La necesidad por tener un almacenamiento superior cada vez se nota más, y es que ya no solo es a nivel de juegos y demás, sino que también podemos encontrar archivos y documentos normales que ocupan una gran cantidad de espacio, como pueden ser las fotografías o vídeos de gran calidad. Pero a su vez, también puede ser un problema encontrar una unidad externa que nos permita almacenar grandes cantidades de datos con la mayor velocidad posible, y si este es vuestro caso, la solución es sencilla, convierte un M.2 en un SSD externo y notarás la diferencia.
En el mercado podemos encontrar una gran cantidad de unidades de almacenamiento externas que ofrecen velocidades extremadamente altas, pero también es posible que lo que necesitemos sea darle una segunda vida a un M.2 que tengamos por casa. Es por ello que la mejor solución que podemos encontrar en estos casos está en utilizar una carcasa que nos permita transportar de forma sencilla nuestra unidad de almacenamiento a cualquier parte, con la ventaja de que además ofrezca una velocidad excepcional que solo se verá limitada por el conector que se utiliza.
Eso sí, recordad que para exprimir al máximo la velocidad de estos SSD tiene mucho que ver, cuando son externos, con el puerto en el que lo colocamos, ya que si no es 3.0 vamos a ver reducido el rendimiento a la hora de leer y escribir. Así que si conjugáis esos dos elementos, vais a obtener el mejor rendimiento posible y os permitirá trabajar con esos componentes como si fueran unidades internas del PC. Así que partiendo de la base de que cumplís con todos los requisitos, vamos a ver cómo convertir un viejo SSD interno en un pendrive gigante lleno de espacio por llenar.
Una forma de tener un SSD externo reutilizando un M.2 de forma sencilla y extremadamente práctica
Lo más probable es que nunca se nos haya pasado por la cabeza utilizar un M.2 como un SSD externo, y es que no resulta para nada común ver este tipo de unidades como almacenamiento externo teniendo en cuenta que su mayor potencial está al conectarlos de forma interna debido, como bien sabemos, a los conectores que utilizan. Pero también cabe la posibilidad de que haciendo alguna mejora sobre el PC hayamos decidido cambiar una unidad de este tipo más antigua por una que resulte moderna con velocidades muy superiores.
Si nos encontramos en este punto, lo más probable es que estemos pensando en darle una segunda vida, y no hay nada mejor para ello que hacerlo convirtiendo este componente en una solución externa para poder almacenar todavía más datos, convirtiéndolo en una alternativa fiable para guardar todos nuestros archivos. E incluso si lo que estamos buscando es conseguir un dispositivo de gran velocidad es una alternativa bastante decente, ya que gracias a que ofrecen tanto una lectura como escritura extremadamente altas, podemos convertirlo fácilmente en una unidad desde la que arrancar un sistema operativo distinto de forma externa.
Hay bastantes en el mercado, pero podéis tomar como ejemplo este de Sabrent, básicamente permite incorporar cualquier formato de M.2, ya sea de Llave M o M+B, con cualquier tipo de tamaño de los que podemos ver normalmente, 2230/2242/2260/2280. Al conectarse mediante USB-C ofrece una gran versatilidad, ya que permite incorporarlo a cualquier tipo dispositivos (siempre y cuando el SSD tenga el formato correcto), añadiendo la ventaja de que al ser 3.2 ofrece velocidades de 1000 MB/s, garantizando que los archivos se transfieran con la mayor velocidad posible, y garantizando que en caso de utilizarlo para tener un SO portable, este vaya extremadamente fluido gracias a las diversas tecnologías que soporta.
Estas cajas que convierten esos SSD internos en unidades externas las hay de muchos tipos pero, somo siempre, os damos el consejo de que es mejor gastar en dinero en un modelo que nos garantice calidad y velocidad a la hora de trabajar que un precio barato para tener componentes del montón. Así que no escatiméis, porque tampoco hablamos de precios de decenas de euros. Con modelos que se mueven entre los 20 y los 40 ya tenéis más que de sobra.
¿Es mejor que un SSD externo tradicional?
Cabe la posibilidad de que os estéis preguntando si hacer esto merece la pena ya que hay bastantes opciones en el mercado de modelos externos que ya de normal no resultan demasiado caros, pero como bien hemos indicado al principio es una forma de reutilizar una unidad a la que directamente no le estabais dando uso. Si por ejemplo la idea que tenéis pasa por comprar un M.2 nuevo junto con la carcasa para hacerlo externo seguramente os terminará saliendo bastante más caro que optar por un modelo tradicional ya que la diferencia de precios es bastante grande.
Pero incluso en estos casos podríais haceros con un modelo de M.2 que cueste aproximadamente 60€ si lo conseguís comprar con una oferta, mientras que al sumarlo con la carcasa de entre 20-40€ os dejaría con un dispositivo que cuesta entre 80-100€, un precio bastante normal para un SSD externo de 1 TB con grandes velocidades de transferencia, así que tampoco es mala idea del todo.