En los últimos días se ha hablado mucho de cómo será la futura Nintendo Switch 2, y nos hemos enfocado en datos como el tamaño de la pantalla, la capacidad de almacenamiento, la memoria RAM, el procesador, incluso los tipos de conectores que tendremos a mano, pero en casi ningún sitio se ha mirado a uno de los componentes esenciales que hay que conocer cuando hablamos de una consola portátil, que vamos a llevar y traer a todos sitios.
¿Cuántas veces un dispositivo que tenía unas grandiosas características técnicas ha hecho aguas por culpa de una autonomía ridícula? ¿De qué sirve jugar con calidad FullHD a los mejores juegos, a tope de calidad gráfica, si apenas nos va a durar encendida la portátil una hora? Nintendo, sin embargo, ha trascendido ya que no quiere que algo así ocurra, y por eso ha tomado una serie de medidas que tienen que ver con el diseño de Switch 2.
¿Potencia en Nintendo Switch 2?: no a cualquier precio
Aunque el modelo de Nintendo Switch de 2017 cojeaba bastante en lo que a autonomía se refería, con la revisión de 2019 y el posterior lanzamiento de los modelos OLED prácticamente lo dejó todo arreglado, permitiendo unos tiempos de duración de la batería que oscilaban entre las 4,5 y 9 horas (según el fabricante, claro). Así que para la segunda generación esa es la cantidad que seguramente se han impuesto los japoneses, lo que no dudéis que tendrá un coste importante en el rendimiento.
Desde que llegaron las handheld PC nos hemos familiarizado con los TDP (Thermal Design Power), que los subimos o bajamos dependiendo de lo que pida el juego. Pues bien, parece que Nintendo estuvo inicialmente en conversaciones con AMD para conseguir un chip para la nueva máquina y desavenencias entre ambas impidieron el acuerdo: los norteamericanos ofrecían un SoC que trabajaba a 15 vatios pero Nintendo se empeñó que en que no pasara de 5.
Eso supone que la consola no pueda mover juegos pesados, con altos requerimientos gráficos porque, de subir esos 5 vatios, la batería tendría que modificarse y equipar una más grande y pesada. Y para los japoneses era una línea roja tener que modificar los planes iniciales que suelen imponerse con cada nueva generación que lanzan al mercado.
La solución, NVIDIA
Así que la solución fue dejar a AMD y marcharse con NVIDIA, que sí les ofrecería un chip capaz de trabajar a 5 vatios para mantener el consumo de energía y ofrecer unos resultados mucho más ambiciosos que los del procesador de AMD. De esta manera, según han filtrado algunas fuentes, nos encontraríamos en la nueva Nintendo Switch 2 con una batería del mismo tipo y prácticamente el mismo tamaño y duración. Es decir, esas 4,5 a 9 horas que afirman los japoneses que es capaz de mantenerse encendida su máquina.
Obviamente hasta que no tengamos la consola en las manos no podremos calibrar si ese objetivo se ha mantenido, pero conociendo a los japoneses seguro que no se han movido de su posición inicial con el claro objetivo de no cruzar ciertas líneas rojas que llevarían a su consola a apartarse del segmento de usuarios la que va dirigido.