Cuando tienes una impresora de chorro de tinta, lo más caro de mantener son los cartuchos, así que seguramente a muchos de vosotros se os habrá ocurrido que quizá podríais rellenar los cartuchos de tinta vosotros mismos y así ahorrar bastante dinero. De ser así, en este artículo vamos a explicaros cómo rellenar los cartuchos de tinta de la manera más sencilla posible.
Tened en cuenta una cosa, y es que los cartuchos de tinta de las impresoras Inkjet son tan caros porque cada vez que cambias de cartucho también estás cambiando el cabezal de impresión; por lo tanto, si decides rellenar los cartuchos en lugar de comprar unos nuevos, no estarás cambiando los cabezales y por lo tanto la impresora será más propensa a tener fallos, especialmente porque se haya secado tinta en los cabezales.
¿Merece la pena rellenar los cartuchos de tinta?
De primeras debemos tener en cuenta varios factores antes de comprar nada, y es que al final el hecho de rellenar los cartuchos de tinta puede presentar ciertos problemas que puede que no sepamos relacionados con el funcionamiento de la impresora. Existen modelos de impresoras que permiten seguir utilizando esta técnica, pero también hay algunos en los que es posible que no funcione por cómo están diseñados tanto los cartuchos como el propio dispositivo para imprimir, siendo una de las compañías precursoras del sistema para evitar que se puedan rellenar HP.
Y es que esta empresa siempre ha tenido en mente que las tanto las impresoras como los cartuchos deben tener una vida útil limitada, es decir, que no se pueda prácticamente reparar una impresora cuando supera un número de usos al igual que sucede con los cartuchos. Esto implica que en caso de querer rellenar de tinta estos mismos, sea contraproducente ya que al final vamos a gastar el doble de dinero que comprándolos directamente, haciendo que no solo tengamos que comprar el cartucho, sino también pagar la tinta que queríamos utilizar para rellenarlos.
El principal problema en las impresoras modernas es que tienen una función que permite comprobar los cartuchos originales, ofreciendo además una forma de conocer el número máximo de impresiones que pueden realizar, lo que hace que cuando estos se terminen no funcionen incluso si los rellenamos. Al igual que si compramos cartuchos que no son oficiales, las impresoras de esta compañía es posible que no funcionen, pero como bien hemos explicado, esto sucede en los modelos más nuevos, por lo que si tenéis uno más antiguo es posible que podáis seguir rellenándolos para ahorrar dinero.
Materiales necesarios
Lógicamente lo primero que necesitarás es tinta. Se puede comprar en tiendas como ferreterías industriales o de repuestos informáticos, pero también tienes en Amazon sin ir más lejos.
En el caso de que los botes de tinta que compres no vengan ya con aplicador, necesitarás también tantas jeringuillas como distintos colores vayas a rellenar. En otras palabras, si solo vas a rellenar el negro necesitarás una jeringuilla, pero si vas a rellenar también el cian, magenta y amarillo, entonces necesitarás cuatro en total. Éstas las puedes comprar en grandes almacenes, farmacias, ferreterías o también en tiendas online.
También necesitarás preparar el espacio de trabajo. Rellenar los cartuchos de tinta es algo bastante engorroso y seguramente manches de tinta, así que ten a mano papel de cocina, y es recomendable hacerlo habiendo dispuesto sobre una mesa lisa un trozo de plástico que luego puedas tirar a la basura.
Cómo rellenar los cartuchos de tinta
Lo primero que debes hacer obviamente es retirar los cartuchos de tinta instalados en la impresora (y recomendamos dejarlos encima de la mesa ya sobre un papel de cocina para evitar que manchen). El siguiente paso dependerá del fabricante de los cartuchos, porque cada uno tiene su propio método de rellenado, pero generalmente esta es información que podrás encontrar por Internet.
Lo normal es que los cartuchos tengan una pegatina por la parte de arriba. Hay que retirar esa pegatina (con cuidado porque luego hay que volver a ponerla) y descubriremos dos agujeros: uno de ellos es para meter la aguja de la jeringuilla y el otro para que pueda salir aire, de manera que no creemos presión dentro del cartucho y lo pongamos todo perdido.
Es el momento de rellenar la jeringuilla con la tinta e introducirla, poco a poco y con cuidado dentro del cartucho. Sería bueno si en la etiqueta pone la capacidad del cartucho, así podremos medir cuánta tinta metemos con la jeringuilla.
Una vez que hayamos rellenado el cartucho de tinta, debemos limpiar con un papel de cocina la superficie para luego proceder a cerrarlo volviendo a poner la pegatina con adhesivo. Para cerciorarnos de que el cartucho queda bien cerrado, es recomendable ponerle un poco de celo, asegurándonos así de que queda bien. De hecho, es posible que la pegatina ya no pegue bien, en cuyo caso lo recomendable es poner una e incluso dos capas adicionales de celo.
Ahora, hay que repetir el proceso con todos los cartuchos que vayamos a rellenar. Realmente es un proceso sencillo y que no se mancha nada si tienes cuidado, pero es un poco engorroso si cometes algún error. Con un poco de práctica, no te llevará más de un par de minutos rellenar cada cartucho.
¿Me compensa una impresora de tinta?
Si estás pensando que este proceso aunque es fácil es un poco tedioso, te recordamos que existe la opción de utilizar toners en impresoras láser, lo cual es mucho más barato y práctico, además no tendrías que rellenar los cartuchos y su coste sería inferior a estos. Esto permite que al final podamos evitar el tener que hacer un trabajo manual para rellenar nosotros mismos los cartuchos, al final siempre es mejor ahorrar tanto dinero como el tiempo que nos llevaría hacer esto.
Las impresoras de tinta están destinadas a realizar fotografías o copias con necesidad de mucha calidad a color, sin embargo, para fotocopias básicas que utilizamos todos en nuestro día a día, es mucho más rápida, barata y rentable una láser. Además, en caso de no utilizarla mucho tampoco debemos preocuparnos por optar por una que tenga una gran calidad, si sobre todo la utilizamos principalmente para imprimir documentos o cualquier otro tipo de archivo digital que requiera únicamente blanco y negro o simplemente una gama de colores mucho más reducida.