Cuando vas a comprar un portátil, puedes quedar abrumado por las características técnicas del equipo, dado que si no entiendes un poco de hardware probablemente no signifiquen nada para ti y termines cayendo en las habituales «trampas» de marketing, con cifras astronómicas que no lo son tanto en realidad. En este artículo vamos a intentar ayudarte dándote una serie de consejos para que aciertes a la hora de comprar un portátil, y que éste sea acorde a tus necesidades.
Obviamente, y aunque el hardware es el aspecto más importante a tener en cuenta a la hora de comprar un portátil, hay otros factores que seguramente quieras tener en cuenta, como puede ser el tamaño de la pantalla, que sea ligero para poder moverlo de un sitio a otro, etc. Esos factores quedan a tu elección, dado que dependerá de para qué lo necesites. Por ejemplo, no es lo mismo comprar un portátil para jugar que rara vez se va a mover de su sitio y en el que importa más su gráfica dedicada que el peso y el tamaño, que uno que pretendes llevar contigo de viaje de manera constante pues en este caso te interesará más que sea ligero y que tenga una buena autonomía de batería.
Qué mirar antes de comprar un portátil
Es la primera pregunta que te deberás hacer, ya que hay mucho factores forma y cada uno de ellos tiene sus especificaciones generales. Por ejemplo, si te compras un portátil para gaming entonces este tendrá una pantalla de 15 pulgadas o más, un peso que se acercará más a los 2 Kg y su consumo energético será alto. En cambio, si lo que buscas es un portátil que llevar a cuestas con una pantalla pequeña y bajo consumo, no podrás optar por un la potencia de un sistema pensado para jugar.
Es decir, por desgracia, ese portátil ultraligero, con una tarjeta gráfica muy potente, no existe realmente y vas a tener en cuenta que cuanto más pequeño y compacto sea este, entonces menos potencia bruta tendrá. Tampoco podemos olvidar que la portabilidad y el peso se ha convertido en un valor de compra y te puedes encontrar que ordenadores con las mismas especificaciones tengan una diferencia de varios cientos de euros solo por el hecho que uno es más fino que otro.
Por lo que nuestro consejo es que primero te hagas la pregunta que titula esta sección. No es nada inteligente pagar de más por algo que no vas a utilizar al completo y tampoco es buena idea quedarse corto a la hora de comprar un portátil. Piensa que un ordenador no es barato y puede costarte el trabajo de un mes entero, por lo que es una inversión importante.
El procesador o CPU
El procesador es el cerebro de la máquina, así que es desde luego uno de los factores más fundamentales a tener en cuenta a la hora de comprar un portátil. Huelga decir que los procesadores de portátil buscan tener un bajo consumo para mejorar la autonomía de la batería y no necesitar sistemas de refrigeración tan grandes como en los PCs de sobremesa, pero, aun así, podemos encontrar procesadores de portátil con un rendimiento excelente.
Los procesadores se dividen a día de hoy en diferentes gamas según el tipo de ordenador portátil, normalmente calificadas por el TDP. Así pues es importante fijarse en el nombre del procesador, pero por lo general:
- Si termina el nombre del procesador en H entonces es uno de alto rendimiento, con un TDP de 45 W y, por tanto, pensado para estaciones de trabajo portátiles o para jugar.
- Si termina en U es todo lo contrario que el caso anterior, un TDP de 15 W que nos marca un ordenador extremadamente ligero y portátil.
- Últimamente, están apareciendo los ultrafinos gaming, los cuales se encuentran con procesadores en torno a los 28-30 W y se encuentran entre ambos mundos. Suelen tener hardware como los del tipo H, pero a velocidades reducidas y en ordenadores mucho más finos.
Ten en cuenta que al contrario de cuando compramos una torre, en un portátil el procesador va soldado a placa y no lo podemos escoger. Además, hay muchos nombres que son confusos y por eso te recomendamos buscarlos en la web del fabricante (Intel o AMD). Que un fabricante te diga que tiene un procesador Intel Core i5 no te dirá mucho, pero si buscas el procesador concreto en la web de Intel o AMD encontrarás todos los datos.
La memoria RAM
Por norma general, y salvo que vayas a utilizar el portátil para fines profesionales o de edición, la cifra de memoria RAM que debes buscar son 8 GB. Hoy en día 4 GB van a resultarte insuficientes, así que ni te lo plantees, y 16 GB pueden estar bien si vas a usar el equipo con tareas pesadas y para gaming, pero de nuevo, 8 GB es una cifra válida para la gran mayoría de usuarios.
Huye de portátiles que tengan cantidades de memoria RAM que no sean múltiplos de 4 (8, 16, 32, 64…) porque en ese caso o están usando RAM soldada a la placa o usan módulos diferentes, lo cual al final puede dar como resultado un menor rendimiento. Es, lamentablemente, habitual ver fabricantes que te quieren vender un portátil con 12 GB de RAM, y eso significa normalmente que tienen 4 GB soldados en placa y un módulo de 8 GB. En este caso, aunque funcionan en dual-channel, solo lo harán los primeros 8 GB, y si utilizas más RAM entonces sí estarás perdiendo rendimiento.
