Elegir ciertos componentes de nuestro ordenador puede terminar siendo un dolor de cabeza, sobre todo si nos ponemos a pensar la gran cantidad de productos que podemos encontrar en el mercado, incluso cuando tan solo hay unas cuantas marcas realmente compitiendo. En el caso de las CPU puede resultar realmente complicado si no tenemos en cuenta el presupuesto, ya que elegir el mejor procesador para nuestro PC no es una tarea fácil si podemos comprar cualquiera.
Los procesadores siendo el núcleo del ordenador es uno de los componentes más importantes, principalmente por el hecho de que equivocarnos a la hora de elegir el adecuado puede suponer tener que invertir una cantidad de dinero mucho más grande. Por eso debemos tener claro desde un principio lo que queremos, y es que al final una de las cosas que debemos conocer a la hora de comprar una CPU es el uso que queremos darle a nuestro ordenador, ya que no todas sirven para lo mismo.
Qué diferencias hay entre los procesadores
Cuando hablamos de cualquier parte del hardware de un ordenador está claro que siempre podemos pensar en todas las diferencias que tienen unos componentes entre si aun teniendo la misma función, al igual que no hay dos compañías que fabriquen GPU iguales, tampoco las hay en términos de procesadores. Y obviamente, esto resulta incluso más claro si tenemos en cuenta que para los ordenadores de sobremesa hay dos compañías que destacan siempre, Intel y AMD, ya que ofrecen los procesadores de mayor calidad y rendimiento para este tipo de sistemas.
Realmente no vamos a hablar sobre las diferencias que existen entre una marca y otra, sino más bien de lo que necesitamos buscar en cada uno de los procesadores que tienen ambas, por lo que la decisión final de si merece la pena elegir una u otra dependerá de los gustos de cada persona. Lo que si debemos tener en cuenta nada más empezar es que obviamente los procesadores de estas compañías no son compatibles entre sí, destacando como un dato muy importante que la placa base depende principalmente de si nuestro procesador es de Intel o de AMD, aquí es donde tenemos la primera diferencia.
Socket
Lo primero que debemos tener en cuenta está claro que es el hecho de si nuestra placa base es compatible con el procesador que tenemos planteado comprar, tanto Intel como AMD utilizan zócalos o sockets distintos para las diversas versiones de sus procesadores, por lo que esto es lo primero que debemos conocer. Es una de las cosas más importantes a tener en cuenta ya que también nos permite conocer prácticamente la gama de la CPU que compremos, ya que hay diferencias entre las últimas generaciones y otras más antiguas.
En el caso de AMD podemos tomar como ejemplo el Ryzen 7 7800x3D y el Ryzen 7 5800X, que forman parte de diferentes generaciones y que utilizan zócalos distintos, mientras que el primero que hemos mencionado utiliza el socket AM5, el segundo utiliza AM4, una versión anterior. Obviamente esto en temas de compatibilidad implica que no podemos tener un procesador que está creado para AM4 en AM5 y viceversa, por lo que es muy importante conocer el socket del mismo.
El presupuesto puede ser un problema
Sin entrar todavía en especificaciones muy técnicas, otro de los factores que debemos tener en cuenta son los precios que podemos encontrar en los diversos procesadores que hay, ya que las principales compañías suelen ofrecer diversos procesadores de varias gamas, ya sean de entrada, media o alta. Esto nos permite elegir la mejor opción dependiendo de nuestro presupuesto, pero debemos tener claro que obviamente cuanto más dinero invirtamos mayor potencia será capaz de ofrecer el procesador que compremos, por lo que si queremos un ordenador que necesita un gran rendimiento, nos costará mucho más que uno básico.
Las características principales: los núcleos, los hilos y su velocidad
Entrando ya dentro de las características técnicas, está claro que lo primero que debemos tener en cuenta son los núcleos que incorpora, junto con la velocidad que son capaces de alcanzar estos mismos, ya que es una de las claves para conocer la potencia que tiene un procesador. De primeras tenemos que conocer tanto la cantidad como la frecuencia que tienen, ya sea a nivel base o contando el boost, una vez conozcamos estas tres características podemos conocer si un procesador se puede utilizar para lo que realmente lo queremos.
