A lo largo de los años, muchos han sido los formatos de PC que han llegado al mercado planteándose como una alternativa en determinados casos. Mientras que algunos de estos, como ha sido el caso de los mini PCs, otros han pasado sin pena ni gloria y apenas se les recuerda.
Uno de estos casos que tuvo un éxito muy efímero, fueron los Intel Compute Stick, un pequeñísimo ordenador que cabía en la palma de la mano con un tamaño un poco más grande que un pendrive y que incluía un conector HDMI para conectar directamente al puerto del monitor.
Qué pasó con los Intel Compute Stick
El primer mini PC que obtuvo esta denominación llegó al mercado en 2015, hace ya 10 años. Al tratarse de un equipo de tan reducidas dimensiones, este proyecto nació con una importante serie de limitaciones que no lo convertían en un dispositivo útil en el día a día, pero si para uso esporádico y muy limitado.
La primera y principal limitación de este tipo de dispositivos era su reducido tamaño que afectaba a su rendimiento. Debemos tener en cuenta que era un ordenador completo, y hace 10 años, los procesos de fabricación no son los mismos que en la actualidad.
Estos equipos incluían Windows 8.1 y Windows 10 preinstalado (dependiendo del modelo), un sistema operativo demasiado pesado como para moverlo con un mínimo de fluidez. Intel era consciente de las limitaciones de estos equipos y también lanzó al mercado una versión con Ubuntu 14.04.
Modelos de Intel Compute Stick
Durante su corta trayectoria en el mercado, Intel lanzó dos modelos de este dispositivo. El primero estaba gestionado por el procesador Intel Atom Z3735F con 4 núcleos a una velocidad de 1,33 GHz, acompañado de 2 GB de RAM, 32 GB de almacenamiento y Windows 8.1 de 32 bits como sistema operativo.
También lanzó un modelo con Ubuntu 14.04 con el procesador Atom Z3735F con 4 núcleos a una velocidad de 1,33 GHz, acompañado de 1 GB de memoria RAM y 8 GB de almacenamiento. El último modelo que lanzó incluía Windows 10 Home, incorporaba un procesador Intel Atom X5-Z8300 a 1,84 GHz, 2 GB de RAM y 32 GB de almacenamiento.
Todos los modelos incorporaban conectividad Bluetooth y Wi-Fi además de un puerto USB, el mencionado HDMI para conectar a un monitor y una ranura microSD.
Si bien es cierto que, a lo largo de 2016, Intel mejoró considerablemente el rendimiento de estos dispositivos y solucionó los problemas de conectividad, este dispositivo estaba condenado al fracaso desde que salió de alguna mente brillante, por lo que, poco a poco, el posible interés de los usuarios fue alejándose y orientándose hacia los mini PCs, equipos más grandes que el Compute Stick pero más pequeños que un PC de sobremesa que ofrecían un mayor número de prestaciones.
Unos años antes, en 2012, Intel había presentado el primer NUC, una gama de mini PCs que, a día de hoy, sigue siendo un equipo más que interesante y que podemos encontrar con configuraciones de alta gama. Sin embargo, en 2023, Intel vendió su división de mini PCs a ASUS para centrarse en procesadores.