Llevamos tiempo hablando de las bondades de los SSD en cuanto a hardware. Os hemos hablado largo y tendido de cosas como la menor latencia de acceso a los datos, el hecho de soportar varios accesos simultáneos y el ancho de banda. Sin embargo, esto son cosas con las que el usuario final no interactúa y es por ello que hemos decidido explicaros como interactuaran en el futuro los SSD y el software.
Mucha gente cree erróneamente que un hardware es instalarlo en un sistema y ya está, ya se saca todo el provecho del mismo. No obstante, es necesario que el software esté pensado para aprovechar sus capacidades desde el primer momento. El problema de los SSD es que el software no lo aprovecha. Que, si bien es cierto que podemos disfrutar de tiempos de carga e inicios más rápidos, la ventajas no se quedan ahí.
¿Qué ventajas aporta el uso exclusivo de los SSD en cuanto al software?
Uno de los mayores problemas existentes en cuanto al rendimiento en un sistema es donde se encuentran los datos de cada instrucción, cuanto más alejados del procesador, mucho peor, ya que se tarda más tiempo en solventar cada una de ellas y las aplicaciones se ralentizan. Es por ello que incluso si las tenemos en segundo plano o simplemente inactivas, estas continúan funcionando desde la RAM del sistema.
Obviamente, las del primer tipo siguen en marcha, pero las segundas es algo más complejo, ya que su ejecución se encuentra parada en el tiempo y se encuentran en la RAM por el hecho que recuperarlas desde el disco duro y su lenta conexión SATA ralentizaría todo el sistema. Por lo que el primer efecto sobre un SSD es que no solo ahorraría RAM, sino que el sistema puede congelar y almacenar la situación de una aplicación que dejamos de usar, copiarla en el SSD y hacer que la recuperemos cuando queramos.
Microsoft en Xbox lanzo una cosa llamada Quick Resume que usa una de las funcionalidades de su API DirectStorage y que nos permite reanudar la acción en nuestros juegos cuando queramos. Forma parte también de DirectX 12 Ultimate para Windows 11 y es algo de lo que se pueden beneficiar las aplicaciones.
¿Adiós a las paradas repentinas?
Las paradas repentinas en las aplicaciones en forma de pantallazo azul se pueden dar por varias causas distintas, pero algunas de ellas se deben al hecho de que cuando una aplicación se cuelga muchas veces esta entra en un bucle que satura el acceso al 100% del disco duro principal, el cual recordemos que solo permite un acceso. La naturaleza multicanal de los SSD para el software sería una bendición.
Simplemente, si ocurre un cuelgue, el sistema puede almacenar la situación del resto de aplicaciones que sí que funcionan en el SSD, marcar la aplicación que se ha colgado como no apta para la recuperación y restaurar de forma inmediata el resto del sistema sin que haya ocurrido nada y continuar con el resto del trabajo sin tener que reiniciar el equipo.
Poder trabajar con datos localizados
Si te dedicas a la edición de vídeo o eres diseñador gráfico, sabrás del problema de trabajar con archivos de gran tamaño y como llegado a un punto estos no caben en la RAM. Los SSD nos permiten trabajar solo con los datos necesarios en cada momento y eso no solamente tiene su utilidad en aplicaciones de creación multimedia y videojuegos. Si no que puede cambiar la forma en la que las usas. Por ejemplo, imaginad que abrís una aplicación que usa varias barras de herramientas distintas, donde cada una de ellas es un proceso que se encuentra a la espera a que las activéis. ¿No tendría más sentido coger partes del software que necesitemos desde el SSD en la RAM y dejar el resto en la unidad de almacenamiento?