Y al final como el uso que le queremos dar es lo más importante, os vamos a indicar cuales son, por lo general, los requisitos mínimos para cada uno de los usos que le podemos dar a un ordenador, es decir, para jugar, para trabajar o para un uso casual:
- Para juegos: por lo general los procesadores para juegos suelen necesitar entre 6 y 8 núcleos de rendimiento y 12 o 16 hilos, con una frecuencia mínima de 4,6 GHz y un boost superior a los 5 GHz.
- Para trabajo: a la hora de trabajar debemos saber si vamos a utilizar aplicaciones ofimáticas u otras más pesadas como las relacionadas con la IA, en el primer caso tendríamos que optar por procesadores de 4 a 6 núcleos y 8 o 12 hilos, con una frecuencia base de 4 GHz, mientras que para la segunda opción tendremos que optar por los de última generación con mayor cantidad de núcleos y frecuencia, además de que tengan obviamente NPU.
- Para uso casual: al igual que para trabajar con aplicaciones ofimáticas, podemos optar por procesadores de 4 núcleos y 8 hilos que no tengan una frecuencia base demasiado alta, priorizando, si queremos, ahorrar dinero frente a tener un mayor rendimiento.
Otras características a tener en cuenta
En general todas las especificaciones técnicas que podemos encontrar en los procesadores nos permiten conocer si nos pueden ofrecer un rendimiento mucho más alto o más bajo, habiendo visto los núcleos necesarios para cada tipo, ya nos podemos hacer una idea del procesador que queremos, pero hay otros factores clave a tener en cuenta. En este caso, vamos a hacer un repaso por el resto de características que podemos encontrar en un procesador y cómo afectan al rendimiento del mismo, para conocer exactamente lo que buscamos.
Caché
Se divide en tres tipos y permite reducir uno de los mayores problemas que hay dentro de un ordenador, la comunicación que hay entre la memoria RAM y el procesador, eliminando en gran medida el retardo que puede haber cuando ambos establecen una comunicación. Obviamente, cuanto mayor sea la caché de un procesador mayor velocidad tendrá, y es por ello que muchos de los de alta gama poseen tamaños de caché mucho más amplios en comparación con las demás gamas, por lo que el foco debemos ponerlo en las memorias L1, L2 y L3.
En general en los procesadores de bajo rendimiento, al igual que la mayoría de características, no se suele tener demasiado en cuenta, pero para aquellos de medio y alto rendimiento si que podemos ver cómo tienen diversas diferencias. En los que podemos utilizar por ejemplo para jugar, es muy importante que tengan una memoria caché extremadamente alta, como puede ser el caso de los procesadores especializados de AMD x3D, que tienen una caché L1 y L2 bastante normales, pero que destacan por tener una caché L3 muy superior al resto.
iGPU
Otro de los factores que podemos tener en cuenta, ya que afecta en gran medida al precio del procesador, es si tienen una GPU integrada y, en caso de tenerla, el tipo que es, ya que hay algunas que son mucho más potentes que otras pudiendo utilizarlas incluso para tareas de alto rendimiento como jugar o utilizar programas de renderización. Por lo general todos los procesadores que incluyen una iGPU suelen tener la misma dependiendo de la generación que sean, los Ryzen de la serie 7000 por ejemplo incorporan todos la iGPU AMD Radeon Graphics, mientras que la última generación de Intel utilizan los Intel UHD Graphics 770.
Tipo de RAM
La memoria RAM, aunque podamos pensar que depende de la placa base, realmente también depende del procesador, ya que realmente aunque de forma física sea la placa base la que decide el formato que se puede utilizar, a nivel lógico es el procesador el que decide cuanta y qué tipo de RAM se puede utilizar. Los procesadores más nuevos permiten utilizar memorias RAM DDR5 que es actualmente el estándar con mayor frecuencia que hay en el mercado, y que seguramente va a durar bastante tiempo.
