Las consolas de generación actual utilizan exactamente la misma arquitectura que los PC (x86-64), así que es posible que se os haya pasado por la cabeza: ¿se puede instalar Windows en una consola PS4 o Xbox One y utilizarla como un PC? Desde luego sería ideal, porque tendrías un PC gaming bastante decente por apenas 300 euros.
Esto tiene especial sentido cuando hablamos de la Xbox One, dado que la fabrica el mismo fabricante que desarrolla el sistema operativo Windows, ¿verdad? Máxime cuando en Microsoft presumen de su «plataforma universal», con la que pretenden unificar todo su ecosistema de productos de hardware y software.
Entonces, ¿se puede utilizar una consola como PC con Windows?
Por qué no puedes instalar Windows en una consola
Cada consola tiene su propio sistema operativo personalizado, y aunque en algunos casos se pueden instalar versiones modificadas de Linux, es un trabajo realmente arduo y con muchísimas papeletas de dar problemas, por lo que no es para nada viable.
Es evidente que ni SONY ni Microsoft quieren vender sus consolas, que cuestan en torno a 300 euros, para que la gente las utilice como un PC gaming barato. Ellos venden la consola para que la uses como consola, y para que compres sus juegos.
Por este motivo, Microsoft ya dejó claro que había implementado un sistema en Xbox 360 (DRM – Digital Rights Management) para impedir la modificación de la consola, algo que SONY también hizo en la suya (PS3 en aquel entonces). Este mismo sistema lo han heredado PS4 y Xbox One, y por supuesto lo harán PS5 y Xbox Series X.
Pero el DRM no solo tiene que ver con el software, sino que también ha sido implementado en forma de modificaciones de hardware. Siguiendo con el ejemplo de la Xbox, aunque es una arquitectura x86-64 igual que los PC tiene una enorme capa de personalización justo encima de la arquitecutra que hace que su hardware sea directamente incompatible con Windows.
Por ejemplo el Southbridge de la Xbox One (es el chip que conecta la CPU a los dispositivos de entrada y salida como los USB o la tarjeta de red) es un diseño personalizado por Microsoft que requiere drivers escritos específicamente para ello, y que el sistema operativo Windows literalmente no entiende.
En el caso de PS5 y XSX es muy parecido, pero además tenemos que tener en cuenta que la iGPU va dentro del propio SoC y que ahora además las GDDR6 tienen corrección de errores con los controladores de memoria, por lo tanto necesitan una codificación específica para ellas, complicando todo un poco más.
Esto mismo se ve reflejado en el Northbridge, ubicado dentro del die del procesador y que se encarga de conectar los núcleos de la CPU a la memoria, así como al SMC (system management controller), responsable de las funciones básicas del hardware, como el control de los ventiladores, los LED indicadores de estado o los sensores de temperatura. Todo esto, directamente no puede funcionar en Windows porque no entiende los drivers, que también son específicos de la consola.
Entonces, ¿simplemente no se puede hacer?
Virtualmente sí que sería posible, pero tendrías que realizar modificaciones a nivel del kernel de Windows (es la parte del sistema operativo que, entra otras cosas, se encarga de comunicar el sistema operativo con el hardware) para que puedan enlazarse con el hardware de la consola.
Normalmente, hay una «capa» llamada «hardware abstraction layer» (HAL) en la BIOS que se coloca entre el kernel y el hardware para que puedan entenderse y comunicarse entre sí, y hacen falta múltiples HAL para que un sistema operativo pueda funcionar con distintos tipos de hardware. Dado que no existe un HAL en Windows para Xbox o PS4, para que Windows funcionara en la consola tendríamos que escribir el HAL desde cero.
Pero, además de eso, nos encontraríamos con los impedimentos de los que ya hemos hablado (los drivers específicos, el DRM, etc.) mas otro adicional, y es que tanto la Xbox como la PlayStation tienen una secuencia de arranque muy diferente a la que tiene un PC cuando se enciende, y esto haría que directamente Windows no sabría cómo iniciar en una consola.
En el caso de Xbox hay que añadir otro impedimento más, y es que mientras que Windows utiliza un sistema de archivos llamado NTFS, Xbox utiliza otro llamado Fat X y, de hecho, la BIOS de las consolas de Microsoft ni siquiera soportan NTFS.
En resumidas cuentas, tanto Microsoft como SONY han puesto todos los impedimentos que estaban en su mano para que NO podamos utilizar Windows en su consola de ninguna manera. Como hemos mencionado antes, sería todo un «chollo» para los usuarios el comprar una consola por 300 euros y convertirla en un PC gaming con solo instalarle Windows.
¿Quién quiere una consola teniendo un PC?
La posibilidad de instalar Windows en una consola podría ser algo atrayente, como un reto para algunos. Sin embargo, es algo que no tiene mucho sentido porque si hay algo que diferencia a una consola de un PC es el fundamento para el que han sido creados: una consola está diseñada para jugar, simple y llanamente, y está orientada a hacerlo en el salón. El PC, por su parte, además de jugar sirve para una gran infinidad de cosas y aunque se puede colocar un PC en el salón conectado a la TV y utilizarlo para jugar con un mando inalámbrico, no es esa su funcionalidad objetivo.
En todo caso, como acabamos de comentar si quieres tener un sistema Windows conectado a la TV del salón no necesitas gastarte el dinero que cuesta una consola de juegos para luego modificarla y echarla a perder cuando puedes adquirir un mini PC que te dará lo mismo y sin tantas complicaciones ni quebraderos de cabeza, además de que puedes adquirirlo por menos dinero de lo que cuestan las consolas de generación actual.
Por lo tanto, el intentar instalar Windows en una consola puede ser algo entretenido si lo tomas como un reto, pero es algo funcionalmente absurdo pudiendo tener un PC para ello.