Seguro que muchos de vosotros recordáis aquellos ordenadores antiguos de los años 80 y 90, aquellos con caja color marfil que había que apagar manualmente con el botón, y que muchos de ellos tenían un botón Turbo e incluso un pequeño display mostrando los MHz a los que funcionaba el procesador. Hoy vamos a adentrarnos en la historia para explicaros qué es lo que hacía exactamente ese botón Turbo, y por qué los PCs a día de hoy ya no lo utilizan.
El «culpable» de este botón Turbo no es otro que IBM, pues fueron ellos quienes lo implementaron por primera vez, y luego otros fabricantes copiaron (y de hecho muchos clonaron) el diseño, y seguramente recordéis muchos modelos míticos que contaban con ello, como los 286 o los 486DX2 y 486DX4.
Curiosamente, desde ya os decimos que ese botón no es que acelerara el sistema sino que hacía exactamente lo contrario, reducía la velocidad del procesador cuando no estaba presionado. En otras palabras, si tenías un procesador 486DX2 a 66 MHz, con el botón Turbo presionado funcionaba a 66 MHz (lo que debería), pero si lo quitábamos pasaba a funcionar a solo 33 MHz.
A continuación vamos a contaros la historia de este botón, por qué fue necesario su uso y por qué dejó de utilizarse.
¿Por qué se creó ese botón Turbo en los PCs antiguos?
El primer ordenador personal de IBM (IBM PC 5150) fue lanzado en agosto de 1981 con el famosísimo procesador Intel 8086 que funcionaba a 4,77 MHz. La competencia, como Compaq, pronto hicieron ingeniería inversa a la máquina, licenciaron el sistema operativo MS-DOS de Microsoft y crearon sus propios ordenadores «clon» de este de IBM.
Estas máquinas clónicas a menudo agregaban características que la máquina inicial de IBM no tenía, y además a un precio mucho más bajo. Algunos incorporaban puertos para periféricos integrados, más memoria RAM y relojes en tiempo real (el display que mostraba los MHz del que os hemos hablado antes y que, de hecho, podéis ver en el 286 que se ve en la foto de arriba), al tiempo que conservaban la compatibilidad del software.
Algunos de los primeros fabricantes de estos clones llevaron las cosas mucho más lejos y crearon máquinas mucho más rápidas. Por ejemplo, varios modelos utilizaron este mismo procesador 8086 pero funcionando a 8 MHz, lo que suponía un rendimiento bruto de dos o tres veces más alto que el PC original de IBM.
Claro, este aumento de velocidad supuso un problema, y es que la mayoría de desarrolladores de aplicaciones a principios de los 80 no pudieron anticipar que la plataforma de IBM se convertiría en una plataforma compatible con versiones anteriores, o que su rendimiento se dispararía. Como resultado, la mayoría de aplicaciones de software y juegos creados para el PC de IBM se ajustaron específicamente para la velocidad de reloj de 4,77 MHz del 5150. Si alguien ejecutaba estas aplicaciones a mayor velocidad (como los 8 MHz que hemos puesto de ejemplo), los programas se volvían inestables y los juegos se volvieron irremediablemente rápidos y por ello injugables.
Las primeras tarjetas aceleradoras de CPU para PC de IBM solucionaron este problema al incorporar un interruptor físico en la parte posterior, permitiendo a la máquina cambiar entre la velocidad máxima del acelerador y un modo de compatibilidad de 4,77 MHz. Sin embargo, estos todavía no eran los conocidos como modos «Turbo», pero la innovación del marketing estaba ya a la vuelta de la esquina.
Eagle Computer, el precursor del famoso botón
En julio de 1984, un fabricante de clones de PC llamado Eagle Computer introdujo una nueva línea de productos llamada Eagle PC Turbo. Cada modelo incorporaba un procesador 8086 a 8 MHz y una nueva característica: un botón Turbo en el frontal de la caja que, cuando se apretaba, cambiaba la frecuencia de funcionamiento del procesador entre 4,77 MHz y 8 MHz.
Esto en su momento se vendió como una campaña de marketing, y de hecho varios medios publicaron artículos diciendo cosas como «El Eagle PC Turbo es tan sumamente rápido que han tenido que incluir un botón en el panel frontal para frenarlo y así aumentar su compatibilidad con el softeare».
Es posible que otros fabricantes utilizaran el término «botón Turbo» antes que Eagle, pero desde luego esta marca fue la precursora y la más conocida que lo empleó. La palabra «turbo» es una abreviatura de «turbocompresor», que es lo que hace que los motores de combustión interna sean más rápidos. En los años 80 era común que los departamentos de marketing aplicaran la palabra «turbo» a los productos para denotar velocidad o potencia adicionales.
Esto era lógico, ya que aunque lo que hacía el botón Turbo en realidad era ralentizar la máquina, nadie en su sano juicio pondría un botón rotulado como «ralentizar» en un PC que venden como muy potente, ¿verdad?
Unos años después del Eagle Turbo PC (en la era en la que los PC ya eran lo suficientemente baratos como para venderse casi de forma masiva), la palabra turbo de repente se convirtió en un término genérico en la industria para esta característica de desaceleración de la CPU, y de hecho esto se ha heredado incluso a día de hoy como bien sabréis.
Desde principios a mediados de los años 90, la velocidad de los procesadores de CPU se elevó hasta cotas nunca vistas. Se pasó de 16 MHz hasta más de 100 Mhz, y esto hizo que los botones Turbo se convirtieran en algo esencial para poder ejecutar ciertos software o juegos.
¿Por qué desapareció este botón Turbo?
Como hemos mencionado antes, la necesidad de este botón la creó el software, que estaba diseñado para procesadores que funcionaban a una velocidad concreta. Llegado cierto momento, los desarrolladores comenzaron a escribir aplicaciones teniendo en cuenta los aumentos de velocidad de CPU: estos programas monitorizaban la velocidad de funcionamiento del procesador e introducían un retraso cuando era necesario para mantener el programa funcionando al ritmo al que había sido diseñado.
A medida que esos programas se generalizaron y el software heredado de la década de los 80 comenzó a quedar obsoleto, cada vez menos personas necesitaban utilizar los botones Turbo. Alrededor de la era Pentium (entre mediados y finales de los 90), muchas torres de PC dejaron ya de incluirlos, y dado que era una característica que al final añadía costes a los fabricantes, pronto todos los fabricantes dejaron de hacerlo.
Hacia el año 2000 el botón Turbo ya se había extinguido completamente, y si llegado cierto punto alguien necesitaba ralentizar su procesador para hacer funcionar un programa antiguo, debían utilizar algún software específico para ello como CPUKILLER. La era «Turbo» había terminado.