A medida que va pasando el tiempo vamos viendo como ciertos componentes y periféricos de nuestros ordenadores se van integrando más y más, esto supone por un lado un beneficio, ya que la cercanía de los componentes aumenta el rendimiento y nos evita tener que comprarlos por separado. Pero la integración en el hardware tiene su parte negativa y os la vamos a descubrir.
Si cogéis una revista de informática antigua y pasáis las hojas de la misma hasta llegar a los anuncios de las tiendas de informática veréis periféricos para añadir en el PC que hoy en día han desaparecido por completo. El motivo de ello es que a medida que han ido apareciendo nuevos nodos de fabricación ha aumentado la cantidad de transistores por área, lo que permite añadir más elementos en la misma.
¿Qué entendemos como integración del hardware?
Una forma de aprovechar la Ley de Moore es la de crear procesadores más complejos pero otra es la de integrar más y más los elementos, lo que ha llevado que muchos periféricos con el tiempo hayan terminado dentro de otros chips o incluso dentro del procesador principal. Esto es lo que ha provocado que periféricos que antes de vendían aparte se acaben incluyendo de serie en el PC.
¿Nunca os habéis preguntado donde han ido a parar esas tarjetas de red, tarjetas de sonido y muchos otros periféricos? Se han ido integrando con el tiempo más y más dentro de nuestros ordenadores hasta casi desaparecer de nuestra vista, pero siguen estando entre los circuitos de nuestro ordenador, solo que de forma ya no visible, ya que han sido integrados dentro de otros componentes y/o periféricos.
La cara negativa de la integración del hardware: de lo que no se ve no se habla
Uno de los problemas de la integración en el hardware es la desaparición de este a ojos del usuario, lo que en principio es una ventaja se puede acabar convirtiendo en una desventaja en otros frentes. ¿El más obvió? El hecho que las empresas que se dedican al diseño y producción de este tipo de componentes para PC se han de re-orientar o acaban desapareciendo del mercado.
El éxito de los componentes integrados tiene sentido para los ensambladores de PC, el motivo de ello es que recortan enormemente los costes de producción de un ordenador y cuando un periférico integrado acaba siendo lo suficientemente bueno para el uso general entonces no se busca el uso de variantes o versiones que realicen ese trabajo de mejor manera para construir un nuevo ordenador, ya que sale mucho más barato.
El suficientemente bueno es técnicamente lo que el usuario de a pie puede absorber por sus conocimientos, si integramos por ejemplo una tarjeta de sonido y esta cumple en sus especificaciones lo que requiere ese usuario o lo que su nivel de conocimientos le dice que tiene buen rendimiento, entonces el usuario no se preocupará de la especificación, ya que el problema lo dará como resuelto, ya que no le es una prioridad.
La realidad es que nos hemos acostumbrado a que de repente especificaciones que aparentemente no son importantes en el rendimiento diario de nuestros PCs desaparezcan. Por el simple hecho que los fabricantes creen que están son lo suficientemente buenas y la realidad es que una buena parte de estos componentes se han estancado por completo y no ofrecen mejores especificaciones ni rendimiento a través de los años.