Shenzhen es la ciudad de China con una mayor actividad relacionada con el mundo del hardware, ya que buena parte de los productos vienen de allí. El nuevo brote de COVID-19 ha provocado el parón económico en la ciudad. ¿Cómo afecta a la disponibilidad del hardware en un futuro cercano? ¿Se agudizará la falta de inventario en todo o el mundo o será algo temporal?
El mundo del hardware lleva tiempo viviendo una enorme crisis, ya que al igual que muchos otros sectores económicos, se ha visto afectado por los últimos sucesos. Ya sea la escasez de materiales raros para su fabricación o la pandemia del COVID-19. La cual vuelve cada cierto tiempo y provoca interrupciones a la fabricación de nuevos productos.
China para la actividad en Shenzhen, su Silicon Valley
Mientras que Taiwán se ha especializado en la fabricación de nuevas CPU y GPU bajo los nodos de fabricación más avanzados, es en la ciudad china de Shenzhen donde se dedican al ensamblaje de nuevos ordenadores y diferentes componentes. Por lo que la decisión de la administración China de parar por completo la actividad de las fábricas y logística va a suponer que se agudice la falta de existencias en un ya muy afectado mercado del hardware que en los últimos años ha sufrido una enorme escasez. Aunque desconocemos cuál será el efecto sobre los precios por el momento.
Se ha de tener en cuenta que en China han desarrollado una política de Cero COVID, en el cual solo hace falta que aparezca un solo caso para que se decrete un paro temporal de toda la actividad industrial y el aislamiento de los trabajadores en sus casas. Las medidas son tan restrictivas que la ciudad ha suspendido por completo el transporte público dentro de la ciudad. Es más, se obliga a los ciudadanos a mantener su código QR en verde cada 48 horas bajo multas severas y tampoco pueden dejar la ciudad a excepción de casos muy urgentes.
Aunque buena parte de las marcas de hardware pertenecen a Taiwán, la producción de parte de los componentes se realiza en Shenzhen y existe una estrecha interconexión en lo que es la cadena de producción. No olvidemos que la falta de una pieza imprescindible puede afectar la cantidad de existencias de un producto de forma muy severa. Algo que está llevando también a la integración y eliminación de ciertos componentes a través de la integración.
¿Hasta cuándo durará el cierre?
Esto es visto también cómo una excusa por parte de la superpotencia asiática de hacer boicot económico a las empresas occidentales, especialmente las americanas. Por ejemplo, una de las más afectadas es Apple, ya que buena parte de sus productos se fabrican en la planta de Foxconn en la ciudad de Shenzhen. Aunque no solo la marca de manzana mordida se ha visto perjudicada, sino también muchas otras en el proceso, dado que la ciudad es donde se concentra la mayoría de la actividad relacionada con la electrónica de consumo del país. Sin embargo, las medidas durarán hasta el día 20 de marzo, momento en que la actividad se ajustará dependiendo del nivel de contagios según la administración de la potencia postcomunista. Por lo que realmente no se puede saber hasta cuando durara la situación.,
Muchos ya aseguran que esto es un argumento más para la llamada regionalización. La cual se basa en mover de vuelta la producción y el ensamblaje desde China de vuelta a los Estados Unidos o Europa, movimiento ya sé que se está llevando a cabo en la actualidad. Algo que no es fácil realizar por las interdependencias que existen un mundo con la economía totalmente globalizada.