A la hora de elegir un procesador debemos tener en cuenta si la memoria RAM que queremos utilizar cuenta con las especificaciones necesarias de la CPU, es decir, si el procesador admite que sea DDR4 o DDR5 junto con la capacidad máxima que puede llegar a permitir. Si queremos un PC más potente, debemos asegurarnos siempre de que la memoria RAM sea la más potente posible, por lo que obviamente debemos optar por un procesador que permita utilizar DDR5.
Chipsets soportados
Dentro de las especificaciones de cada procesador también podemos encontrar los chipsets que soporta, de forma resumida, de este componente es del que dependen las comunicaciones con el resto de los componentes de nuestro ordenador. Aunque un procesador puede soportar varios chipsets, hay algunos que funcionan mejor que otros en ciertos procesadores, por lo que debemos siempre mirar cuales soporta, y tras esto, conocer exactamente cual es el que mejor se adapta a nuestro procesador para poder tener el mayor rendimiento posible.
TDP
Aunque en un principio podemos pensar que esta característica esta relacionada con el consumo del procesador, realmente hace referencia a Thermal Design Power (Potencia de diseño térmico), con esta especificación el fabricante nos indica la cantidad máxima de calor que se espera que un componente produzca en un escenario de uso intenso. De esta forma, no debemos confundirlo con el consumo que puede tener la CPU, ya que los fabricantes suelen indicar el consumo del mismo de otra forma.
Tecnologías importantes
Por último, dentro de las características más básicas e importantes que debemos conocer para elegir bien un procesador también debemos saber qué tecnologías pueden utilizar, ya que pueden marcar la diferencia, sobre todo, en aquellos procesadores que sean de una gama más alta. Existen diversas tecnologías que pueden marcar la diferencia, por ejemplo tenemos las que permiten gestionar los perfiles de overclock de la memoria, como puede ser el XMP de Intel o el EXPO de AMD, aunque la mayoría de procesadores actuales son compatibles con este tipo de tecnologías, los más antiguos puede ser que no las incorporen.
Nuestras recomendaciones de procesadores según su uso
Dentro de todos los procesadores que podemos encontrar en el mercado, obviamente tenemos la opción de elegirlos dependiendo de la gama que queramos, por lo que en este caso vamos a organizar los procesadores que os vamos a recomendar dependiendo de la gama, la cual influye directamente en el uso que le demos. De esta forma, vamos a indicar el mejor procesador de cada una de las tres gamas posibles, de entrada, media y alta, siendo la gama de entrada de los procesadores la que podemos utilizar de forma casual, la gama media para trabajar y para tener un rendimiento un poco superior y luego la gama alta que ya podríamos indicar que sería para jugar con el mejor rendimiento posible.
Procesadores de gama de entrada
Dentro de los procesadores de la gama más baja que podemos encontrar, estarían los i3 e i5 de Intel, así como los Ryzen 3 y algunos Ryzen 5 de AMD, por lo que sabiendo esto podemos reconocer fácilmente qué CPU pertenece a esta gama. Estos procesadores suelen tener de media 4 núcleos y 8 hilos, y son perfectos para ordenadores que no requieren una potencia demasiado alta y que por lo general se utilizan simplemente para navegar, para funciones relacionadas con la ofimática o para el trabajo en la nube.
- Intel: Intel Core i3-14100
- AMD: AMD Ryzen 3 8300G
En general estos procesadores son perfectos para combinarlos con una placa base que tenga un formato como puede ser el Mini-ITX, ya que podemos encontrarlos con configuraciones que no consumen demasiada energía, lo que permite evitar tener que gastar de más en general. Esto implica que son perfectos para poder crear un ordenador en miniatura, aunque tal y como hemos indicado anteriormente, el mayor problema es que son procesadores extremadamente básicos que por lo general no pueden soportar tareas que requieran un rendimiento más alto, esto implica que obviamente no tendrán un rendimiento demasiado bueno en juegos o similares.
