Parece que las aduanas de China se están poniendo las botas con hardware de contrabando en los últimos días. Si ayer os contábamos que habían incautado 5.840 tarjetas gráficas de XFX sin etiqueta, la noticia que nos llega hoy desde la frontera asiática tiene que ver con procesadores. De igual manera a como ya vimos en julio del año pasado, un hombre intentó pasar por la aduana 160 CPU de Intel que llevaba, de nuevo, pegadas al cuerpo.
No es la primera vez que vemos una noticia similar, puesto que ya en julio del año pasado capturaron a un hombre que llevaba la friolera de 256 procesadores de Intel también pegados al cuerpo con cinta aislante. En este caso han sido 160 CPU Intel de 11ª y 12ª generación, y si echamos cuentas teniendo en cuenta que una CPU puede pesar de media unos 50 gramos, estamos hablando de que llevaba 8 Kilogramos encintados en diferentes partes del cuerpo… casi nada.
Las aduanas paran 160 CPU Intel pero, ¿habrá más?
A continuación os ponemos una traducción del comunicado oficial emitido por el servicio de Aduanas de China, donde han incautado todos estos procesadores (la traducción es propia):
«El 9 de marzo, los oficiales de aduanas se fijaron en que un hombre pasaba por la puerta de «entrada sin declaración» (Nota: es la puerta por la que entras cuando no tienes nada que declarar) con una postura anormal al caminar, así que lo instaron a detenerse para inspeccionarlo. Tras hacerlo, los agentes de aduanas incautaron 160 CPU y 16 teléfonos móviles atados con cinta adhesiva a la cara interna de sus pantorrillas, la cintura y el abdomen».
«El caso ha sido procesado de conformidad con las normas pertinentes; la aduana recuerda que los artículos de equipaje que las personas traigan dentro y fuera del país deben limitarse a su uso propio y en una cantidad razonable, y en todo caso deben estar sujetos a una inspección aduanera. Para quienes eludan la vigilancia aduanera por medio de ocultación personal o almacenamiento de artículos que constituyan contrabando, la aduana realizará las acciones legales pertinentes contra el individuo».
Como decíamos al principio, ya en verano del año pasado un hombre intentó pasar por las aduanas 256 CPU Intel, y en esta ocasión lo han vuelto a intentar (aunque no se sabe si ha sido la misma persona) con una cantidad inferior, 160 unidades, pero que aun así constituye un peso considerable que obligaba al hombre a caminar de manera anormal. Sin embargo, esto nos hace plantearnos si no cabría la posibilidad de que se les estén «colando» muchos otros procesadores de contrabando de esta misma manera, quizá con más personas pero que en vez de llevar la enorme cantidad de 160 procesadores, llevaran por ejemplo 10 o 12, que se notaría bastante menos.
¿Dónde terminarán estos procesadores?
En esta ocasión, el trato que las aduanas darán a este material es diferente al caso que os comentábamos ayer con las tarjetas gráficas de XFX. El caso de ayer era relativo a un envío mal etiquetado o con las etiquetas falseadas, con el objetivo de declarar un valor inferior al real. En este caso, se trata de un flagrante caso de intento de contrabando, y las implicaciones son bastante más rigurosas.
Para empezar, no cabe la posibilidad de que esa persona recupere los procesadores, ni siquiera pagando tras declarar su valor. En condiciones normales sí que podría recuperar estos elementos si demostrara que son de su propiedad y que han sido adquiridos de manera legal, pero en este caso, en el que ha sido pillado intentando introducirlos de manera ilegal en otro país, la cosa cambia y los procesadores pasan a ser propiedad del estado.
Esto significa que solo quedan dos opciones en cuanto al destino de estas CPU de Intel incautadas en Aduanas: o se quedarán almacenadas en un almacén y pasarán al olvido, o saldrán a una subasta pública, pero limitada siempre dentro del país. En cualquier caso, estos procesadores no terminarán en las tiendas.