Las unidades SSD M.2 se benefician del gran ancho de banda que ofrece la interfaz PCIe, pero también hay problemas asociados. El principal problema reside en graves problemas de temperatura que afectan negativamente al rendimiento de la unidad. Intel habría desarrollado un sistema para PCIe 6.0 y PCIe 7.0 que se basa en una especie de control de la aceleración de la velocidad de transferencia.
Debido a las elevadas velocidades de transferencia, en los SSD M.2 muchas veces se da el Thermal Throttling. Esto no es más que una perdida de rendimiento cuando se alcanzan determinadas temperaturas. Sencillamente, es un mecanismo de protección de la unidad de almacenamiento.
Solución futura para el Thermal Throttling
Intel ya estaría trabajando en agregar las interfaces de transferencia PCIe 6.0 y PCIe 7.0 en sus futuros procesadores. De momento, la interfaz PCIe 5.0 no termina de despegar, sobre todo, en cuando a unidades M.2 se refiere. Para evitar problemas térmicos de estas futuras interconexiones, se habría desarrollado un mecanismo bastante ingenioso.
Gracias a unos drivers de Linux sabemos que Intel está abordando las limitaciones de temperatura en los estándares PCIe modernos. La solución que han encontrado para el control térmico es un ajuste en las velocidades de esta interfaz en temperaturas elevadas. No es una limitación de rendimiento en la unidad, como pasa actualmente, sino que afecta a las líneas PCIe.
Se agrega un controlador de ancho de banda PCIe (denominado por Intel como bwctrl) y un controlador de enfriamiento del enlace asociado en el lado del núcleo térmico para limitar la velocidad por razones térmicas.
El controlador asocia un «dispositivo de refrigeración» a cada enlace PCIe que permite manipular la velocidad. Si la temperatura sale del rango establecido, se reduce la velocidad de transferencia con el dispositivo. Dicho mecanismo busca garantizar siempre la funcionalidad.
La nueva característica «bwctrl» no aplica para PCIe 5.0 y versiones anteriores de la interfaz. Ha sido especialmente desarrollada para las versiones PCIe 6.0 y PCIe 7.0. También se puede aplicar a versiones posteriores de este bus de datos.
Dicha solución parece interesante, pero claro, sigue trayendo consigo una perdida de rendimiento. No se plantea como una solución perfecta, pero debería reducir el estrés en las unidades de almacenamiento que usan esta interfaz.
Intel es consciente que hay que tomar algún tipo de medida en el caso de que se generen problemas térmicos. Hasta ahora venía de la mano, exclusivamente, de la unidad de almacenamiento, pero ahora también será el propio bus. No sabemos si la gestión la realizará el procesador o el chipset, siendo esta una duda que se resolverá, posiblemente, en el futuro.
Adopción de estos nuevos buses de datos
Vemos que actualmente PCIe 5.0 apenas tiene uso real en el mercado. Las unidades SSD M.2 que usan este bus de datos son escasas y realmente costosas. No hay tarjetas gráficas, de momento, que hagan uso de esta interconexión con el procesador.
PCIe 6.0 cuadruplica la velocidad de PCIe 5.0, pero aún se está empezando a implementar en el mercado de servidores. Tardará bastante en llegar al segmento doméstico. Mientras que PCIe 7.0 duplicará la velocidad de PCIe 6.0 y se estima que pueda llegar entre 2017 y 2018 para el segmento de servidores.