La Unión Europea se enfrenta a un nuevo problema, la situación se vuelve cada vez más tensa y Alemania ha dejado claro que no está dispuesta a destinar más recursos.
La fábrica de Intel en Europa estaría cada vez más lejos si el país dirigido por Olaf Scholz no cambia sus intenciones.
¿Qué va a pasar?
The Financial Times reveló en su último informe los desafíos que Intel está experimentando en nuestro continente. Las negociaciones no han sido sencillas y, aunque Alemania cedió en algunas ocasiones a las demandas de Intel, parece que han llegado a su límite y el acuerdo para que la fábrica se establezca en Europa se encuentra en peligro. ¿Será posible que Alemania sea flexible y albergue una de las plantas de fabricación de chips más importantes después de tomar esta postura, o la negociación estaría ya rota?
Alemania se ha cansado y sus recursos también, por eso es cosa de Intel si el proyecto sigue adelante o no, pero parece que no será nuestro vecino europeo quien siga estirando esto. Fue el propio el ministro de Finanzas alemán, Christian Lindner, quien en Estados Unidos sorprendió al anunciar esta decisión, comunicando que su país no aceptará las demandas de Intel en cuanto a un aumento en el gasto e inversión por parte del gobierno alemán para asegurar la construcción de la planta de chips en la ciudad alemana de Magdeburg.
El costo de dicha fábrica asciende a una cifra asombrosa de 17.000 millones de euros, y Lindner ha enfatizado que Alemania no puede afrontar esa inversión adicional, expresando lo siguiente:
«No disponemos de más fondos en el presupuesto. En este momento, nos encontramos enfocados en consolidar nuestras finanzas, no en expandirlas».
En un primer momento Intel pedía al gobierno alemán una inversión de 6.800 millones de euros, sin embargo ahora sería de 10.000 millones, algo que entendemos que va a generar conflicto entre ambos puesto que la cantidad no es similar a la acordada inicialmente y por la cual estarían los dos de acuerdo.
Por ahora no sabemos nada más que las declaraciones del ministro, el cual no habló en ningún caso de que el proyecto no se fuera a realizar, sino que por parte de ellos no van a invertir más dinero, por tanto estarían buscando un acuerdo que de no producirse si que podría desencadenar en ese final.
El año pasado, la Comisión Europea lanzó la Ley de Chips de la UE, con el objetivo de destinar 43 mil millones de euros a la industria de semiconductores en Europa. Esta medida resultó atractiva para empresas como Intel. Sin embargo, actualmente Intel parece enfrentar dificultades debido al aumento de los precios.
Por ahora no tenemos mucha más información, ni si existe un plan B para Intel de consolidar su fábrica en otro país Europeo, aunque si este fracasa, dudamos que a corto plazo vaya a salir un candidato que apoye todas las exigencias de la marca.
Por ahora estaremos atento a los siguientes cambios y declaraciones por ambas partes y veremos si finalmente consiguen acabar bien o se han ganado ambos un enemigo.
Fuente: Wccftech