Hace unas horas hablábamos sobre algo positivo como era el restablecimiento del stock de tarjetas gráficas y cómo este iba subiendo. Pues bien, desde China llega nueva información sobre todo lo que está sucediendo en las principales capitales tecnológicas del país y la realidad es más dura de la que podríamos pensar. Y es que China está reduciendo su actividad hasta el punto de que frena la producción de chips y bloquea directamente a algunas empresas, una pérdida económica que vamos a entender a continuación.
China está en clara recesión económica por varios factores donde la COVID-19 no está ayudando en ningún momento. Por primera vez desde principios de 2019 el país asiático ha tenido que reducir su producción mundial por el nuevo golpe de la variante Ómicron, pero no todo son malas noticias allí, ya que también se informa de que el desplome se ha visto rebajado debido a la bajada de la demanda que hay en occidente.
Caída de un 4,2% en China y pérdida económica inmensa
Que la demanda se haya relajado era lo esperable. No se sabía cuándo ocurriría con certeza, la guerra tampoco ha ayudado y el nuevo colapso financiero de China siembra dudas económicas mundiales, un escenario general que como vemos es muy incierto.
Lo que sí sabemos son las medidas tomadas por dicho país en su principal centro tecnológico que suministra al mundo, Shangai, donde el bloqueo de un mes y las restricciones cada vez más severas por parte de la administración de Xi Jinping no parecen estar surtiendo efecto para parar la propagación de las infecciones.
El problema es que China no puede detenerse por completo, ya que empresas como SMIC o Hua Hong Semiconductor tienen que seguir fabricando en pedidos mínimos para cumplir los contratos, donde hay momentos de parones totales de la producción. Para ser más concretos, dicha producción cayó un 5,1% y a medida que avanza el mes se están aplicando medidas de prevención más estrictas, por lo que los primeros problemas de interrupciones de la cadena de suministro ya se están dando y con ello la rotura de la misma.
El efecto Shanghái, un golpe para toda China
Lo que está ocurriendo el Shanghái supone una debacle para todo el país, puesto que las fábricas que dependen de todo lo que se fabrica en sus zonas industriales podrían verse forzadas o incluso obligadas a detener toda su producción en apenas una semana si los proveedores de dicha provincia siguen cerrados.
El director ejecutivo de Huawei dejó unas declaraciones breves que muestran perfectamente el problema: «La pérdida económica será inmensa». Y es que si detienes Shanghái detienes a medio mundo por el valor de las empresas tecnológicas que allí operan, lo cual está forzando a que la demanda de productos de hardware y otros asociados a los chips como los smartphones estén entrando en plena recesión de su demanda.
Si el golpe está siendo devastador ahora que hay un frenazo importante de la actividad y de la producción, el cierre total aunque sea momentáneo puede significar algo peor a lo que estamos viendo: la crisis de los semiconductores y los chips no terminará en 2023 como muchos CEO predijeron, la nueva fecha límite pasaría a 2024, donde si nada pasa por fin podremos poner fin a todo lo que está viviendo la industria y sobre todo a los altos precios.