En los últimos tiempos el precio de las criptomonedas se está disparando, y en especial la de lo Bitcoin (BTC) que el otro día superaron los 7.300 dólares, y su ritmo de subida sugiere que podría no tener límite. ¿Es esto así? ¿Hasta dónde podrá seguir subiendo el valor de las criptomonedas?
Hace un tiempo ya publicamos un artículo en el que John McAffee sugería que el valor de los Bitcoins superaría el medio millón de dólares de aquí a tres años, y a decir verdad si sigue subiendo al ritmo al que lo está haciendo es bastante probable que ésta situación se convierta en realidad incluso antes del mencionado periodo. La subida del valor de las criptomonedas está desbocado y está afectando incluso a mercados como el del hardware, en el que es bien sabido que hay problemas de stock en tarjetas gráficas porque los “mineros” están haciendo acopio de éstas.
En la gráfica anterior podéis ver el nuevo récord establecido por el Bitcoin (BTC), que ha sobrepasado los 7.000 dólares de valor e incluso ha llegado a estar por encima de los 7.300 dólares por BTC. En la que sigue a continuación lo que podéis ver es la evolución a un año del precio de la criptomoneda, que en 12 meses ha tenido un crecimiento exponencial, algo desde luego desproporcionado.
Bajo mi punto de vista, el mercado de las criptomonedas explotará. Y debe hacerlo. Se ha creado una burbuja que está rozando ya lo insostenible, y a continuación os voy a explicar por qué he hecho esta afirmación.
- La dificultad de minado hace casi imposible generar más Bitcoins: si conocéis medianamente el mundillo de las criptomonedas ya sabréis que la dificultad de minado (o en otras palabras, de encontrar bloques con más criptomonedas) es exponencial. En los primeros meses de vida de los BTC era muy sencillo encontrar y hacerse con muchas de éstas, pero a día de hoy es prácticamente una utopía. Y esto nos lleva al segundo motivo.
- La mayoría de BTC los tienen solo unos pocos: es como el dinero real: la mayor parte de la riqueza la tiene una minoría de la problación. Los pioneros en éste mundillo lo tenían mucho más fácil que hoy en día para conseguir criptomonedas, y el resultado es que además de que es muy complicado generar más, la mayor parte de lo existente lo tienen esos pioneros.
- Las criptomonedas dependen en gran medida de las casas de cambio: al final, convertir criptomonedas en dinero real es el objetivo de aquellos que minan, pues en realidad pagar con éstas es complicado y son escasos los comercios que las aceptan. Y para cambiar BTC por dinero real necesitamos casas de cambio. Sin embargo el precio está tan sumamente inflado que va a llegar un momento en el que será imposible que sigan pagando a los que quieren vender.
Las casas de cambio
Voy a entrar más en materia con respecto a éste último punto, porque hay dos tipos de casas de cambio: las hay que tienen stock real, tanto de dinero como de criptomonedas, y que compran y venden con su propio stock. Éstas son las que he tenido en cuenta en lo explicado en el punto anterior. Pero hay otro tipo de casas de cambio: las que no tienen stock. Éstas funcionan simplemente con órdenes de compra y venta de activos que hacen los usuarios, y se quedan un porcentaje en cada transacción.
Voy a explicarlo con un ejemplo: Usuarios tienen BTC y quieren venderlos. Ponen órdenes de venta con la cantidad que quieren vender y el precio. Otros usuarios tienen dinero real y quieren gastarlo en comprar BTC. Ponen órdenes de compra con la cantidad a comprar y el precio. El sistema cruza órdenes de venta y de compra y cuando los requisitos de unos y otros coinciden se lleva a cabo la transacción. También hay otra opción que es que, por ejemplo, un comprador ve una orden de venta y la ejecuta directamente, pagando lo que el vendedor pide. Y viceversa, claro.
Pues ahora imaginad la tesitura: el BTC está ahora mismo a 7.100 dólares. Llega un momento que los usuarios consideran que ya es demasiado caro, y que no van a pagar más de 7.000. Todas las órdenes de venta que se ponen son de 7.000 dólares para abajo. E imaginad que los poseedores de BTC no quieren vender, como es lógico, por debajo del precio que “los mercados” dicen que tiene, 7.100 dólares. Entonces todas las órdenes de venta estarán por encima de esa cantidad. ¿Qué ocurrirá entonces? Que no se harán transacciones.
Claro, esto es más complicado, al menos con la diferencia de precios del ejemplo. Pero imaginad que la semana que viene el precio se vuelve a disparar y cada BTC cuesta 20.000 dólares, 30.000 dólares. ¿Habrá gente dispuesta a pagar esa cantidad de dinero? Al ritmo que está subiendo el valor lo normal es que quien quiera vender busque esperar a que esté todavía más caro, mientras que los que quieren comprar pretendan hacerlo cuanto antes, antes de que suba todavía más, con la esperanza de vender después cuando haya subido y así generen beneficios. Esto provoca, amigos, la burbuja. Y llegará el momento que tenga que estallar.
¿Y si se dejan de utilizar BTC?
Ahora imaginad otra premisa: el vaticinio de John McAffee se hace real y el BTC se pone a 500.000 dólares por unidad. Los mercados para ese entonces estarán ya colapsados, con todo el mundo intentando vender cuanto más caro mejor y sin nadie dispuesto a pagar esos precios para comprar. Seguid imaginando, y pensad ahora que, llegados a ese punto, se decide que lo mejor es dejar los BTC de lado y pasarse a otra criptomoneda. O a otro sistema de dinero.
¿Qué significaría eso? Que el valor del BTC bajará. Y lo hará al mismo ritmo al que está subiendo ahora. Los poseedores de criptomonedas querrán vender cuanto antes, antes de que se devalúe demasiado, y los compradores serán aun así reacios a comprar porque la previsión es que siga bajando. Y eso si siguen manteniendo el interés.
En definitiva, bajo mi punto de vista el tema de las criptomonedas y en especial con el Bitcoin se ha desmadrado ya, es incontrolable y terminará explotando. Y si no, al tiempo.