Cuando tienes una impresora de chorro de tinta, lo más caro de mantener son los cartuchos, así que seguramente a muchos de vosotros se os habrá ocurrido que quizá podríais rellenar los cartuchos de tinta vosotros mismos y así ahorrar bastante dinero. De ser así, en este artículo vamos a explicaros cómo rellenar los cartuchos de tinta de la manera más sencilla posible.
Tened en cuenta una cosa, y es que los cartuchos de tinta de las impresoras Inkjet son tan caros porque cada vez que cambias de cartucho también estás cambiando el cabezal de impresión; por lo tanto, si decides rellenar los cartuchos en lugar de comprar unos nuevos, no estarás cambiando los cabezales y por lo tanto la impresora será más propensa a tener fallos, especialmente porque se haya secado tinta en los cabezales.
Materiales necesarios
Lógicamente lo primero que necesitarás es tinta. Se puede comprar en tiendas como ferreterías industriales o de repuestos informáticos, pero también tienes en Amazon sin ir más lejos.
En el caso de que los botes de tinta que compres no vengan ya con aplicador, necesitarás también tantas jeringuillas como distintos colores vayas a rellenar. En otras palabras, si solo vas a rellenar el negro necesitarás una jeringuilla, pero si vas a rellenar también el cian, magenta y amarillo, entonces necesitarás cuatro en total. Éstas las puedes comprar en grandes almacenes, farmacias, ferreterías o también en tiendas online.
También necesitarás preparar el espacio de trabajo. Rellenar los cartuchos de tinta es algo bastante engorroso y seguramente manches de tinta, así que ten a mano papel de cocina, y es recomendable hacerlo habiendo dispuesto sobre una mesa lisa un trozo de plástico que luego puedas tirar a la basura.
Cómo rellenar los cartuchos de tinta
Lo primero que debes hacer obviamente es retirar los cartuchos de tinta instalados en la impresora (y recomendamos dejarlos encima de la mesa ya sobre un papel de cocina para evitar que manchen). El siguiente paso dependerá del fabricante de los cartuchos, porque cada uno tiene su propio método de rellenado, pero generalmente esta es información que podrás encontrar por Internet.
Lo normal es que los cartuchos tengan una pegatina por la parte de arriba. Hay que retirar esa pegatina (con cuidado porque luego hay que volver a ponerla) y descubriremos dos agujeros: uno de ellos es para meter la aguja de la jeringuilla y el otro para que pueda salir aire, de manera que no creemos presión dentro del cartucho y lo pongamos todo perdido.
Es el momento de rellenar la jeringuilla con la tinta e introducirla, poco a poco y con cuidado dentro del cartucho. Sería bueno si en la etiqueta pone la capacidad del cartucho, así podremos medir cuánta tinta metemos con la jeringuilla.
Una vez que hayamos rellenado el cartucho de tinta, debemos limpiar con un papel de cocina la superficie para luego proceder a cerrarlo volviendo a poner la pegatina con adhesivo. Para cerciorarnos de que el cartucho queda bien cerrado, es recomendable ponerle un poco de celo, asegurándonos así de que queda bien. De hecho, es posible que la pegatina ya no pegue bien, en cuyo caso lo recomendable es poner una e incluso dos capas adicionales de celo.
Ahora, hay que repetir el proceso con todos los cartuchos que vayamos a rellenar. Realmente es un proceso sencillo y que no se mancha nada si tienes cuidado, pero es un poco engorroso si cometes algún error. Con un poco de práctica, no te llevará más de un par de minutos rellenar cada cartucho.
¿Me compensa una impresora de tinta?
Si estás pensando que este proceso aunque es fácil es un poco tedioso, te recordamos que existe la opción de utilizar toners en impresoras láser, lo cual es mucho más barato y práctico, además no tendrías que rellenar los cartuchos y su coste sería inferior a estos.
Las impresoras de tinta están destinadas a realizar fotografías o copias con necesidad de mucha calidad a color, sin embargo, para fotocopias básicas que utilizamos todos en nuestro día a día, es mucho más rápida, barata y rentable una láser.