Dado que hace tiempo que AMD ya no tiene fábricas propias, y dada la solvencia de Intel a este respecto, mucho se ha especulado en los últimos tiempos sobre la posibilidad de que AMD contrate a Intel para fabricar sus procesadores AMD Ryzen pero, ¿hasta qué punto esta posibilidad sería factible? Vamos a analizar las consecuencias para poder dilucidarlo.
Intel es de los pocos fabricantes que no depende de TSMC, Samsung u otros para fabricar sus propios chips, y eso le da una enorme ventaja competitiva frente a AMD en el ámbito de los procesadores para PC. Gracias a esta solvencia, Intel tendría capacidad para fabricar procesadores de otras marcas (al menos de forma teórica), pero ¿tanto como para fabricar los procesadores de la competencia?
Procesadores AMD Ryzen fabricados por Intel, ¿es posible?
Si viviéramos en un mundo utópico en el que todo el mundo fuera completamente honrado, teóricamente sí, Intel podría fabricar procesadores Ryzen para AMD sin ningún tipo de problema, porque capacidad de fabricación y tecnología para ello tienen de sobra. El problema es que no vivimos en una utopía, y más cuando hablamos de las altas esferas como es el caso, donde los rivales muchas veces llegan al extremo de no progresar con tal de que su rival tampoco lo haga.
Y es que hablar de AMD y de Intel no se suele concebir sin un «vs» entre medias, ya que son los dos grandes competidores de la industria de procesadores para PC y servidor, incluso aunque históricamente han tenido acuerdos para que el uno pudiera utilizar la tecnología del otro (nos referimos a x86 y x64). No obstante, pongámonos en el supuesto de que Intel y AMD llegan a un acuerdo para que los de azul fabriquen los procesadores Ryzen de próxima generación, ¿qué condiciones tendría que tener?
Para empezar debería haber un hermetismo total que le garantice a AMD que Intel no vaya a poder adoptar ni utilizar ninguna de las tecnologías integradas en sus procesadores Ryzen, algo que al fin y al cabo sí podría llevarse a cabo puesto que aunque Intel tendría acceso a estas tecnologías, si el contrato impide que las puedan utilizar, no podrían sacar beneficio de ello. Ahora bien, la parte mala de esto sería que Intel podría coger esas tecnologías de AMD, modificarlas para hacerlas propias, y entonces lanzarlas bajo su propia marca, algo que sería bastante complicado de detectar y denunciar.
Y este es, según pensamos nosotros, el motivo principal por el que a AMD no se le pasaría por la cabeza el encargar la producción de sus procesadores a Intel, ya que serían unos riesgos demasiado altos y confiar en la honradez de su rival más acérrimo no parece una buena idea (y no decimos que Intel no lo sea, sino que el riesgo está ahí). Ya llegados al extremo, podríamos incluso pensar que la cadena de producción de Intel podría sufrir diversas «averías accidentales no provocadas» que afectaran negativamente el suministro de piezas de AMD…
En definitiva, que Intel fabrique los procesadores AMD Ryzen es una posibilidad real, pero siendo honestos no creemos que se termine haciendo una realidad porque difícilmente podría interesarle a AMD poner toda esa tecnología y responsabilidad en manos de su rival directo.