Así rinde el Intel Core i9-9900K frente al AMD Ryzen 7 2700X en Battlefield V
Con Battlefield V ya en la calle y habiendo pasado ya por distintos test de rendimiento y GPUs, quedaba algo por hacer y donde muchos tienen sus ojos puestos: el rendimiento bajo distintas CPUs. Battlefield V gracias a su motor Frostbite tiene una gran optimización en cuanto a GPU se refiere pero ¿qué han podido hacer los chicos de EA con las CPUs?
Battlefield V sigue con problemas en DX12
Es cierto que DICE lleva algunos años con problemas en la implementación de DX12 en sus juegos, si bien muchos afirman que en este Battlefield V los problemas han sido solventados, la mayoría de datos a tratar se han hecho bajo DX11, ya que presenta una mejor experiencia de juego actualmente.
Así, los datos bajo la penúltima API de Microsoft revelan una clara diferencia entre las dos principales marcas de procesadores del mundo:
Amparadas todas las CPUs con la última tarjeta de NVIDIA (RTX 2080 Ti) las diferencias de rendimiento de los microprocesadores son claras. Donde Intel consigue marcar una diferencia apreciable es a partir del i5-8400, donde este supera a la mejor CPU para gaming de AMD, lo cual en cierta manera sorprende por cómo ha tratado siempre Frostbite a los microprocesadores de los de Lisa Su.
Si nos centramos en DX11 y a modo comparativo con DX12, es cierto que las medias de FPS de la mayoría de microprocesadores Intel de gama media y alta ha bajado, pero curiosamente se aprecia que las CPUs AMD han dado un pequeño paso adelante en rendimiento, justo lo contrario de lo que cabría esperar.
En cualquier caso, en este apartado las posiciones no se mueven prácticamente nada, pero hay que tener un pequeño dato en cuenta, los 1% han aumentado en la mayoría de los casos, lo cual prueba que la opción con mejor rendimiento es sin duda DX11.
Visto el rendimiento general de todas las CPUs en el análisis, centrémonos en lo importante de este artículo, la batalla entre el i9-9900K y el R7 2700X. ¿Cuál será su escalabilidad?
En este apartado vemos algo bastante llamativo: a mayor velocidad de la GPUs en cuanto a rendimiento se refiere, más pérdida de rendimiento y menor escalabilidad sufre el 2700X.
Esto quiere decir que a mejor tarjeta gráfica nula escalabilidad de rendimiento tendremos con la CPU de AMD. Los datos así lo reflejan, donde al pasar de una RTX 2070 a una RTX 2080 Ti el i9-9900K ha logrado una mejora del 15,26%, el R7 2700X solo ha podido subir un 1,56%, prácticamente diez veces menor escalabilidad.
El caso se repite para el 1%, donde AMD se atasca en una media de 85 FPS mientras que el Intel logra una subida del 13,63%, lo cual es un porcentaje de mejora muy cercano a la media realizada en cuanto a escalabilidad se refiere.
A mayor resolución y carga gráfica todo se iguala
Si cogemos el mismo escenario y subimos la resolución a 1440p o más comúnmente llamado 2K, donde la GPU comienza a hacer cuello de botella, nos encontramos un escenario esperado.
A mayor potencia gráfica mayores diferencias, pero conforme la potencia gráfica va decreciendo y comienzan a tener problemas las GPUs y la diferencia entre los microprocesadores tiende a reducirse al máximo.
Así, con la RTX 2080 Ti la diferencia entre ambas CPUs se torna en un 12,69%, mientras que con la RTX 2080 está por debajo del 1%, y al mismo tiempo la RTX 2070 y GTX 1070 la diferencia desaparece.
El siguiente escenario siguiendo la escalada de resolución es 4K, donde todo se reafirma de nuevo, ya que ninguna tarjeta gráfica es capaz de solventar con solvencia este Battlefield V.
La carga gráfica se hace notar y las diferencias podríamos decir que no existen, ya que haciendo la media apenas las separa 1 FPS.
Dicho esto, es posible que la apreciación general más llamativa sea la nula escalabilidad del Ryzen 7 2700X bajo 1080p con las tarjetas RTX, ya que si bien Intel escala de una manera decente, el AMD no es capaz de rascar rendimiento y pone de manifiesto algunos de los problemas que atañe y arrastra la arquitectura Zen y Zen+.
Tanto es así, que para resoluciones bajas un i5-8400 consigue mejores tasas de rendimiento. Este escenario desaparece a mayor resolución, donde la CPU no es que mejore su desempeño, simplemente la GPU comienza a tener problemas por la mayor carga gráfica y aquí los Ryzen consiguen igualar a su competidor, por lo que en este apartado no se les puede reprochar nada.