Intel actualiza sus procesadores Apollo Lake por no cumplir con los estándares de calidad
Intel no levanta cabeza en este 2019. Si ya tiene serios problemas para competir en el mercado de escritorio contra los Ryzen 3000, en servidores contra EPYC Rome y en movilidad lo tendrá más complicado con la salida de Renoir, ahora se suma un nuevo varapalo: su plataforma Apollo Lake no cumplía con los estándares de calidad. Por ello, Intel se ve forzada a tomar medidas desde la raíz del problema.
Apollo Lake en problemas por no cumplir los estándares de calidad
Apollo Lake lleva poco tiempo con nosotros, pero las previsiones de Intel eran de que estuviese muchos años a la venta debido al sector al que va orientado.
Para los que no conozcan la plataforma y a modo de resumen breve, Apollo Lake está destinado como plataforma y arquitectura a potenciar la computación en tiempo real en sistemas como vigilancia en tiempo real, ayuda a vehículos, avances en automatización industrial y en oficinas, minoristas, centros médicos etc.
Pero, sobre todo, es una arquitectura enfocada a IoT, es decir, a Internet de las cosas, donde su arquitectura se basa en Goldmont y utiliza un proceso de fabricación de 14 nm LP, lo que le otorga un consumo mínimo.
Básicamente es la sucesora natural de lo que hasta ahora conocíamos como Atom, la cual pasa a un segmento justamente por encima, aunque algunos modelos se mantendrán en Apollo Lake.
Las especificaciones de Apollo Lake son muy escuetas y de baja potencia, ya que podremos obtener procesadores de dos o cuatro núcleos, hasta 1,6 GHz en frecuencia base y 2,5 GHz en Boost, 2 MB de L3 y un TDP que estará entre 6 y 12 vatios.
Soporta hasta 8 GB de LPDDR4 e incluye numerosos puertos USB 3.o y cuatro líneas PCIe Gen 2.
Como novedad introducida por Intel, la gama actual está formada por cinco procesadores: Celeron N3350, Pentium N4200, Atom X5-E3930, Atom X5-E3940 y Atom X7-E3950, siendo el más potente en términos generales este último Atom.
Teniendo una plataforma tan bien definida y ya en el mercado ¿qué es lo que ha fallado? Principalmente el llamado LPC.
Intel tendrá que modificar su LPC, RTC y la interfaz de las tarjetas SD
El principal problema al que se enfrenta Intel con Apollo Lake es el que engloba su LPC (Low Pin Count). LPC es un bus de interconexión que engloba los llamados dispositivos heredados, los cuales seguro que hemos visto en alguna ocasión.
Entre ellos se encuentran el PS2, TPM, o distintos controladores derivados y ya obsoletos. Además, esto también influye en el RTC (Real Time Clock) y al parecer a la interfaz de las tarjetas SD, por lo que según se informa, Intel tendrá que acometer algunas reformas en su arquitectura.
Aunque no se especifican con detenimiento los problemas, sí sabemos que Intel tendrá que cambiar la actual versión B-1 de sus procesadores Celeron N3350/J3355/J3455 y Pentium N4200 por una versión F-1 antes del 28 de febrero de 2020, los cuales se diferenciarán por añadirles al final de la nomenclatura la letra «E» (N4200E, por ejemplo).
La versión B-1 por lo tanto es la afectada por los problemas, mientras que las nuevas versiones F-1 llegarán con una sola modificación, la cual es poco común: aumentará la altura de los procesadores en 0.066 mm, lo cual si tenemos en cuenta la altura del die actual (1,384 mm) nos dará un empaquetado con unas nuevas dimensiones de 1.45 mm.
Este movimiento parece estar asociado a la durabilidad de sus procesadores, los cuales no cumplirían con los estándares de calidad debido a un deterioro de los mismos a largo plazo y ésta sería la única solución posible para acabar con los problemas anteriormente descritos.