misma que ofrecen los ratones y teclados de gama alta. Si utilizamos un mando para jugar, es recomendable hacerlo utilizando un cable en lugar de aprovechar la conectividad Bluetooth ya que esta tiene una mayor latencia.
Periféricos de gama alta
De nada sirve tener un equipo de última generación para disfrutar de nuestros juegos favoritos con un teclado y ratón de 10 euros (un caso muy similar a los móviles de última generación protegidos con fundas de 5 euros).
Los teclados y ratones ofrecen una tasa de sondeo de 125 Hz. En el mercado podemos encontrar periféricos que ofrecen tasas de sondeo muy elevadas. Un periférico que ofrezca una tasa de sondeo de 500 Hz, tiene un retraso de 2 ms en lugar los 8 ms de uno con 125 HZ.
Desactivar V-Sync
Una de las opciones de configuración que la mayoría de los usuarios modifica nada más instalar un juego es la sincronización vertical. Esta función está diseñada para evitar el desgarro de la pantalla, pero va asociado a un retardo en la señal de entrada que envían los periféricos al obligar a la GPU a esperar a que el monitor muestre un fotograma antes de renderizar el siguiente.
Aprovechar las capacidades del monitor
Si estás utilizando un monitor gaming, si no lo estás haciendo ya, lo primero que debes hacer es activar el modo de juego que se adapta la configuración al tipo de juegos: FPS, RTS, MOBA entre otros. La mayoría de los monitores gaming, incluyen diferentes perfiles para determinados tipos de juego que establecen la mejor configuración posible para que el input lag no sea un problema.
Sincronizar los FPS del monitor con la gráfica
Otra característica que también debemos aprovechar si utilizamos un monitor gaming es su tasa de refresco. Para sacar el máximo partido, debemos habilitar tanto NVIDIA G-Sync como AMD FreeSync para sincronizar el número de FPS que es capaz de mostrar el juego con la capacidad de procesado de la gráfica.
De esta forma, vamos a disfrutar de una mayor fluidez de movimiento y, aunque no reduce el input lag, si da la sensación de hacerlo al mostrar antes de tiempo los movimientos del ratón o pulsaciones del teclado o incluso de un mando de control.