Procesadores de gama media
En la gama media de procesadores ya podemos encontrar algunos que es posible que conozcamos más, ya que por parte de Intel tendríamos tanto los i5 de mayor potencia junto con los i7, mientras que AMD tiene los Ryzen 5 y los Ryzen 7, como podemos ver las denominaciones son similares. Estos procesadores ya pueden ser utilizados para jugar ya que cuentan con 8 núcleos y 16 hilos, y además suelen ser las opciones más utilizadas para montar ordenadores que permitan un uso mucho más avanzado que el que hemos comentado para los PC de gama de entrada.
- Intel: con iGPU Intel Core i7 processor 14700K, sin iGPU Intel Core i7 processor 14700KF
- AMD: con iGPU AMD Ryzen 7 8700G, sin iGPU AMD Ryzen 7 8700F
Como podemos imaginar, las gamas medias son unas de las más utilizadas por una gran cantidad de usuarios, y en este caso existen algunos procesadores, como los que hemos mencionado anteriormente, que combinados con otros componentes que también representen una gama similar pueden crear un ordenador más que decente. Tal y como hemos indicado, el rendimiento de los juegos con este tipo de procesadores suele ser bastante alto, teniendo en cuenta que ya son CPU que cuestan más dinero que las anteriores, por lo que obviamente también cuentan con más potencia.
Procesadores de gama alta
Por último nos queda simplemente la gama más alta que podemos encontrar, los procesadores que mayor rendimiento, aquí, debemos destacar que aunque tanto AMD como Intel tienen las versiones más altas de sus procesadores, existe una CPU de AMD que supuestamente es inferior que la mejor de Intel pero que compite perfectamente contra ella. Es por ello que en este caso vamos a indicar como opciones de alta gama los dos mejores procesadores que tiene AMD para ofrecer, junto con el mejor de Intel que podemos encontrar actualmente en el mercado.
- Intel: Intel Core i9-14900KS
- AMD: AMD Ryzen 9 7950X3D, AMD Ryzen 7 7800X3D
En general los procesadores que hemos mencionado aquí son prácticamente los mejores que se pueden encontrar actualmente en el mercado a nivel de usuario, principalmente por el hecho de que son modelos que están creados para soportar las tareas más intensivas que podemos encontrar en un PC. Ya sea para jugar, renderizar o utilizar cualquier otro tipo de programa que haga que el procesador pase por un nivel de estrés extremo, estos procesadores son lo mejor que vamos a encontrar, y el propio precio que tienen lo demuestra tal y como podemos imaginar, ya que no resultan nada baratos en comparación con los demás que hemos visto.
¿Cada cuanto tiempo suelen cambiar los mejores procesadores del mercado?
Uno de los aspectos principales que tiene la tecnología actualmente es la rapidez con la que avanza, algo que para las compañías supone una gran cantidad de inversión y de beneficios, pero que para los usuarios puede llegar a ser un poco tedioso si quieren mantenerse siempre al día con ella. Si hablamos de los procesadores obviamente esto no es distinto, ya que prácticamente cada dos años se lanzan nuevos modelos que pueden llegar a superar a los anteriores, aunque no siempre es el caso ya que hay generaciones que son mucho mejores que otras cuando hablamos de rendimiento general.
Para juegos por ejemplo tenemos el procesador Ryzen 7 7800X3D que ha logrado convertirse en una de las primeras opciones para prácticamente cualquier usuario que quiere tener el mejor rendimiento posible, pero que se ha visto superado por su predecesor, el Ryzen 7 9800X3D. La ventaja que ofrece el 9800X3D es lo suficientemente grande como para que muchos usuarios quieran hacer el cambio, teniendo en cuenta que es el modelo anterior se lanzó en 2023 y que el nuevo salió en 2024, podemos ver que hay ocasiones en las que ni siquiera hay dos años de diferencia entre uno y otro.
Esto implica que mantenerse siempre al día es algo bastante complicado, por lo que no siempre debemos buscar hacer un cambio de este estilo ya que en general la diferencia generacional que hay entre un modelo y otro cuando hablamos de entre dos y cuatro años de diferencia no es tan grande como podemos llegar a pensar. Si son más de seis años obviamente es cuando se empieza a notar realmente, así que la idea como tal sería cambiar de CPU cada 4-6 años y optar por la mejor que podamos conseguir en ese momento.