Hace una semana que Intel nos habló de sus planes de futuro, y entre ellos hay que destacar la llegada por primera vez de las GPU no integradas dentro del procesador, pero si dentro del mismo empaquetado a partir de la arquitectura Meteor Lake. Algo que ya habíamos visto en portátiles y no en sobremesa. ¿Qué son las tGPU de Intel?
No hay duda que uno de los frentes en los que Intel pretende aumentar su presencia es en las GPU dedicadas o tarjetas gráficas, no solo las ya más que conocidas integradas que llevan años en sus procesadores, tampoco la cosa se limita a las diferentes generaciones de las Intel ARC, sino que Intel lo que quiere es que el chip gráfico esté integrado verticalmente y forma parte indivisible en sus futuros procesadores. ¿El objetivo? Recortar cuota de mercado de forma muy agresiva no solo a AMD, sino también a NVIDIA.
tGPU en Intel Meteor Lake y Arrow Lake
Intel ha encontrado una palabra para hablar de lo que coloquialmente se conoce por chiplet, tile, por lo que tGPU es una acortamiento de Tile GPU. La idea no es que realizar un procesador disgregado en diferentes componentes. Una idea que ya hemos visto aplicada por AMD en sus CPU para escritorio Ryzen 3000 y Ryzen 5000, pero Intel le va a dar una vuelta de tuerca adicional a partir de Meteor Lake en adelante al incluir un chip adicional que hará la función de gráfica integrada, pero en un chip aparte. Todo ello montado sobre un interposer común que comunicará los diferentes componentes entre sí.
La arquitectura gráfica utilizada por Intel será la DG3 o conocida como Battlemage. Se espera que las unidades Tensor en sus ARC Alchemist se hereden en la tGPU de Meteor Lake, sin olvidar otros elementos por el momento ausentes en las GPU integradas de los Intel Core 12 o 13. . De la cual se espera un aumento de rendimiento considerable respecto a las soluciones que se pueden encontrar en la actualidad por parte de Intel, en especial como respuesta a la implementación de RDNA 2 en las APU Ryzen 6000.
Desgraciadamente, deberemos esperar a finales de 2023 para ver si las tGPU marcan una diferencia en un punto en el que los creadores de la ISA x86 están detrás de su rival directo. Se espera que el conocimiento acumulado en sus tarjetas gráficas gaming de próxima aparición le sirva a Intel de la misma manera que las Radeon a AMD.
Un enorme potencial de cara al mercado gaming
Poco a poco la integración de componentes va llegando a las gamas más bajas y el hecho de que la tGPU de Intel sea un chip aparte del procesador se traduce en que puede se puede fabricar en cualquier nodo y fundición. Aunque lo importante es que puede tener cualquier configuración y se encuentra menos limitado por ahogamiento térmico que una gráfica integrada convencional.
Sin embargo, el hecho de que sea un chip aparte se traduce en que se puede utilizar cualquier chip. Por lo que Intel puede optar a soluciones mucho más complejas en cuanto a configuración. En ese caso el problema sería el ancho de banda de la memoria que haría de cuello de botella. Aunque no olvidemos que sería posible asignarle una VRAM propia a las tGPU más complejas. Algo parecido a lo que se vio en Kaby Lake-G, pero reemplazando la GPU de AMD por una ARC Battlemage o superior de Intel.
Esto les permitiría ofrecer soluciones para gaming puramente a los ensambladores y fabricantes de ordenadores preconstruidos y portátiles, quienes podrían montar una configuración puramente Intel sin tener que optar por NVIDIA o AMD.