Si algunas vez has comprado un SSD has podido comprobar que aquellos de mayores capacidades también tienen precios más elevados que, según tu presupuesto, pueden hacer que te decantes por los de menor capacidad y precio. Pero ¿sabías que los dispositivos de estado sólido de mayor capacidad tienen más ventajas?
Los discos duros tradicionales, HDD, tienen un mecanismo de lectura y escritura físico, y cuentan con una cabeza lectora que se encarga de buscar el sector en el cilindro para leer o escribir la información que deseemos en el bloque que corresponda.
Los SSD, dispositivos de estado sólido, guardan sus datos en la memoria NAND flash a través de un controlador de alta velocidad que accede a los módulos NAND del dispositivo de forma paralela. Entonces, en un SSD, encontramos que si añadimos más módulos NAND el controlador puede acceder a la vez a más módulos de memoria, lo que hace posible que su velocidad de lectura sea mayor.
No podemos poner más módulos a los SSD de menos capacidad
Las empresas que fabrican los chips de memoria NAND obtendrían un menor beneficio por la fabricación de módulos de memoria más pequeños, ya que les supone prácticamente el mismo coste hacer una memoria de 64GB que de 128GB, pero para llegar a los 250GB del SSD tendrían que producir un mayor número de módulos de 64GB lo que implicaría mas gastos de producción.
Es por este motivo por el que encontramos diferencias entre las velocidades de lectura de los SSD de menor capacidad y mayor capacidad; porque aunque parezca acertado, hacerlos de menores capacidades con módulos más chicos supondría una pérdida de dinero para las empresas.
No es tan difícil ver SSD de poca capacidad más rápidos
Gracias a la tecnología del controlador y a la empleada para la fabricación de la NAND, como la 2D o 3D, encontramos mejor rendimiento de lectura y escritura en los dispositivos de estado sólido de menor tamaño que hacen que esta diferencia no sea tan llamativa.
Los SSD de mayor capacidad nos ofrecen más beneficios
Que un SSD tenga más módulos de memoria consigue que la carga de trabajo de los sectores se reduzca, lo que hace que aumente su durabilidad ya que tardará más en alcanzar el uso límite de sus sectores – a no ser que uses el SSD al borde de su capacidad-. Por lo tanto, tenemos que un SSD de mayor capacidad nos aporta un mejor rendimiento, una mayor capacidad y más durabilidad.