Intel Compute Card, los micro PCs que prometían mucho y se han quedado en nada
En Enero de 2017, Intel presentó la que hasta la fecha era su plataforma más innovadora y prometedora: las Intel Compute Cards. Se trata de micro PCs con el tamaño de una tarjeta de crédito, diseñadas para ser insertadas en dockings para potenciar, por ejemplo, ordenadores portátiles o equipos todo en uno. No obstante, desde entonces no hemos vuelto a saber nada de ellas. ¿Qué ha pasado con las Intel Compute Cards?
Las Intel Compute Cards son micro PCs con un sistema completo x86 en su interior (esto incluye procesador, RAM, almacenamiento y tarjeta gráfica), asociadas a la idea de ser utilizadas en otros equipos. Imaginad por ejemplo que tenemos un ordenador portátil que consta únicamente de pantalla, teclado y puertos de conexión. Este portátil contaría con una ranura en la que insertar la Intel Compute Card, y el equipo funcionaría con este hardware. De esta manera, el día de mañana podríamos utilizar otra Intel Compute Card más moderna para mejorar su hardware, o para otros menesteres. La idea desde luego parecía prometedora.
Una gran idea que no ha tenido buena acogida
La idea era buena -al menos, es lo que parecía y de hecho tuvo muy buena acogida en primera instancia-, pero el hecho de necesitar hardware de terceros para poder funcionar parece haber sido el causante de que finalmente haya quedado prácticamente en el olvido, y que no haya terminado de cuajar en el mercado.
Hacía falta que otros fabricantes, de portátiles, televisores u otras cosas (imaginad por ejemplo un hub de 100 ranuras para Compute Cards utilizado para minar criptomonedas) trabajaran con Intel para fabricar estos sistemas necesarios para la implementación de los micro PCs, pero a día de hoy parece que tan solo ECS ha hecho algo.
El ECS DK132EPJ es el único hardware que implementa Intel Compute Cards
ECS es un fabricante que, tradicionalmente, siempre ha ido de la mano de Intel en casi todos sus productos, y prueba de ello es que los famosos Intel NUC llevan placas base fabricadas por ECS. Durante el Computex 2018 se ha dejado ver, muy tímidamente, el ECS DK132EPJ, un simple monitor con ranura para Compute Cards (ranura que Intel ha llamado “Port Jefferson”) y varios puertos USB para conectar periféricos, y que se convierte gracias a la Compute Card en un ordenador todo en uno completo y funcional.
Esta es la confirmación de que, al final, las Intel Compute Cards han quedado prácticamente en el olvido -aunque gracias a ECS no del todo-, y es una lástima para la industria porque la idea era desde luego bastante buena. No obstante, a día de hoy se pueden comprar Intel Compute Cards pero como placas de desarrollo, y concretamente los modelos que tienen más disponibilidad son aquellos dotados de un procesador Atom N4200 (4 cores a 1,1 Ghz de base y 2,5 Ghz Turbo), 4 GB de RAM LPDDR3 a 1866 Mhz y 64 Gb de almacenamiento EMMC, con WiFi, Bluetooth y salida HDMI 1.4 integradas a un precio que ronda los 190 euros.