¿Cuándo deberías plantearte una estación de trabajo en vez de un PC para trabajar?

Una estación de trabajo es una categoría de ordenador por sí misma, suelen usar componentes venidos del mundo de los servidores, pero adaptados al uso de un ordenador personal. Lo que significa que usan procesadores mucho más potentes que los Intel Core y los AMD Ryzen, en concreto los Xeon W y THREADRIPPER de cada una de esta marcas. Así como placas base propias. ¿Merece la pena comprar una para usar en casa? ¿Cuáles son las aplicaciones donde este tipo de sistemas más se usan?
El concepto estación de trabajo se ha diluido con el tiempo, esto se debe a que buena parte de las capacidades que las diferenciaban de un ordenador personal al uso han sido integradas en los PC que se usan comúnmente, lo que ha hecho que ya no sea necesario comprar uno de estos monstruos para realizar ciertas tareas. Sin embargo, en ciertos sectores profesionales se siguen usando este tipo de PC de alto calibre.
¿En qué profesiones se recomienda una estación de trabajo?
Hemos de aclarar, antes de nada, que a día de hoy podemos hacer cualquier cosa con un PC al uso; sin embargo, hay sectores donde las aplicaciones que se usan para el trabajo diario hacen uso de características que se encuentran disponibles en los procesadores diseñados para estaciones de trabajo. Por ejemplo, puede ser que hagan uso de algún tipo de set de instrucciones especial o una unidad de ejecución inédita que solo se encuentra en dicho tipo de CPU y cuyo uso termina por acelerar de manera palpable el rendimiento.
Otra de las capacidades únicas de las estaciones de trabajo es su configuración de memoria, suelen usar 4 e incluso en algunos modelos hasta 8 canales de memoria, en frente de los 2 de un PC convencional. Por lo que en aplicaciones que requieren manejar una gran cantidad de información simultánea les es muy importante.
Diseño y renderizado 3D profesional
Tener una buena tarjeta gráfica es esencial para ello, pero algunas aplicaciones profesionales hacen uso de las CPU para estaciones de trabajo en dupla con las tarjetas gráficas del sistema para ejecutar ciertos efectos y algoritmos complejos. Por ejemplo escenas con trazado de rayos lo suficientemente complejo como para un simple frame haga que la RTX 4090 quede al nivel de la integrada más pobre. En la misma categoría podríamos añadir al diseño asistido por ordenador y, por tanto, las aplicaciones CAD/CAM.
Edición de vídeo y música
Aunque las tarjetas gráficas tienen sus propios códecs de vídeo por hardware, no soportan todos los códecs y tampoco a todos las tasas de bits. Es por ello que muchos editores de vídeo profesionales usan las decenas de núcleos en los procesadores de una estación de trabajo para poder codificar vídeo de la forma más rápida posible. Es más, las tarjetas gráficas para gaming suelen estar limitada a manipular dos archivos de vídeo al mismo tiempo.
Aquí no hablamos de editar el vídeo de las vacaciones, sino de personas que viven del audiovisual y requieren manejar pistas de música y vídeo de gran calidad y, por tanto, de gran tamaño. El suficiente como para que hasta el PC más potente termine funcionando a pedales.
Una estación de trabajo es común en el mundo científico
Nos referimos a aquellas usadas en investigación, ya sea por temas de salud, ingeniería u otras aplicaciones que requieren de investigación científica. El motivo no es otro que se suelen manejar grandes volúmenes de datos que requieren ser procesados a gran velocidad y donde la capacidad de procesarlos con la mayor precisión posible y sin perdidas es importante. Aquí no se permiten recortes en la precisión con tal de que los resultados finales no se desvíen de la realidad y acaben siendo erróneos.
En general, se puede decir que tan pronto como el volumen de datos se vuelve insostenible para manejar para un ordenador de a pie. Lo habitual para nosotros, en el día a día es no encontrarnos con dichas situaciones, de ahí a que terminemos con la conclusión errónea de que una estación de trabajo no es necesaria.