Ya hemos hablado en otras ocasiones de los problemas que causa el polvo en cualquier componente de PC, y aunque hemos tratado igualmente algunos aspectos de los filtros anti polvo, como sus principales marcas, en este artículo vamos a ver otro apartado también importante como son los tipos de materiales. Y es que el tipo de material va a influir no solo en cuanto polvo pueda frenar, sino en la sonoridad de los ventiladores.
En no pocas ocasiones cuando vamos a comprar un filtro anti polvo miramos más por el tamaño y por el precio que realmente por el tipo de material usado para dicho propósito, así que vamos a ver cuáles son los materiales que podemos encontrarnos, porque no todos tienen la misma calidad ni, sobre todo, la misma efectividad a la hora de bloquear la entrada del polvo en el interior del PC.
Tipos de materiales para filtros anti polvo
La realidad es que el material del filtro es tan importante como el marco o el precio, ya que si este no se adecua al ventilador que irá detrás o al flujo de aire interno del chasis, podemos estar creando una resistencia que empeore el rendimiento.
Por ello, vamos a conocer los principales materiales para filtros anti polvo del mercado.
De nylon/poliester
Son unos materiales muy comunes, ampliamente utilizados en marcas top como Demciflex, ya que tienen como principales ventajas su flexibilidad y el poder fabricarlos con un enmallado bastante fino. Suelen caracterizarse por incluir un marco más o menos rígido, ya sea de plástico ABS o flexible, por lo que tienen una ventaja añadida en cuanto a costes.
Esto no es impedimento para que podamos encontrarlos magnetizados, sino más bien al contrario, la flexibilidad es un punto a favor para que los fabricantes opten por este tipo de material en sus productos magnéticos.
El nylon o el poliester son los materiales más recomendables para filtros anti polvo por el hecho de ser suficientemente densos en su malla, pero no llegar a ser demasiado restrictivos para el paso del aire, por ello, la gran mayoría de fabricantes de chasis usan estos materiales para sus filtros.
Filtros anti polvo de metal
La rigidez que portan estos tipos de filtros anti polvo basados en metal les otorgan en algunos modelos una ventaja bastante interesante: pueden encontrarse sin marcos, lo cual deja a la malla de metal como el propio filtro con sus correspondientes agujeros.
Esto les otorga un grosor ínfimo, lo cual en ciertos chasis es necesario. Podemos encontrar otras versiones con este material y con marcos metálicos, los cuales añaden un extra de resistencia al conjunto y además permiten que la malla adopte formas inusuales para mejorar el flujo del aire.
Son indicados si disponemos de ventiladores con poca presión estática, ya que succionarán menos aire frente al filtro. Su composición y distribución de la malla suele ser menos densa, lo cual permite un mayor paso del aire, pero no retendrá las partículas más pequeñas e ínfimas.
Este tipo de filtros además, suelen ser los que podemos encontrar en cajas de gama medio-baja, y resultan incomodos de utilizar en ciertas ocasiones ya que si al sacarlo para limpiarlo lo doblamos sin querer, esta marca quedará para siempre, siendo un problema si esto pasa en alguna zona que haga que no se incorpore de la forma correcta, impidiendo que cumpla su función.
Filtros anti polvo de algodón
Fabricados normalmente con el mismo material que los filtros de las máscaras para humos que tanto vemos en las grandes ciudades asiáticas, estos filtros tienen la particularidad de que son, por norma general, electrostáticos. Por lo tanto y sabiendo esto, tenemos que tener en cuenta que son extremadamente densos, lo cual solo está indicado para lugares con muchísima suciedad, ya sea polvo, pelusas, tabaco o polución ambiental.
Además, nuestros ventiladores deberán tener una presión estática muy alta, para que así puedan extraer aire del exterior o expulsar aire hacia fuera del chasis, dependiendo del tipo de presión, si negativa o positiva.
Actualmente están en desuso porque implica un gasto en ventiladores muy alto, y además incrementa significativamente el ruido que producen dichos ventiladores. Se puede encontrar en rollos para otras finalidades, donde el material será el mismo.
Espuma filtrante de poliuretano
Es otra opción ampliamente utilizada por ciertos fabricantes, donde su falta de rigidez obliga, en general, a usarla con un doble marco, lo cual añade tanto grosor como resistencia al paso del aire. Ya de por sí, el material, aunque es poroso, tiene un grosor que le otorga un sistema parecido a un panel de abeja entrecruzado por capas.
Esto es fantástico para atrapar el polvo hasta en su mínima expresión, pero al mismo tiempo es restrictivo, lo que sumado al doble marco por norma general crea una restricción más alta. Cabe destacar que no es tan abusiva como el algodón, pero no queda demasiado lejos.
Al igual que ocurre con el algodón, se puede encontrar en rollos para poder cortarlos a la medida que queramos, como los que ofrece la marca Dustend. Al no ser tan restrictivos como el algodón, podemos permitirnos ventiladores de gama media en cuanto a presión estática, lo que garantiza por otro lado que, de nuevo a diferencia de este, no se incremente la sonoridad, sino que puede llegar a reducirla (a costa de un menor flujo de aire claro).
Conclusión
No solemos tener en demasiadas ocasiones en cuenta el filtro antipolvo que incorpora nuestro ordenador, ya que la mayoría de veces tan solo compramos la caja por las características que nos ofrece esta con respecto a los componentes que puede incorporar, así como si el diseño de la misma resulta agradable a la vista. Es por esto que puede existir el caso de que nuestra caja presente algunos problemas a la hora de acumular polvo, ya que puede que tengamos unos ventiladores extremadamente potentes que hacen que por ejemplo una rejilla de metal que como hemos indicado tiene unos agujeros más grandes, por lo que permite que los ventiladores succionen el polvo incrustado en la misma.
Es por ello que además de realizar un mantenimiento con frecuencia sobre estos filtros, debemos saber de que tipo es el que contiene nuestro PC, y en caso de ser necesario, buscar un modelo adecuado por el que lo podamos cambiar si no esta cumpliendo su función de forma correcta por los problemas que hemos comentado. De esta forma, podremos hacer que nuestro ordenador funcione con la mayor eficacia posible, y de paso evitaremos los problemas que puede causar que se cuele el polvo dentro de los componentes de nuestro PC, lo que nos permitirá a su vez, evitar tener que limpiarlo cada semana.