Pocas cosas puede haber más frustrantes par un usuario que tiene prisa por hacer algo, que tener que estar esperando delante de la pantalla del ordenador, a que cargue todo el sistema operativo, para que pueda ponerse a trabajar. En este tutorial os enseñaremos cómo conseguir que vuestro ordenador arranque Windows 10 en una cantidad de tiempo mínima.
El arranque de los ordenadores ha mejorado de manera considerable desde los tiempos en los que tan solo disponíamos de discos mecánicos, hasta la actualidad. Lejos han quedado los días en los que un ordenador podía tardar fácilmente 5 minutos en llegar al escritorio de Windows, entre que la BIOS hacía su correspondiente chequeo, se cargaba el sistema operativo y los programas iniciales. Hoy en día, el arranque de un ordenador hasta llegar al sistema operativo no suele tardar más de un minuto en completarse, gracias a las mejoras que se han introducido en las BIOS de las placas base y a la manera que se inicia Windows 10.
Para que Windows 10 arranque rápido es necesario tener un ordenador potente
Una de las bases necesarias para que Windows 10 arranque muy rápido es que nuestro equipo sea medianamente potente. O lo que es lo mismo: no vamos a lograr que nuestro equipo arranque a una velocidad más o menos decente si se trata de un procesador muy antiguo, lastrado con poca memoria RAM y un disco duro mecánico. Por consiguiente, nuestro equipo debería de tener:
- Un procesador bastante veloz y con bastantes hilos de proceso a su disposición. Seis hilos sería lo mínimo a este respecto.
- Un mínimo de 8 GB de memoria RAM, relativamente veloz, para agilizar la carga de los programas del inicio en ella. Por tanto, 8 GB de RAM DDR4-3000 sería conveniente.
- Una placa base que tuviera un posteo de la BIOS rápido.
- Un SSD de tipo NVMe, para cargar el sistema operativo en el menor tiempo posible. Esto indica que, al menos, debiera de usar PCIe x4 y una velocidad de transferencia de archivos de 3.000 MB/s al menos.
- Si carece de tarjeta gráfica dedicada, el equipo arrancará mucho más rápido.
Obviamente, a todos nos encantaría tener un equipo como el que hemos descrito, como es lógico. Pero la realidad es la que es, y todavía podemos hacer muchas cosas aparte de las comentadas para mejorar el arranque de nuestro Windows 10.
El arranque de Windows mejora cambiando unos cuantos parámetros
Para mejorar el arranque de nuestro Windows, podemos hacer varias cosas que le ayudarán bastante a que se compete en mucho menos tiempo:
- En la BIOS de la placa base, desactivaremos la segunda unidad de arranque.
- Ya que estamos en la BIOS, activaremos el Fast Boot de la placa base.
- Una vez en Windows, desde el Administrador de Tareas, desactivaremos todos los servicios que no son esenciales para el arranque del ordenador.
- También es conveniente desactivar la pantalla de inicio de Windows, así como todo tipo de contraseñas, para que el sistema operativo entre directamente al escritorio.
Ahora bien, también tened en cuenta que los servicios que no se carguen al iniciar el sistema operativo, luego los tendréis que iniciar vosotros manualmente, lo cual puede ser frustrante, también.
En cualquier caso, si realizáis todos los cambios que os hemos comentado, vuestro ordenador arrancará considerablemente más rápido que de manera previa.