Windows es un sistema operativo diseñado para funcionar en millones de ordenadores con configuraciones totalmente diferentes, por lo que, más que un sistema operativo, podría llamarse obra de ingeniería. macOS, el sistema operativo de Apple para sus equipos, está diseñado para funcionar en un equipo con un hardware muy concreto, por lo que debería ser perfecto y no tener ningún problema, pero no es así.
Linux también funciona en miles de equipos completamente diferentes, pero no tiene el mismo soporte en forma de drivers que si tiene Microsoft. Además del hardware que forma parte del equipo, los sistemas operativos también necesitan ofrecer soporte para hardware de terceros.
Como los desarrolladores de sistemas operativos no pueden estar en todo, son los fabricantes quienes tienen que lanzar drivers para que sus productos funcionen con el correspondiente sistema operativo. Si no existen no hay drivers que permitan al sistema operativo reconocerlo, no hay forma de hacerlo funcionar.
Si hablamos de hardware que se conecta a un ordenador, el más habitual es una tarjeta gráfica. Este hardware sustituye el sistema gráfico de la placa base por uno con mayores prestaciones y que permite sacarle un mayor partido al equipo en base al hardware que se ha añadido.
Tanto NVIDIA como AMD y al igual que Intel, periódicamente lanzan nuevas actualizaciones de los drivers que gestionan su hardware principalmente para ofrecer soporte para los nuevos juegos que llegan al mercado. Sin embargo, al igual que Windows no es un sistema operativo perfecto (al igual que ningún otro), el software de los fabricantes de tarjetas gráficas tampoco lo es.
El software de terceros que instalamos en Windows tiene que funcionar de la mano del sistema operativo y, lamentablemente, no siempre lo hace. En el caso de las tarjetas gráficas es todavía más importante ya que se delega en este hardware la salida de vídeo del equipo. Si alguno de los dos da error, tenemos un problema.
Reiniciar la gráfica con un atajo de teclado
Si la gráfica está presentando algún tipo de problema, lo más sencillo es apagar el PC y volver a encenderlo. Si bien es cierto que podemos reiniciar el equipo, esta opción no siempre funciona, por lo apagarlo siempre es la mejor opción.
También podemos deshabilitar y volver a habilitar los drivers de la tarjeta desde el Administrador de dispositivos, un proceso lento y que, en ocasiones, implica reiniciar el PC. Sin embargo, también existe otro método mucho más rápido y sencillo y que no nos llevará más de 20 segundos.
Windows tiene una función disponible a través de un atajo de teclado que permite reiniciar la gráfica sin tener que apagar el PC o desactivar temporalmente los drivers de la gráfica. El atajo de teclado del que estamos hablando es Win + CTRL + Mayús + B.
Al pulsar esta combinación de teclas, Windows reseteará la gráfica, la imagen parpadeará en negro durante unos segundos y realizará un pitido. Este atajo de teclado únicamente afecta al rendimiento de la tarjeta gráfica, por lo que no es necesario cerrar ninguna de las aplicaciones que tenemos abiertas en primer o segundo plano.
Podemos realizar este proceso incluso si estamos jugando, siempre y cuando la tecla Win no está bloqueada por el teclado o incluso por el juego.