Una de las cuestiones más abiertas en ciertos sectores tras las presentaciones de las especificaciones de SONY y Microsoft con sus PS5 y Xbox Series X es, ¿por qué en PC no se usa memoria unificada? que en resumidas cuentas viene a plantear una cuestión secundaria al mismo tiempo: ¿por qué no se usa la memoria GDDR6 como principal del PC si las consolas lo logran? Es una buena pregunta que vamos a contestar a continuación.
La memoria RAM siempre está en tela de juicio desde hace más de 20 años. Sigue siendo el cuello de botella principal en un PC (SSD aparte lógicamente) y donde el resto de componentes principales aumenta su rendimiento paulatinamente, los fabricantes solo obtienen pequeñas mejoras que cobran a precio de oro.
Pero si miramos a sus lados, los amplios tipos de memorias actuales pueden dejar palideciendo a esta y las consolas a cada generación ponen en valor que es posible, pero ¿por qué no se hace?
La unificación es un paso atrás para un PC común
Aunque pueda parecer lo contrario, compartir memoria es un paso atrás en varios aspectos para un PC. Es cierto que la GDDR es mucho más rápida desde hace generaciones y que la nueva GDDR6 y GDDR6X es un salto más hacia ello, pero las necesidades a cubrir de un PC no tienen que ver en su mayoría con este factor.
Como decía precisamente un eslogan muy famoso: «la potencia sin control no sirve de nada», y esto en un PC se cumple casi a la perfección. Un PC está formado por una CPU, memoria RAM y GPU como actores principales que trabajan distintas áreas específicas, por lo que sustituir RAM DDR4 por GDDR6 implica un problema de base: los tiempos de acceso y la disponibilidad.
Las consolas usan este sistema por una sola razón, reducción de costes, pero realmente es un sistema desde el punto de vista de la CPU bastante deficiente. Aunque el ancho de banda es espectacular en GDDR6, las latencias son demasiado elevadas para trabajar con una CPU con gran frecuencia e IPC.
Las cachés son extremadamente rápidas y requieren un continuo riego de información para que los registros, ALU y algoritmos de la CPU puedan rendir sin tener tiempos muertos, empeorando rendimiento y eficiencia. Además, lo que vemos por norma general con GDDR6 es su ancho de banda, el cual solo se usa para mandar información hacia la GPU y solo se alcanza su peak en copia, pero deja fuera a lectura y escritura, donde su rendimiento cae en picado.
Sin una latencia muy baja el rendimiento de la CPU se vería muy afectado, como les ocurre a los núcleos de las APU de las consolas, donde además se empeora el rendimiento de la iGPU al compartir recursos con el resto de dispositivos.
GDDR6 causaría problemas de compatibilidad y actualización
La GDDR6 es un tipo de memoria que tiene unas señales eléctricas muy acotadas para alcanzar dichas velocidades. Esto implicaría dos cosas directas en un PC: implementarlas en la placa base como se hace con las GPU actualmente en sus PCB, o crear un bus exclusivo con módulos externos que tendrían que ir soldados a la misma.
Los ruidos armónicos de la señal, jitter y tiempos de acceso impedirían un formato como el de las memorias RAM comunes (slot), a base de módulos sustituibles de quita y pon que permitan ser actualizados.
GDDR6 implica un PCB de mucha mayor calidad para mantener la integridad de la señal en cada módulo, donde además CPU y GPU tendrían que estar increíblemente cerca (físicamente hablando) de los módulos de este tipo de memoria. La interconexión tendría que hacerse con un bus directo, sin PCIe de por medio, algo complicado con los SSD a día de hoy.
De integrarlos supone otra latencia más, ya que el acceso y descarga de datos desde dicho bus está muy penalizado, no en vano la falta de VRAM en una GPU actual desemboca en pérdida de rendimiento más o menos ilustrativa con la memoria RAM del sistema.
Esto traería un problema más: la actualización de dicho tipo de memoria. Un sistema así implica un cambio de placa base y GPU al mismo tiempo, ya que esta última tendría que ser incluida en la primera (soldada), por lo que la modularidad y upgrade de los mismos se reduciría considerablemente y aumentaría el costo general.
Por lo tanto, optar por un cambio de este tipo sería totalmente contraproducente para el rendimiento y al ser un sistema modular completo, limitaría el cambio de componentes y además los encarecería.