No hablemos ya de portátiles que venden con un único módulo de memoria funcionando en single channel. A la hora de mirar las características siempre trata de fijarte que incluya parejas de módulos de memoria para garantizarte que estarán funcionando en dual channel, ya que la diferencia de rendimiento es muy notable.
Por cierto, los portátiles ultraligeros suelen traer memoria LPDDR, la cual es la misma que la de los teléfonos móviles. No es más lenta ni peor que la DDR normal en rendimiento, pero tiene la particularidad que está soldada a placa y no se puede ampliar. Esto les permite ahorrarse las ranuras SO-DIMM y hacer los portátiles más ligeros.
La tarjeta gráfica: ¿vas a jugar?
Dependiendo de para qué vayas a usar el portátil, la gráfica dedicada puede ser importante o no. Obviamente, si quieres usar el portátil para jugar necesitarás buscar una gráfica dedicada AMD o NVIDIA en tu portátil, lo cual aumentará considerablemente su precio. Pero si no es tu caso, con la gráfica integrada que venga en el procesador tendrás suficiente para casi todo, incluso para juegos sencillos si pretendes jugar de manera esporádica.
No te calientes la cabeza: si no vas a jugar (o renderizar vídeo, etc.), una gráfica integrada hará bien su trabajo en entornos multimedia, pero si quieres jugar, entonces sí que tendrás que plantearte la adquisición de un portátil que tenga gráfica dedicada, con el consecuente aumento de presupuesto que esto supone.
En el caso de que sí que lo vayas a hacer no te dejes llevar por el modelo de gráfica del portátil a comprar. Esto lo decimos por el hecho que puedes encontrarte un modelo de RTX 3070 en un modelo que rinda mejor que una RTX 3070 Ti en otro. ¿El motivo? Una tiene un consumo menor que la otra y, por tanto, funciona a menor velocidad. Así que estad atentos en ese aspecto, ya que es una práctica muy habitual de los fabricantes.
La unidad de almacenamiento
Hoy en día no tiene mucho sentido comprar un portátil que no tenga SSD, por lo que la recomendación es que si el portátil tiene un disco duro convencional, no te plantees su compra porque vas a notar que va lento desde el primer día. Incluso aquellos portátiles con SSD SATA 3 van a proporcionarte un rendimiento y unos tiempos de encendido muchísimo mejores, así que la recomendación aquí es que busques siempre opciones que tengan SSD.
A día de hoy ninguno de los ordenadores portátiles se vende con un disco duro convencional ya, eso si, te sugerimos que huyas como alma que le persigue el diablo de aquellos que integran memoria eMMC, la cual es lenta y tiene la velocidad de una tarjeta de memoria para teléfono móvil. Un portátil con una memoria de almacenamiento que no sea un SSD NVMe es uno que trae un cuello de botella cuanto menos importante.
En los últimos años han aparecido fabricantes que no solo incluyen en sus portátiles una unidad SSD, sino que ofrecen la posibilidad de conectar una segunda dejando un puerto libre que más tarde podemos ampliar con más gigas o teras. Es el caso, sobre todo, de los dispositivos enfocados al gaming que requieren de mucho espacio para instalar videojuegos, por lo que siempre es buena idea mantener la unidad con el OS separada del lugar donde mayor trajín de descargas e instalaciones llevamos a cabo.
Normalmente le dan un nombre a esta posibilidad parecido a M.2 dual que, en ocasiones, también añaden una tercera bahía esperando a que coloquemos una unidad HDD, de las antiguas que no son de estado sólido. En esos casos seguramente leáis claims publicitarios del estilo «Dual M.2 Syupport + One HDD Slot».
La resolución de pantalla (¡cuidado!)
La resolución de la pantalla es también un factor que debes tener en cuenta. Algunos fabricantes todavía venden (o más bien pretenden deshacerse de ellos) portátiles con pantallas de resolución 1366 x 768, y es algo que deberías evitar. Esta resolución es muy baja, y a día de hoy la mayoría de páginas web están optimizadas para resoluciones Full HD. No hablemos ya de juegos o cuando quieras ver una serie en Netflix.
También tenemos la opción contraria, fabricantes que quieren venderte pantallas 4K. ¿Para qué? A esos tamaños los píxeles son tan pequeños que nuestros ojos no pueden distinguirlos respecto a resoluciones más bajas. Es más, todo el hardware gráfico para portátiles, incluido el más avanzado para gaming, está optimizado para 1440P. Por lo que no tiene sentido una resolución 4K salvo que seas profesional porque lo verás todo excesivamente pequeño. Además, y especialmente en portátiles que usen gráfica integrada, esto hará que todo te vaya más lento porque gran parte de los recursos del sistema se «gastarán» en poder mover dicha resolución.
Nuestra recomendación es que busques siempre pantallas de resolución Full HD y que tengas en cuenta la resolución por pulgadas. Es decir, será siempre mejor y más nítida de ver una pantalla de 15 pulgadas 1080p que una de 17 pulgadas. En especial de cara a leer texto en pantalla o trabajar, aunque si lo que queréis es jugar, os recomendamos que busquéis modelos con la característica de reproducir imágenes con una tasa de refresco de 144 Hz..
