Almacenamiento en la nube vs discos duros: ¿Qué es más rentable?

Actualmente el almacenamiento masivo está tomando cada vez más importancia en la rutina diaria de todos los usuarios. Fotos, vídeos en alta definición, música… todos necesitamos un sitio donde almacenarlo. Desde que Google anunció una gran rebaja de precios en Google Drive, muchos nos hemos planteado hasta qué punto sigue siendo rentable seguir utilizando discos duros tradicionales para almacenar nuestros archivos.
Como hemos comentado antes, Google ha revolucionado el mercado del almacenamiento en la nube con una espectacular bajada de precios de Google Drive. Parece bastante claro que el almacenamiento en la nube está en auge puesto que presenta muchas ventajas frente a los discos duros tradicionales, como por ejemplo el poder acceder a los archivos desde cualquier parte sin ir más lejos (aunque eso es algo que podemos hacer también con discos duros normales, pero ese es otro asunto). Pero claro, Google es una empresa tan impensablemente grande que se puede permitir estas bajadas de precios y que todavía les siga saliendo rentable, mientras que para otras empresas más modestas es una tarea imposible.
En la siguiente tabla, cortesía de FayerWayer, podéis ver una comparación de los distintos servicios de almacenamiento en la nube más conocidos, clasificados en cuota mensual y en dólares estadounidenses.
Como véis, con Mega podemos tener 50 GB gratuitos en la nube, y es quien de momento gana en este aspecto. También Mega es quien ofrece la mayor capacidad: 4 TB por unos 8 euros al mes, más o menos. Si tenemos en cuenta que ahora mismo el disco duro de 4 Tb más barato que podemos encontrar en tiendas de España cuesta unos 135 euros, esto significa que no lo rentabilizaríamos hasta pasados 16 meses en comparación con el servicio de Mega.
Teniendo en cuenta que la vida de los discos duros es bastante superior a esos 16 meses, que su precio sigue bajando, y que nuestra privacidad está a mucho mejor recaudo en nuestro propio disco duro que en la nube, nos aventuramos a afirmar que, a día de hoy, todavía sigue siendo más rentable almacenar nuestros propios datos, aunque tengamos la incomodidad de tener que configurar o requerir programas de terceros para poder acceder a nuestra información desde cualquier parte.
Eso sí, con el almacenamiento en la nube nos ahorramos problemas de que los discos duros puedan fallar, y por supuesto ahorramos en consumo eléctrico, de Internet, y demás…
Tabla cortesía de FayerWayer.