Lo normal actualmente es utilizar las unidades SSD como unidades principales de almacenamiento por sus grandes prestaciones. Debes saber que hay diferentes cosas que no puedes hacer, como una desfragmentación, ya que aplicarás un gran desgaste a la unidad. Algo tampoco recomendable es hacer un formateado de bajo nivel, ya que podría inutilizar tu disco de estado sólido para siempre.
Existen diferentes métodos para borrar la información en una unidad de almacenamiento. Las dos más comunes son el formateado rápido (también denominado de alto nivel) y el formateado de bajo nivel. Primero veremos las diferencias y luego, cuál no deberías aplicar a tu SSD si quieres que te dure muchos años.
Diferencias entre formateado rápido y de bajo nivel
El formateado rápido o de alto nivel es el más común en la actualidad y es el que nos permite hacer Windows a cualquier nueva unidad que instalemos. Explicado de manera sencilla, lo que hace este sistema es borrar la tabla de direcciones. Windows pierde la referencia de los archivos y pasa a considerar la unidad de almacenamiento vacía. Realmente, todos los archivos están ahí y, mientras no se escriba encima, son perfectamente recuperables.
Debes saber que el formateado de bajo nivel o Low Level Format, es menos usado y requiere de aplicaciones específicas. Esta tarea requiere de mucho tiempo, ya que va bit por bit modificando el estado de estos. Lo que hace es escribir un 0 donde había un 1 y al revés. Este sistema es mucho más confiable, pero aún se podrían recuperar los datos, si bien es un proceso mucho más complicado y laborioso.
Realmente, el formateado de bajo nivel solo tiene sentido si vamos a desechar la unidad de almacenamiento. Incluso, haciendo este proceso, las empresas de seguridad recomiendan lijar la superficie y romper los platos con un martillo y no tirarlos todos a la vez. El formateado rápido está más pensado para seguir usando la unidad, pero «borrando» todo el contenido almacenado.
¿Qué formateado no deberías usar en un SSD?
Debes saber que la mayor debilidad de un SSD son los procesos de escritura. El desgaste de estas unidades procede del desgaste de las celdas cada vez que se realiza un proceso de escritura. Tanto es así que la durabilidad de estas unidades se mide en terabytes escritos (TBW).
Como hemos comentado, el formateado rápido simplemente borra la tabla de direcciones. Básicamente, difiere muy poco del proceso de borrar un archivo. No genera una gran carga en el SSD y este proceso suele durar unos segundos. Tiene un proceso de escritura muy bajo y no afecta a la vida útil de la unidad.
Utilizar el formateado de bajo nivel es dictar sentencia de muerte a un SSD. Como hemos comentado, este proceso realiza un cambio de estado de cada bit, que no es más que un proceso de escritura. Los SSD están conformados por millones de bits, así que este proceso se repite muchísimas veces generando un gran desgaste en la unidad. Tras terminar este proceso, lo más normal, es que empiece a presentar lentitud tanto en el proceso de lectura y escritura de nuevos datos. Por tanto, jamás deberías realizar un formateado de bajo nivel.
Si queremos seguir usando esta unidad, jamás deberíamos hacer un proceso de bajo nivel, simplemente un formateado rápido. En caso de querer tirarla a la basura, podríamos hacerlo, pero hay mecanismos más sencillos. Para estos casos se suele recomendar agujerear los chips de memoria con un taladro, inutilizando cualquier opción de recuperar datos.