Quizás recordéis que hace no mucho tiempo Razer anunció la compra de la compañía THX, con el objetivo (entre otras cosas) de añadir su certificación a sus portátiles y sistemas de sonido. Ahora, el especialista en periféricos de alto rendimiento parece lanzado hacia el mercado asiático y ha anunciado una inversión de 600 millones de dólares para integrar ésta certificación en sus productos, al menos en el citado mercado.
Es cierto que hoy en día la certificación THX ya no tiene el mismo peso que antaño, pero resultaba raro que pasados ya más de nueve meses desde que Razer adquirió la compañía solo hubiera lanzado un equipo con su certificación (el Blade Pro anunciado en Abril). Y es que uno no adquiere una compañía y empieza a ponerle su sello en los productos por la cara, sino que debe invertir para adecuar la tecnología de ésta a sus propios productos.
Es precisamente lo que Razer se dispone a hacer con ésta inversión de 600 millones: comenzar -ahora en serio- a integrar la tecnología de THX en sus productos, especialmente portátiles y sistemas de sonido. Según ha publicado la compañía, la intención es la de extender la marca Razer en el mercado asiático, haciendo que gracias a la certificación tenga un punto más de importancia y atractivo en éste que, como sabéis, es el más amplio a día de hoy.
Puede que no sea el mejor momento para Razer
Siempre nos gusta ver que las grandes compañías invierten dinero en mejorar, pues al final el resultado son mejores productos para los usuarios. Pero en el caso particular de Razer, y aunque es una compañía relativamente grande, no puede compararse con los gigantes del sector. Para que os hagáis una idea, en la campaña 2012-2013 Razer obtuvo 20 millones de dólares de beneficios, pero por ejemplo en la 2015-2016 perdió 70 millones, en parte por las adquisiciones que realizó como la de THX.
Estos gastos que tuvo Razer al comprar THX también se tradujeron en un aumento de ingresos, pero con el gasto los beneficios quedaron en rojo. Esto no significa que la compañía esté pasando por un mal momento, todo lo contrario -si no, no estarían comprando e invirtiendo-, pero viendo sus resultados fiscales quizás una inversión de 600 millones ahora mismo no sea la mejor idea. Pero claro, hablamos de corto plazo, y seguro que la cúpula directiva de la compañía ya ha estudiado la repercusión de ésta inversión de cara al largo plazo.