El teclado
Es otro aspecto importante que no se suele nombrar, puesto que se da por hecho que va ser bueno y no siempre es así, sobre todo con modelos de gama baja. Hay muchos tipos de teclados para portátiles, desde de membrana, semi mecánicos con ajuste en mariposa, hasta mecánicos y próximamente los habrá optomecánicos como en PC.
El tacto y la altura de las teclas es lo que debemos buscar, así como el tipo de teclado, si completo, al 60%, con numpad, trackpad o lo que necesitemos. Hay personas que se sienten mejor con teclados con un mayor recorrido de las teclas, otros con pulsaciones más mecánicas, otros con mayor silencio en cada pulsación.
Así que lo ideal es también tener el portátil o el tipo de teclado en un portátil in situ para hacernos una idea de lo que buscamos, puesto que la experiencia cambia mucho. Mira especialmente si tiene teclado completo o TKL (sin pad numérico) o si tiene la tecla ENTER sobredimensionada como solemos tener en los teclados en español o, si por el contrario, la tecla tiene tamaño reducido como los de formato americano, algo que a los que estamos acostumbrados a los teclados normales de PC se nos puede hacer sumamente incómodo.
Peso y tamaño
El tamaño es importante, que no te digan lo contrario. Un tamaño adecuado hace que puedas trabajar o jugar sin problemas. Demasiado pequeño, como 13 pulgadas por ejemplo, es útil para transportar el portátil con el mínimo peso, pero si lo que queremos es máxima productividad no es lo más ideal, ni hablemos de jugar.
Por ello, las 15,6 pulgadas son la medida estándar desde hace muchos años, pero debido a la reducción del grosor actual de los portátiles las 17 pulgadas están ganando terreno. Lo ideal es tener una concepción física con los tamaños, tener delante de uno varios y para ello tendremos que movernos a la tienda o centro comercial de turno si no sabemos que tamaño es que nos resulta cómodo, ya que el grosor es más fácil tener claro cuál nos interesa.
En cualquier caso es un punto a tener en cuenta: ¿vas a llevarte el portátil contigo allá donde vayas? Entonces 15,6 pulgadas o menos debería ser tu elección. Por el contrario, ¿vas a usar el portátil casi siempre en el mismo lugar? Entonces 17 pulgadas o incluso más (haberlos haylos hasta de 21 pulgadas) pueden ser tu opción, pero en este caso serán más pesados e incómodos de llevar de un lugar a otro.
Conectividad
En los portátiles que están diseñados para ser pequeños y ligeros, la conectividad suele ser un problema, y muchos de ellos tienen a lo sumo uno o dos puertos USB y carecen de puerto RJ-45 para red cableada. Es algo que debes tener también en cuenta a la hora de comprar tu portátil, ya que si quieres mayor portabilidad es probable que tengas que renunciar a algo de conectividad.
No obstante, si no te importa ir cargando también con un hub de puertos, hay muchos de estos dispositivos que son relativamente baratos y, especialmente si el portátil cuenta con USB-C, te proporcionarán toda la conectividad que le falta de serie al portátil, así que siempre puede ser una buena idea (con la desventaja de tener que acarrear con otro trasto más además del portátil, claro, pero si no es algo que te importe desde luego te será de mucha ayuda).
Recuerda algo importante y es que el futuro pertenece claramente al USB-C por lo que te recomendamos que busques tener puertos de este tipo en tu nuevo portátil ya que prácticamente todos los periféricos que vas a conectar son capaces de utilizarse con este estándar y, más importante todavía, transmitir información de una manera mucho más rápida. Cargadores de móviles, cables de datos, cámaras de videollamada, micrófonos, teclados, ratones… prácticamente todo pasa ya por este tipo de conectores van a facilitarte mucho las cosas en tu día a día.
En resumidas cuentas, comprar un ordenador portátil no consiste simplemente en coger el que mejor cuadre con tu presupuesto (que también), sino que deberás analizar tus necesidades y cuadrarlas con lo que te ofrece el portátil, o potencialmente te arrepentirás de haberlo comprado en el futuro. Esto es último es determinante porque cuando nos hacemos con un nuevo equipo no lo hacemos para satisfacer nuestras exigencias de trabajo hoy y ahora, sino que debemos tener una perspectiva clara de lo que vamos a poder obtener en los siguientes tres, cuatro e incluso cinco años.
Adquirir un modelo que ya está justo de hardware en 2023 porque nos encaja el precio supone que en un plazo de apenas dos años vamos a tener que pasar por caja otra vez, por lo que tendremos que sumar lo gastado ahora a lo que necesitaremos en el futuro. Eso, al final, nos hubiera servido para adquirir un portátil de mayor potencia y capacidad y mantenerlo activo y sin darnos problemas durante más tiempo. Ten esto en cuenta porque es una de las principales causas de arrepentimiento por parte de los compradores de este tipo de PC, que terminan por lamentarse de tener un dispositivo ineficaz que eterniza cada tarea que tienen que afrontar, tanto en el trabajo como en el ámbito personal.